Artículo de Libre Mercado:
"A menudo escuchamos que la tasa de pobreza en Estados Unidos afecta al 15% de la población. De acuerdo con este cálculo, basado en una línea de pobreza relativa, cerca de 50 millones de personas afrontan una situación socioeconómica muy complicada. Sin embargo, prestando una atención a los datos podemos llegar a conclusiones muy diferentes.
Para empezar, es importante tener en cuenta que definir la pobreza de forma relativa lleva a que la carestía se explique en comparación con la evolución de la renta media. Imaginemos un barrio de cuatro familias en el que la primera duplica sus ingresos, pero las demás lo multiplican por seis: aunque todos han mejorado su situación, los indicadores de pobreza relativa subrayarán que la primera familia se ha empobrecido.
Otro factor que conviene tener en cuenta es el efecto del gasto público y de la caridad privada. Las estadísticas de pobreza no contabilizan este tipo de ingresos, si bien el gasto total en asistencia social asciende a 7.800 dólares por persona. De hecho, hay programas de subsidios públicos que han hecho más atractivo renunciar al trabajo y quedarse en casa.
Por otro lado, no pocos economistas sugieren el estudio de la pobreza desde el punto de vista de la capacidad de consumo. Este indicador refleja el nivel de bienes y servicios que pueden permitirse las familias estadounidenses. Pues bien, tomando este criterio como referencia, la tasa de pobreza en Estados Unidos acumula décadas de progresivas reducciones.
Así lo muestra la gráfica que sigue: el azul vemos el desempeño de la tasa de pobreza oficial, mientras que en verde se nos muestra la tasa de pobreza ajustada a las transferencias de gasto público.
Esta segunda línea es manifiestamente inferior al indicador comúnmente aceptado. Sin embargo, aún más interesante es la línea roja, dedicada a medir la pobreza según la capacidad de consumo. Según este indicador, la tasa es inferior al 5% y llegó a rondar el 0% en los años previos a la actual crisis económica.
Por tanto, una vez más vemos que la tasa oficial de pobreza arroja unas conclusiones mucho más pesimistas que los indicadores ajustados a la capacidad de consumo. Esta diferencia es notoria, ya que el impacto de la carestía es tres veces menor si nos ceñimos a este criterio."
No hay comentarios:
Publicar un comentario