A los gobiernos de todo el planeta les sale caro, muy caro, promover la generación de energía en sus países o subvencionar el precio que pagan sus ciudadanos por los combustibles. El sector energético global se benefició solo en 2011 de casi medio billón de euros en ayudas públicas.
"El sector energético de todo el mundo recibió el año pasado en concepto de ayudas públicas casi el equivalente a la mitad del PIB español. Los subsidios repartidos por los gobiernos de todos los continentes para impulsar la generación de energía o subvencionar el precio final que abona el cliente alcanzaron los 611.000 millones de dólares (unos 480.000 millones de euros) solo el año pasado. Solo en un año. La cifra se disparó en 128.000 millones de dólares en relación a la registrada en 2010, un 26% más.
Los españoles han asumido como percepción generalizada y compartida (e incluso para muchos incontestable) que las ayudas a las renovables son exageradas y su ritmo de crecimiento de los últimos años imparable, a pesar de los recortes. Entre enero y septiembre, las primas a las energías del régimen especial (renovables y cogeneración) alcanzaron en España los 6.856 millones de euros, más que en todo 2011. Sin embargo, a escala global, las subvenciones que otorgadas para promover el consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) superan con mucho las partidas de los presupuestos públicos destinados a las energías verdes.
Las subvenciones públicas otorgadas para promover el uso de productos derivados de petróleo, gas y carbón alcanzaron en 2011 los 523.000 millones de dólares (unos 410.000 millones de euros), lo que supone un fortísimo incremento del 27% en relación al año anterior, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La mitad de ese medio billón de dólares largo se destina, en concreto, a productos derivados del petróleo. El volumen total de ayudas públicas recibidas por los combustibles fósiles es nada menos que seis veces superior a las concedidas a las renovables: las energías verdes percibieron 88.000 millones de dólares (unos 70.000 millones de euros), un 24% más.
La AIE promueve desde hace años en todos los foros internacionales -singularmente el G20, en que están representadas las principales economías mundiales- el progresivo recorte de las ayudas a las energías fósiles, que alcanzarían los 660.000 millones de dólares a finales de 2020. La agencia advierte de que las ayudas promueven un consumo excesivo de petróleo, gas y carbón, genera problemas de seguridad energética en países importadores y, por supuesto, echa por tierra los esfuerzos contra el cambio climático. Por el contrario, y aunque admite los problemas para las cuentas públicas que representan las primas a las renovables, la AIE sí avala las ayudas para impulsar las energías verdes.
Billones en ayudas a las renovables
"En muchos países los subsidios se están sometiendo a una revisión por la crisis. Es legítimo hacerlo para ahorrar dinero y solucionar el déficit, pero también hay que pensar a largo plazo", dijo ayer en Madrid el economista jefe de la AIE, Fatih Birol, quien, sin embargo, advirtió de que "estos recortes tienen implicaciones sobre la competitividad futura y el desarrollo de estas tecnologías".
"En muchos países los subsidios se están sometiendo a una revisión por la crisis. Es legítimo hacerlo para ahorrar dinero y solucionar el déficit, pero también hay que pensar a largo plazo", dijo ayer en Madrid el economista jefe de la AIE, Fatih Birol, quien, sin embargo, advirtió de que "estos recortes tienen implicaciones sobre la competitividad futura y el desarrollo de estas tecnologías".
Las previsiones que maneja la AIE en su último informe anual apuntan a que los actuales 88.000 millones dólares en subvenciones a las renovables se tripliquen en las próximas dos décadas, hasta situar las ayudas en los 240.000 millones en el año 2035. Unos subsidios que permitirían que las renovables se conviertan en la segunda fuente de generación eléctrica global ya en 2015 y fueran responsables de casi un tercio de la producción mundial de electricidad en 2035.
"Las medidas de apoyo a nuevos proyectos de renovables deberán acompasarse en el tiempo con el aumento de capacidad y la caída de los costes de las tecnologías renovables con el fin de evitar una carga excesiva para los gobiernos y consumidores", apuntó Birol. Acompasada o no, la factura para las cuentas públicas mundiales del fomento de las renovables es más que abultada: 4,8 billones de dólares entre 2012 y 2035, de los que 3,6 billones iría destinado a generación eléctrica (singularmente solar y eólica) y los 1,2 billones restante al impulso de los biocombustibles."
Fuente: Expansión
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