En el siguiente artículo, Elentir muestra algunos datos sobre el coste del AVE, su despilfarro, y su sinrazón.
Y es que no hay que valorar solo los costes directos, sino los altísimos costes indirectos y de oportunidad de dicho malgasto, fruto de la pésima gestión planificada centralmente de la economía llevada a cabo por políticos.
Artículo de Contando Estrelas:
Las reacciones a las palabras de un economista de Ciudadanos sobre el AVE están demostrando que España se parece mucho a Springfield en el famoso episodio de Los Simpsons sobre el monorraíl. En este caso, los charlatanes nos ofrecen trenes a cambio de votos y de nuestro dinero.
Algunos se rieron mucho cuando la ministra Carmen Calvo dijo aquello de que “estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie”, pero la realidad es que muchos españoles piensan en el dinero público como si surgiese de la nada. ¿Cuánto ha costado el AVE en España? ¿De dónde sale ese dinero? ¿Y qué hemos dejado sin cubrir para invertir en vías esa cantidad? Me propongo aquí contestar al menos a la primera pregunta.
- España es el segundo país del mundo con más kilómetros de vías de alta velocidad, actualmente más de 2.400. Sólo nos supera China, un país con una superficie 19 veces mayor que la de España y una población equivalente a la de España multiplicada por 29.
- Desde 1992 la inversión de España en líneas de alta velocidad supera ya los 70.000 millones de euros, es decir, 1,16 billones de pesetas entre obras ya hechas y las que ya están presupuestadas. Para que nos hagamos una idea, esa cantidad supera el dinero que España invierte en la sanidad pública en todo un año (que es algo más de 63.000 millones de euros) y supera con creces el mayor gasto anual en educación que haya tenido España (53.000 millones de euros). También supera con creces el volumen de la “hucha” de las pensiones públicas españoles (41.634 millones en 2014).
- Las líneas pendientes de ejecución tienen un coste superior a los 27.000 millones de euros. Esto resulta difícilmente comprensible en un país cuyo gobierno tuvo que echar mano de 15.300 millones de la hucha de las pensiones el año pasado para poder pagarlas.
- Todas las líneas de alta velocidad que hay en España son deficitarias, según señaló el RACC en 2012. Para que una línea de AVE sea mínimamente rentable necesita un tráfico de 9 millones de pasajeros al año por línea. En España no hay ninguna línea que se acerque a esa cifra ni remotamente.
- Al despilfarro que suponen los enormes costes de las líneas hay que añadirles los sobrecostes. A modo de ejemplo, el AVE Madrid-Barcelona se adjudicó en 6.800 millones y acabó costando 9.000, un 31% más. El manejo de tan enormes cantidades de dinero público en proyectos difícilmente justificables en términos económicos ha acabado dejando paso a escándalos de corrupción por malversación.
- Cada kilómetro de AVE en España tiene un coste de 11 millones de euros en construcción y 150.000 euros al año en mantenimiento, según denunció en 2010 César Molinas. La opinión de este exconsejero de Renfe al respecto es demoledora: “La apuesta española por el AVE ha supuesto sustituir corredores aéreos (Madrid-Barcelona, Madrid-Sevilla,…) muy eficientes y competitivos, que se autofinanciaban sin necesidad de dinero público, por corredores ferroviarios tremendamente deficitarios financiados por el contribuyente. Pésimo negocio que pone una bomba de relojería en el presupuesto público.“
- Adif tiene una deuda de 18.673 millones de euros, según datos de octubre de 2014, de los cuales 17.365 millones corresponden a Adif-Alta Velocidad. Para que nos hagamos una idea, la cantidad casi dobla el gasto farmacéutico anual del Sistema Nacional de Salud, que fue de 9.362 millones de euros en 2014.
En mi ciudad tengo otro ejemplo del despilfarro del AVE: la estación de Vigo-Urzáiz, inaugurada en 1987, fue demolida en 2011, sólo 24 años después de su construcción para hacer una nueva estación del AVE cuyo acabado final ha resultado mucho más modesto de lo inicialmente proyectado, y que de momento ni siquiera ha encontrado inversores privados para su centro comercial. A dos meses de las últimas Elecciones Generales, el entonces Ministro de Fomento José Blanco vino a inaugurar… ¡el derribo! Mientras los tres aeropuertos gallegos dan pérdidas, se crea una costosísima línea de AVE que será deficitaria, como las demás, y con la que el trayecto Vigo-Madrid se podrá hacer en 5 horas en vez de en 1 hora que es lo que se tarda en avión. Para colmo, en una de las zonas de España con más densidad de población, y donde quizá sean más necesarias las líneas de cercanías, la construcción del AVE aleja las estaciones de sus usuarios y ya ha supuesto el cierre de multitud de apeaderos. A mí que me lo expliquen, por favor.
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