jueves, 2 de julio de 2020

Colectivos LGTBI exigen al Gobierno una Renta Mínima Universal por ser homosexual

Elena Berberana se hace eco de la exigencia de los colectivos LGTBI de una Renta mínima Universal por el mero hecho de tu condición sexual. 

No es igualdad, es discriminación. No son derechos, son privilegios. Son políticas en búsqueda de rentas a costa de terceros basadas en la victimización bien explotada políticamente, que su propia lógica lleva a constantes cismas y nuevas luchas internas de poder y de discriminación para obtener réditos, como se ha visto nuevamente con el último giro del propio PSOE en la cuestión de la ideología de género, y ahora recientemente con la exclusión de los gays del movimiento LGTBI. 

Artículo de Libre Mercado: 

La propuesta, de asociaciones y organizaciones de izquierdas ha recibido una avalancha de críticas en las redes sociales.Celebración del Orgullo Gay en Madrid | David Alonso Rincón

"Yo no quiero ninguna renta. Soy gay, no discapacitado", ha sido el comentario que se ha hecho viral estos días de celebración del Día Internacional del Orgullo Gay. La respuesta iba dirigida a los colectivos LGTBI, que se definen por ser antifascistas, anticapitalistas y feministas, y ha desatado una oleada de comentarios de apoyo hacia el usuario que ha dejado en entredicho la petición de estas organizaciones de extrema izquierda.

En la propuesta, firmada por más de una treintena de asociaciones y organizaciones en España, exigen al Gobierno una Renta Mínima Universal para personas LGTBI, es decir, la tendencia sexual sería un requisito indispensable a la hora de recibir el subsidio universal. Homosexualidad y transexualidad deberían estar presentes en las casillas de documentos burocráticos, según dichos colectivos LGTBI, que no especifican cómo se deberá demostrar si es homosexual o no ante una institución.

La línea argumental para reclamar esta ayuda económica por identidad o condición sexual sigue los preceptos de cualquier otro colectivo izquierdista, a saber, la victimización (al igual que el feminismo de tercera y cuarta ola) sería la llave que abriría el grifo de las rentas públicas. Pese a que España es uno de los países pioneros en los derechos de los homosexuales, además de contar con leyes específicas de protección nacionales y autonómicas, las asociaciones izquierdistas no cejan en su empeño de presentarlos como un grupo con capacidades inferiores por su tendencia sexual, razón suficiente, según la ortodoxia LGTBI de izquierdas, para percibir una cuantía porque sí. Y así lo reflejan en su comunicado:

"Nos unimos, por tanto, a las voces que reclaman que esta Renta Básica Universal no tenga las trabas burocráticas que convierten las Rentas Mínimas de algunos territorios en carreras de obstáculos, ni el sesgo familiocéntrico que toma la unidad de convivencia como referencia, obviando las relaciones de poder desiguales que sufrimos las personas LGBTI. Es absolutamente necesario que esta universalidad sea real, sin criterios de exclusión para que llegue a todas, también a las personas migradas. ¡Redistribuyamos la riqueza para construir un mundo más justo, feminista y diverso!", exponen en su web.

Conflicto LGTBI y LTB

Igualmente, aplicar esta ingeniería social puede salir mal porque, al final, un grupo puede presentarse más victimizado que otro, y sacar así de la ecuación a quienes no les interese. Es así cómo el PSOE ha dado un giro inesperado y ha decidido excluir este año a los hombres gays, de las siglas del histórico movimiento. Bajo el lema "2020: Mujeres LTB: Sororidad y Feminismo", la campaña socialista se centra ahora en las mujeres homosexuales y transexuales.

"Hay personas que no reconocen o no saben abordar con naturalidad cuando una mujer de su entorno lesbiana, bisexual o trans se visibiliza, por lo que generan un vacío en la vida de esa persona pese a que le ha costado un esfuerzo titánico dar el paso contra el constructo social impuesto a lo largo de los siglos", aseveran las protagonistas de uno de los vídeos del Día del Orgullo Gay, por La llave del armario y Chrysallis Baleares.

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Campaña socialista LTB

Ante este sorpresivo cambio, se ha desencadenado una tormenta de comentarios de los varones homosexuales, quienes se han visto fuera de la campaña del PSOE. Sus detractores han rechazado de facto este nuevo impulso auspiciado por Unidas Podemos y sus representantes Boti García y Beatriz Gimeno, con Irene Montero, la ministra de Igualdad, defendiendo la tendencia política que viene.

Sus reivindicaciones hembristas llegan ahora a los varones homosexuales y dividen al colectivo. Y lo hacen con el mismo modus operandi de las organizaciones izquierdistas, que piden un ayuda económica fundamentada en la inclinación sexual, y que abochornan a buena parte de los homosexuales que nada quieren oír acerca de la propaganda de victimización volcada hacia ellos.

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