Es lo que tiene ir contra la corrección política, aunque dicha corrección sea imponer la dictadura de género y el radicalismo fanático, que no defiende la igualdad de género, sino justamente la desigualdad:
"Veinte años de carrera observaban al juez sevillano Francisco Serrano cuando su vida cambió de la noche a la mañana, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía lo apartase de la carrera judicial durante dos años por un delito de prevaricación culposa. Su crimen, cambiar el turno de custodia de un menor para que este pudiese salir en procesión con una cofradía. El pasado 12 de julio, el Tribunal Supremo aumentó la pena hasta los diez años de inhabilitación y le condenó a pagar otros dos mil euros, además de los cuatro mil que hubo de entregar a la madre del niño en primer lugar. Ahora Serrano cuenta todo el proceso en su nuevo libro, La dictadura de género (Almuzara), con el que admite a El Confidencial “haberse desahogado”, y en el que denuncia la persecución de la que ha sido víctima y en el que señala a las “fanáticas radicales” como las principales beneficiarias de un estado de las cosas del que nadie quiere hablar.
“Es como si te pillan en el aeropuerto con un montón de harina, piensan que es cocaína, y sin pruebas, te meten en la cárcel porque dicen que conoces a traficantes. Eso es lo que han hecho conmigo. ¿Pero por qué?”, se pregunta Serrano. “Porque detrás de esto hay un claro interés económico. Se han destinado 3.600 millones de euros al plan integral contra la Violencia de Género.
Han recortado por todas partes, menos por ahí. A estas ni tocarlas. Son cuatro tías muy gritonas, que lo único que defienden es lo suyo”. Hasta el momento de la sentencia, la relación de Serrano con los colectivos feministas había sido positiva, ya que como afirma, él dictó la primera sentencia de alejamiento en España, y en el año 2001 recibió el premio Amuvis por su defensa a la mujer maltratada. Pero a partir de 2005 las cosas cambiaron, “y me han terminado echando”.
“El mero hecho de que haya un Observatorio de la Violencia, que es como el Ojo de Mordor de El señor de los anillos, que lo vigila todo, es gravísimo. Es un organismo que llama a los jueces para pedirles explicaciones de sus decisiones, que ejerce gra npresión en los veredictos, algo que está en conflicto con la independencia de la justicia”, señala el exjuez sevillano. “Y estas fanáticas del género, que han formado un politburó, lo dominan todo en España, del poder ejecutivo al legislativo pasando por el Consejo General del Poder Judicial y el cuarto poder, es decir, la prensa, que se calla en estos casos. Es una metástasis que se ha extendido por toda España”.
Una mentira política
Serrano no tiene duda de las motivaciones que conducen a un gran número de estos grupos, que “han conseguido que la mujer pase de estar bajo la tutela de su marido a estar bajo la tutela del Estado”: las económicas, y que se reflejan en leyes para él equivocadas en su planteamiento como la Ley de Violencia de Género o la Ley de Igualdad. “Si entras en su juego, tu también cobras: interesa que haya muchas situaciones de abuso porque son las que generan subvenciones. Si una mujer que ha denunciado un abuso cobra una pensión durante doce meses y al final el caso no se puede probar, no esperes que le vayan a pedir el dinero entregado, porque se te echarían encima. Esto termina perjudicando a las auténticas mujeres maltratadas”.
El fanatismo de gran parte de los que le han perseguido es uno de los males que denuncia en el texto:
“¿Sabes lo que ocurre cuando la opinión de un fanático no coincide con la realidad? Que el fanático la falsea para que se adapte a él. Esta gente está falseando las estadísticas para que se adapte a los que ellas quieren, con ideas preconcebidas de antemano y dirigidas para demostrar lo que les interesa demostrar”. Y Serrano prosigue, cada vez más caliente. “Son como un barco pirata disfrazadas de barco de Greenpeace. Al final, lo que ocurre, es que los que creemos en la igualdad somos los que al final somos los malos y los que somos señalados”.
Pero Serrano apunta hacia ambos lados cuando se trata de buscar responsables políticos, y no deja títere con cabeza: “Que les haga caso un señor llamado Zapatero, que tenía intereses políticos evidentes porque el feminismo radical le ayudó a gobernar, tiene un pase. Pero que ahora venga el PP y siga con el mismo tipo de políticas es una locura”.
¿Otro feminismo?
En la primera mitad de su nuevo libro, lo que Serrano denuncia es precisamente lo que da título al volumen, “la dictadura del género”, que se traduce de manera concreta en las políticas de igualdad y género, que, como manifiesta, “en realidad son de desigualdad. Parece ser que después de tantos años en los que la mujer ha estado por debajo del hombre, hay que darle la vuelta a la tortilla y que ahora sufra el hombre”. Sin embargo, Serrano no se muestra en contra del feminismo en sí, sino de determinadas ideas que este defiende. Es más, él defiende el “auténtico feminismo, que es el que busca la igualdad de oportunidades, y que la mujer sea reconocida por su mérito y capacidad”.
Para el antiguo titular del juzgado de Familia número 7 de Sevilla, una de las víctimas de esta dictadura que denuncia es la familia, objetivo tradicional del feminismo, según señala. “Si te vas a las bases del feminismo de hace décadas, verás a gente como Simone de Beauvoir que lo que decía es que es en la familia donde se produce el patriarcado, y por lo tanto, es cualquier relación familiar y cualquier relación entre hombres y mujeres lo que causa la discriminación. O locas como Valerie Solanas, que llegó a hablar de la destrucción de los hombres”.
Sumergidos en la espiral de silencio
Lo que Serrano manifiesta, entre otras cosas, es que muchas personas saben que esto ocurre pero no se atreven a decir nada, “por miedo a que les ocurra lo mismo que a mí”, y sólo se conoce la opinión de “ese 5% de oportunistas”. Gran parte de la culpa se la achaca a los medios de comunicación, que señala, no se hacen eco más que de la opinión de “esos sinvergüenzas”, que distorsionan la realidad para que encaje en lo que opinan. “Cuando una mujer quema su casa y muere su marido en ella, lo que se dice no es que exista violencia de género, sino que se va a investigar si existe la posibilidad de que la mujer haya sido maltratada. Eso es tremendo”. Para Serrano, muchos hombres están condenados de antemano en la definición de violencia de género, que sólo tiene en cuenta un único sentido: “Si ya se parte de la idea de que sólo las mujeres son víctimas de violencia de género, ¿para qué molestarse en preguntar a ellos, que por otra parte sufren más violencia psicológica que las mujeres?”
“A ver si los medios ‘progres’ sacan esto, o siguen haciendo creer a la gente que esto no ocurre”, concluye el juez. “Ocurre lo mismo que con la mafia, hay una omertà, un código de silencio impuesto. Pero las redes sociales no las controlan, y esto va a terminar saliendo por un lado u otro”. Para terminar, Serrano no cree que las tornas vayan a cambiar en un futuro inmediato, sino que probablemente habrán de pasar “varias generaciones” para que tal cosa ocurra. “Quizá dirán entonces ‘mira aquel, que ya decía lo que pasaba’. En la URSS de Stalin te llevaban a un gulag, y ahora te matan civilmente, como me ocurrió a mí. Pero como decía Blas de Otero, me queda la palabra”."
Fuente: El Confidencial
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