miércoles, 12 de septiembre de 2012

Renfe crea nuevos puestos directivos para recolocar a altos cargos cesados. (Política, Economía. 881)

Un nuevo ejemplo de la pésima gestión pública, que pagamos el resto de españoles.
En esta ocasión el caso de Renfe, con una deuda y sobredimensionamiento de directivos y salarios espectacular gestada desde hace muchos años.

Ahora se toman medidas, que cierran ciertamente parcialmente la sangría, pero cómo no viniendo de políticos, muy insuficiente y con intereses creados y amigos de por medio. Lamentable:


"Desde que el PP llegó al poder hasta mayo, las ayudas a la dependencia sufrieron un tajo del 15%, las prestaciones por desempleo se recortaron un 10%, y el gasto de la Administración Central en altos cargos… un 6%. Y el mejor ejemplo de que la batalla por la austeridad de Mariano Rajoy no acaba de arrancar en lo más alto de las empresas estatales se da en Renfe Operadora. Con un déficit de 335 millones de euros a finales de 2011, una deuda de 5.000 millones y un sobredimensionamiento espectacular de la directiva en los últimos años del PSOE, la nueva dirección de Renfe, presidida por Julio Gómez-Pomar, ha decretado en los últimos meses una reducción aparentemente drástica de directivos y sueldos. Pero las apariencias engañan.

Organigrama en mano, diversas fuentes del sector ferroviario denuncian que el recorte de personal y de jornales se ha quedado en muy poco o nada. El tijeretazo que se ha dado a algunos sueldos, a veces superior al 60%, y el techo salarial, de 120.000 euros, se difuminan con solo ver los nuevos puestos que se han creado entre los mandos medios para recolocar a muchos de los afectados por estos recortes. Así, las figuras del gerente de área, jefe de área y director de área, hasta ahora inexistentes, se mezclan con los antiguos puestos.

Según ha sabido este medio, estos tres nuevos cargos están por encima en la jerarquía de los gerentes, jefes y directores a secas. A ellos, hay que sumarles secretarios generales y directores gerentes, amén de las tres direcciones generales (Económico-Financiera, de Seguridad, Organización y Recursos Humanos, y de Operaciones). Además, Renfe no considera parte de la dirección a los jefes y jefes de área, por citar dos casos. Existen puestos en el operador ferroviario designados a dedo que computan como gastos de personal, no como altos cargos.

Y todo lo anterior sin contar con los complementos que muchos percibían y perciben. Bien es cierto que Fomento ha fijado el límite de sueldo en la compañía en 120.000 euros, que es lo que puede llegar a cobrar un director general con complementos (antes llegaban a los 170.000 euros). Sin esos complementos, los directivos de Renfe se mueven ahora entre los 50.000 y los 70.000 euros. También es verdad que ha habido medidas significativas: en las postrimerías del Gobierno socialista, los nueve directores generales se embolsaban dos millones de euros.

Los sindicatos ferroviarios, en pie de guerra con Renfe por la liberalización, deploran la acción de la dirección. “Se habla todo el rato de que la empresa tiene una plantilla sobredimensionada, lo cual es falso”, alegan en CCOO, “pero, ¿cuál es el beneficio real de la nueva gestión? ¿Alguien tiene alguna explicación?”."

Fuente: Voz Populi

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