McCoy alerta sobre la enésima maniobra del gobierno para atentar contra la libertad de las personas y su patrimonio.
Una nueva propuesta surrealista que supone un corralito para el ahorrador y que hace rechazar la inversión extranjera en España. Una nueva y errada medida de un partido hundido a la deriva y que pretende 25 años después de derribarse el muro de Berlín, seguir creando barreras para huir de un país que oprime de manera creciente al ciudadano.
Una nueva propuesta surrealista que supone un corralito para el ahorrador y que hace rechazar la inversión extranjera en España. Una nueva y errada medida de un partido hundido a la deriva y que pretende 25 años después de derribarse el muro de Berlín, seguir creando barreras para huir de un país que oprime de manera creciente al ciudadano.
Artículo de El Confidencial:
Anda el patio revuelto en la comunidad emprendedora española.
Resulta que en el proyecto de ley de IRPF, y en concreto en la nueva redacción del artículo 95bis (página 36 de este enlace al texto aprobado ayer), se incluye lo que en la terminología anglosajona se denomina como exit tax o impuesto de salida, aplicable únicamente a aquellos que quieran trasladar su domicilio fiscal fuera de España.
Así, si usted ha sido contribuyente en España en diez de los últimos quince años, tiene un patrimonio financiero en acciones o participaciones sociales superior a cuatro millones de euros o una participación de, al menos, el 25% de una empresa con un valor de la misma superior al millón de euros, deberá integrar en su declaración, como renta del ahorro, las plusvalías latentes de dichos activos o participaciones –diferencia entre valor de adquisición y mercado, cotización o patrimonio neto– en caso de que elija, por los motivos que sea, instalarse en otro país.
La casuística varía en función de que el lugar de destino sea otro Estado miembro del Espacio Económico Europeo o no, cabiendo aplazamientos con la correspondiente constitución de garantías a coste perdido, o incluso la no autoliquidación siempre que se justifique durante los diez años siguientes que no se han vendido los bienes sujetos a gravamen y/o que el sujeto del impuesto sigue en el mismo lugar al que se desplazó.
Es todo tan surrealista que resulta difícil de creer, pero ya saben: Spain is different. Rajoy, más (ups, perdón por el oxímoron).
O sea, que uno decide, por ejemplo, irse a Estados Unidos porque le surge una oportunidad de trabajo. En esos momentos, que va de todo menos holgado por la vida, tiene que soltar una pasta sin generar el efectivo para ello –recordemos que no hay venta alguna– o asumir de su bolsillo el coste de un aval por el importe teórico a desembolsar. Si en lugar de Estados Unidos fuera Alemania, por ejemplo, territorio perteneciente al EUE, sustituiría la condena inicial por una de medio plazo al tener que informar a Montoro de sus movimientos personales o financieros durante una década si no quiere ser castigado.
¿Alguien dijo Gran Hermano?
Aunque es gente como Martin Varsavsky o Iñaki Arrola la que ha abanderado la lucha contra el despropósito legislativo consumado en el Pleno del Congreso de este jueves, se trata de una medida que va mucho más allá de la decisión de crear o no negocios en España –aunque ya hay emprendedores como Salvador Mas, que fundó Openfinance, que ha anunciado en Twitter que él y las dos nuevas empresas que está montando se radicarán en el extranjero–. Se trata de un verdadero corralito para los ahorradores, a los que se cercena por la vía fiscal la libertad de movimientos y coarta su posibilidad de buscar nuevas oportunidades, personales, familiares o empresariales, en otras naciones.
Es impresionante la capacidad del Partido Popular para cabrear a sus votantes naturales. Sin embargo, la presión de la izquierda está llevando la condición socialdemócrata de este Gobierno a límites inimaginables. Hasta el punto de hacerle el caldo gordo al ala radical confiscatoria. Porque el mensaje es claro: “Nosotros no seguiremos gobernando" –que no van a seguir–, "pero usted se aguanta aquí con sus ahorros, o con el fruto de esfuerzo de años. Y apechuga con su condición de ‘rico’ ante los que asoman la coleta por la puerta”. Cerrojo tributario se llama eso. No way out.
Vergonzoso.
Ya saben, si se encuentran en la situación descrita al inicio de este post y tienen dudas acerca de si quedarse en España o salir de ella en busca de nuevos retos o por miedo ante lo que está por venir, mejor que se lo piensen antes del 31 de diciembre. Me gustaría aconsejarles que apostaran por nuestro territorio, pero… ¿con qué argumentos?
Una pena.
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