lunes, 24 de septiembre de 2012

“La sanidad pública no es un negocio.” (Salud, Educación. 109)


Acerca del mantra que se repite una y otra vez por parte de los defensores del monopolio de la sanidad pública: La sanidad pública no es un negocio.

Es la continua utilización y persecución política del beneficio. Pero solo para el resto, claro. Porque claro, si éste no existiera en la sociedad, dicha sanidad pública sería inviable. No busca el beneficio, dice, pero sus trabajadores y funcionarios montan cualquier huelga (en perjuicio del paciente) por cualquier minoración de beneficios propios, horas o salario propio, es decir, su beneficio propio. Es la defensa de lo público y la demonización de lo privado, pero solo ellos pueden elegir sanidad privada (Muface...) o pública y no el resto de españoles, y curiosamente, el 90% elige la cobertura privada que tanto atacan. Y qué decir que sin dicha sanidad privada, como algunos pretenden, el sistema público sería muchísimo más costoso,   y con unas colas de espera "infinitamente" mayores. 
Artículo de Desde el Exilio:
“La sanidad pública no es un negocio” es un mantra que repiten los defensores del monopolio de la sanidad pública.
Incluso cuando lo que se propone es un cheque sanitario donde la gente podría optar por la sanidad pública o un seguro privado los defensores del monopolio público repiten el dogma:
“… es que la sanidad pública no es un negocio y la sanidad privada sería un negocio y la gente tendría que pagar más para que el empresario ganase dinero.”
 ¿Es verdad que la sanidad pública no es un negocio?
Veamos esta noticia.
Os resumo la historia:
1.- Cuando se disminuyó la jornada laboral del personal del SESPA (Servicio de Salud del Principado de Asturias) de 37,5 a 35 horas lo que hicieron todos los funcionarios desde el administrativo al cirujano fue mantener su jornada de 37,5 horas y cobrar las 2,5 horas semanales que trabajaban de más con la nueva normativa como horas extras.
2.- A las horas extras del punto 1 se las llamó “peonadas”. El SESPA y los sindicatos siempre negaron su existencia, pero todo el mundo sabía que existían, cosas típicas de Españistán.
3.- Por estas horas extras o peonadas (que en algunos casos ya existían antes de la reducción de jornada) el personal del SESPA cobraba entre 400 € y 4.000 € al mes según categoría y horas, dinero que se añadía al sueldo normal. Incluso se dice que algunos cirujanos llegaban a cobrar 6.000 € al mes, sólo de horas extras.
4.- Con el aumento de jornada de 35 a 37,5 horas que decretó el gobierno de Rajoy y que tiene que aplicar el gobierno del Principado de Asturias las peonadas desaparecen. Los trabajadores del SESPA tienen que trabajar las mismas horas pero ya no cobran las peonadas.
5.- Ante la disminución de salario que conlleva la conversión de las horas extras en jornada laboral normal la respuesta de los médicos ha sido suspender las operaciones que ya estaban programadas.
Tras la decisión de erradicar las ‘peonadas’, muchos de los médicos se están negando a operar en horario vespertino hasta que se resuelva el conflicto sanitario. Los hospitales se están viendo obligados a llamar a los pacientes que tenía citados para septiembre para desprogramar su operación y aplazarla ‘sine die’.
Que cada uno saque sus conclusiones. Imagínense que algo así ocurriera en la sanidad privada."

3 comentarios:

  1. "1.- Cuando se disminuyó la jornada laboral del personal del SESPA (Servicio de Salud del Principado de Asturias) de 37,5 a 35 horas lo que hicieron todos los funcionarios desde el administrativo al cirujano fue mantener su jornada de 37,5 horas y cobrar las 2,5 horas semanales que trabajaban de más con la nueva normativa como horas extras."

    Es facultad de la empresa el pedir que se hagan horas extras, que yo sepa esa no es una capacidad de los trabajadores. Si se propusieron esas horas es porque a la empresa le interesó. Podrían, por contra, haber ampliado plantilla, con lo que habrían ahorrado, ya que las horas extras siempre son mas caras que las horas normales. De paso serviría para reducir el paro, que nunca ha faltado en España.

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  2. "3.- Por estas horas extras o peonadas (que en algunos casos ya existían antes de la reducción de jornada) el personal del SESPA cobraba entre 400 € y 4.000 € al mes según categoría y horas, dinero que se añadía al sueldo normal. Incluso se dice que algunos cirujanos llegaban a cobrar 6.000 € al mes, sólo de horas extras."

    Muchas horas extras hay que hacer para sumar esos importes, luego mucha gente podria haber sido contratada y mucho paro reducido. El responsable de gestión es quien tendria que responder de estos gastos, supuesto fuesen ciertos.

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  3. "5.- Ante la disminución de salario que conlleva la conversión de las horas extras en jornada laboral normal la respuesta de los médicos ha sido suspender las operaciones que ya estaban programadas."

    A diferencia de otras tareas, una intervención quirurgica no tienen una duración determinada, si la cosa se lia se puede alargar mucho. Si no se pueden hacer horas extras, se impide, de hecho, que se realicen estas operaciones. La limitación de hacer esas horas es la culpable, no los facultativos.
    Imagina que fuese cirujano, tienes que programar una operación por la tarde, tu horario termina a las 6, pero tienes jornada partida, entras a las 3, 60 min para prepararte para la intervención, como pronto puedes entrar en quirofano a las 16, la post-intervención como minimo 60 min, luego tendrá que estar terminada antes de las 17, las intervenciones de mas de 2 horas no entran, habrá que programarlas por la mañana. Pero el tiempo medio de intervencciones es de 4 horas, luego solo una pequeña parte se pueden programar por la tarde.

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