miércoles, 26 de marzo de 2014

Maquiladoras: Una salida de la pobreza

Benjamin Powell analiza la contribución que tienen el trabajo de las maquiladoras (máquinas de coser en talleres) a la salida de la pobreza de los países pobres y a la mejora gradual de las condiciones laborales de dichas sociedades.
Descríbanos a qué llama “maquiladora”.
Powell: Un ejemplo: Abigail Martinez ganaba solo 55 centavos por hora cosiendo en un taller de ropa de El Salvador. Trabajaba hasta 18 horas diarias en una sala sin ventilación, la empresa proporcionaba agua no potable. Si molestaba a sus jefes, le negaban ir al baño o le obligaban a hacer trabajo de limpieza bajo un sol ardiente. El trabajo de Abigail parece horrible.
Pero usted afirma que trabajos como este hacen que los obreros mejoren.
Powell: Las llamadas maquiladoras son parte del proceso de desarrollo que lleva a mejores condiciones. La teoría económica austriaca enseña que la gente elige con un propósito determinado para mejorar su situación. Así que no es sorprendente para un austriaco oír que un trabajo como el de Abigail le haga mejorar respecto de antes, mientras no se use violencia para hacerle aceptar el empleo.
La lógica pura de la elección es esencial para entender qué acciones ayudan a los trabajadores de las maquiladoras y cuáles les dañan. Pero la lógica de la elección nos lleva hasta allí. Es tarea del economista práctico (al que Mises calificaría de historiador) aplicar la lógica de la elección a acontecimientos actuales y fenómenos históricos para entender sus características relevantes y magnitudes empíricas institucionalmente contingentes.
¿Así que usted echa una mirada empírica a las mejoras que producen las maquiladoras?
Powell: Mi nuevo libro hace exactamente eso. Descubro que las maquiladoras en el tercer mundo benefician hoy a los trabajadores que trabajan allí y ayudan al proceso de acumulación de capital que lleva a mejores niveles de vida, igual que hicieron las fábricas en Gran Bretaña y Estados Unidos durante la Revolución Industrial.
Ludwig von Mises escribió que durante la Revolución Industrial “Los dueños de fábricas no tenían el poder para obligar a nadie a tomar un empleo en una fábrica. Solo podían contratar a gente que estuviera dispuesta a trabajar por los salarios que las ofrecían. Por muy bajos que fueran estos salarios, eran sin embargo más delo que estos indigentes podían ganar en cualquier otro campo disponible”.[1]
Encontré 83 casos de salarios de maquiladoras supuestamente explotadores reportados en fuentes periodísticas populares y comparé esas ganancias con los niveles de vida en los países en que se encontraron. En todos los países en los que estaban las maquiladoras, más del 10% de la población vive con menos de 2$ diarios. En más de la mitad de los países, lo hace el 40%. Aun así, en 77 de los 83 casos, las salarios de las maquiladoras excedían el umbral delos 2$ diarios. Cinco de las seis excepciones se producían en Bangladesh, donde los trabajadores ganaban más de 1,25$ diarios, algo que más de la mitad de la población de ese país no conseguía obtener en ese momento.
¿Pero cómo son estos empleos comparados con otros en ese mismo país?
Powell: En realidad, las ganancias de las maquiladoras se comparan incluso favorablemente con las rentas medias en los países en los que están ubicadas. En seis de los 17 países, el salario medio reportado de las maquiladoras excedía la renta media de dichos países; en Haití, Honduras y Nicaragua era más del doble de la renta media. En otros seis países, el salario medio reportado de las maquiladoras estaba en torno a la media nacional. En cuatro de los cinco países en los que los salarios de las maquiladoras estaban por debajo del 50% del salario medio, los trabajadores eran inmigrantes (a veces ilegales) de otros países y sus salarios en las maquiladoras superaban el salario medio de su país de origen.
