Pero al parecer, es la empresa la que te explota (que da trabajo y salario muy por encima de lo que percibes), y no el Estado, que desincentiva a contratar, condena a salarios más bajos y si tienes la suerte de trabajar te quita porque sí 42 de cada 100€ que te has ganado con tu trabajo.
Artículo de Libre Mercado:
"El Instituto Futuro acaba de publicar un informe sobre la aportación de las empresas a la economía española. Esta cuestión no es baladí. Tal y como avanzó Libre Mercado, el 43% de los españoles encuestados por la Comisión Europea tiene una opinión negativa de las empresas.
Con la publicación de este informe, el Instituto Futuro aspira a poner en perspectiva estas valoraciones. Por ejemplo, el think tank subraya que "el principal efecto positivo generado por las empresas es la generación de puestos de trabajo. Según los datos de la EPA del segundo trimestre de 2013, el 78,1% de los trabajadores españoles pertenece al sector privado".
El documento destaca que "la cifra de asalariados del sector público y del privado varía de manera ostensible entre Comunidades Autónomas". Lo vemos en la siguiente tabla, en la que podemos comprobar que el empleo público supone más del 20% del total en 10 regiones, situándose cerca del 35% en Extremadura.
Opacidad de las cotizaciones sociales
Uno de los apartados más interesantes del informe está dedicado a analizar el aporte tributario de las compañías españolas. Futuro lamenta que pocos trabajadores sean conscientes del esfuerzo fiscal que hacen las empresas para pagar las cotizaciones sociales. Citando datos de la OCDE, el think tank estima que "de cada 100 euros que paga el empresario español, al bolsillo del trabajador medio le llegan únicamente 58,6 €. El resto -contribuciones a la Seguridad Social del trabajador y del empleador e IRPF- acaban en la Administración".Ese esfuerzo fiscal, cifrado en niveles medios del 42%, contrasta con el 7% chileno, el 19% israelí, el 21% suizo, el 29% estadounidense, el 30% canadiense, el 31% japonés, el 32% británico... De media, los gobiernos de la OCDE deducen del coste laboral un 35% en impuestos, nivel marcadamente inferior al 42% español.
Dicho coste incluye las cotizaciones sociales contribuidas por la empresa y por el trabajador. Esta división artificial ayuda a crear opacidad tributaria, ya que el 23% que soportan las compañías permanece "oculto" al trabajador, mientras los trabajadores solamente son testigos directos de una rentención que no llega al 5%. Según el Instituto Futuro, que cita datos de la OCDE, las contribuciones de las empresas a la Seguridad Social rondan el 30% del salario bruto. La media de la OCDE es inferior al 18%.
Futuro también calcula el coste de las cotizaciones sociales en términos monetarios: en España asciende a 10.812 dólares frente a la media de 6.796 de los países de la OCDE. Esto significa que, de media, las cotizaciones son un 35% más caras en nuestro país. En comparación, países como Australia, Canadá o EEUU mantienen este coste en niveles respectivos de 2.800, 4.550 y 4.636 dólares. Resumiendo sus cálculos sobre el coste fiscal de salarios y nóminas, Futuro subraya que "para que un español reciba un euro, su empleador debe pagar 1,7 euros" al Fisco.
Presión fiscal empresarial
Como cuenta Futuro, "en España el tipo del impuesto de sociedades es del 30% para grandes empresas y del 25% para pymes. Si efectuamos una comparativa de los impuestos de sociedades de los países europeos, nos damos cuenta que el tipo máximo impositivo de España (30%) es el 4º más elevado de la UE. Sin embargo esto no es real. Para que la comparativa sea ajustada hay que tener en cuenta las deducciones y exenciones fiscales que aplica cada país para conocer el tipo impositivo efectivo que se está aplicando realmente".Así las cosas, según datos de la Agencia Tributaria española, la tasa efectiva del impuesto de sociedades para 2012 fue del 19,3%. Esta ratio de fiscalidad efectiva se compara muy negativamente con otros países europeos. En Luxemburgo, por ejemplo, ese impuesto efectivo a las ganancias empresariales es de apenas el 4,1%. Bélgica se sitúa en el 4,8%, mientras que Estonia se queda en un 6,5%. Dinamarca registra un 7,4% y Francia se coloca en un 8,2%. El vecino portugal ronda el 15%, porcentaje similar al de Austria. En Suecia, el gravamen efectivo sobre los beneficios empresariales se queda en el 16,4%.
Por lo que respecta al IVA, Futuro subraya que el tipo máximo del 21% está en la media de la UE y que el tipo superreducido del 4% es poco común (solamente Irlanda, Italia, Francia y Luxemburgo tienen regímenes similares, gravados al 4,8%, 4%, 2,1% y 3%, respectivamente). Eso sí: la normativa europea permite mantener el tipo general en el 15%, y Luxemburgo así lo hace.
En general, Futuro concluye que la contribución fiscal de las empresas españoles es superior a la media tanto en las cotizaciones sociales (7º puesto en la UE-21) y en la contribución efectiva del Impuesto de Sociedades (puesto 5º en la UE-21). El esfuerzo fiscal sí es menor en el IVA, pero cabe recordar que España ha aumentado significativamente este tributo en plena crisis, llevándolo del 16% al 21%.
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