En resumen, las maquiladoras proporcionan la opción menos mala para sus trabajadores. Pero las maquiladoras son más que la opción menos mala. Las maquiladoras traen con ellas las causas próximas del desarrollo económico: capital, tecnología y la oportunidad de construir capital humano. Si los países respetan los derechos de propiedad privada y las libertades económicas, estas causas próximas de desarrollo llevarán a una mayor productividad, lo que acaba llevando a salarios mayores y mejores condiciones de trabajo.
Parece que el problema que tienen muchos críticos es que la mejora económica no es lo suficientemente rápida.
Powell: Ese proceso de desarrollo llevó aproximadamente 150 años en Gran Bretaña, porque mucho del capital tuvo que crearse de la nada e inventarse la tecnología. Estados Unidos se transformó de una sociedad pre-industrial a una sociedad post-maquiladora más rápidamente, porque importó tecnología y capital de Gran Bretaña.
En 1950, Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur estaban empezando el proceso de desarrollo con maquiladoras. En aproximadamente una generación y media, se catapultaron de niveles pre-industriales a niveles de vida del primer mundo. Todos estos países adoptaron derechos de propiedad y libertad económica y crecieron rápidamente.
Algunos creen que estos países tienen altos niveles de vida hoy debido a las leyes laborales.
Powell: Respecto de la Revolución Industrial, Ludwig von Mises comentaba que “La legislación laboral del siglo XIX en buena parte no hacía más que proporcionar una ratificación legal de cambios que la interacción de los factores del mercado ya había producido anteriormente”.[2] Esto sigue siendo verdad para los países en los que se encuentran hoy las maquiladoras.
Tomemos por ejemplo el trabajo infantil. Los grupos anti-maquiladores condenan unánimemente el trabajo infantil y piden leyes que prohíban productos fabricados así. Pero el proceso de desarrollo es la mejor cura para el trabajo infantil. En países con rentas medias por encima de los 12.000$ no hay prácticamente trabajo infantil. Pero en países cuyas rentas están por debajo de los 2.000$, trabajan más del 30% de los niños.
Al ir saliendo las familias de la pobreza, sacan a sus hijos de los trabajos. Las leyes de trabajo infantil no se aplican u obligan a los niños a trabajar en el sector informal cuando se aprueban antes de alcanzar el nivel de desarrollo que les habría sacado del trabajo en todo caso.
No es casualidad que Estados Unidos no aprobara ninguna legislación nacional que prohibiera el trabajo infantil hasta 1938. En ese momento, la renta media por cabeza era de más de 10.000$ (en dólares de 2010). Simplemente estaba codificando lo que ya había conseguido el proceso del mercado. Lo mismo pasa con otras legislaciones sobre seguridad e higiene en el puesto de trabajo y horarios máximos en países hoy con maquiladoras.
¿Pero por qué tantas áreas siguen siendo pobres?
Powell: Sobre la pobreza en Occidente antes de la Revolución Industrial, Mises escribía: “Es deplorable que existieran tales condiciones [empobrecidas fuera de las fábricas]. Pero si se quiere responsabilizar a alguien, no debe echarse la culpa a los propietarios de fábricas que (motivados por el egoísmo, por supuesto, y no por el ‘altruismo’) hicieron lo que pudieron para erradicar los males. Lo que hubo causado estos males fue el orden económico de la era pre-capitalista”.[3]
Por desgracia, partes del tercer mundo siguen atrapados en la pobreza causada por el orden económico estatista de la era pre-capitalista. La economía es una ciencia de evaluar qué medios son capaces de alcanzar los fines deseados. Mi libro trata de acabar con la pobreza en el tercer mundo. Las principales lecciones son que muchos de los medios del movimiento anti-maquiladoras son incompatibles con ese fin. Por el contrario, adoptando un entorno de derechos de propiedad y libertad económica que permita que se produzca el proceso de desarrollo económico, que incluye maquiladoras, es el mejor remedio para la pobreza."
[1] Human Action. 1949 (1998) Scholars Edition. p. 615. [La acción humana]
[2] Ibíd., p. 612.
[3] Ibíd., p. 615.
Publicado el 20 de marzo de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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