jueves, 23 de julio de 2015

Una lección 'portuguesa' para Grecia: el clientelismo arruina los rescates

Efectivamente, el siguiente artículo muestra una de las claves del fracaso de muchos rescates y la ausencia de reformas de los países (estén o no rescatados), que siguen empeorando sus balances.

Y no es otra cosa que el brutal clientelismo político de los que dependen los gobiernos (en el poder o que aspiren a él), que implican un gran rechazo a toda reforma o eliminación de sus privilegios y prebendas (con la amenaza de retirarles su apoyo) aunque su mantenimiento (o aumento con más promesas a cambio de apoyo político) suponga un desastre económico para el conjunto de la sociedad a medio plazo y llevar al país a una situación de quiebra o insostenibilidad (con peores y mayores repercusiones posteriores).

Pero el incentivo es grande a mantener este clientelismo pues a corto plazo les permite el poder (y el aplauso) y las consecuencias de estos actos llegan en el futuro, cuando en gran medida, ya no sigan gobernando y cuando es más fácil buscar otros responsables o causas de dicha situación, pues es fácil (por desconocimiento) malear al ciudadano.

Artículo de El Economista:

Sin entrar a valorar los efectos sobre la economía de la austeridad, ¿por qué algunos países han podido manejar mejor que otros estás políticas de ajuste?. Un grupo de expertos creen que la respuesta está en el clientelismo y el 'capitalismo de amiguetes'. La fuerte influencia del clientelismo ligado al gasto público supone un gran obstáculo en Grecia para que sus Gobiernos implementen las medidas de austeridad.

Así lo argumentan en el blog de la London School of Economics, Alexandre Alfonso, profesor de Economía Política en King's College London, Sotirios Zartaloudis, profesor de Historia y Relaciones Internacionales en la Loughbourough University, y Yannis Papadopoulos, profesor de Política y Estudios Internacionales en la Universidad de Lausana.

Según un estudio realizado por estos expertos "los partidos que basan gran parte de sus políticas en el clientelismo y en la distribución de rentas que van a parar a las personas más cercanas al partido, suelen evitar o retrasar todo lo posible los ajustes fiscales, recortes del gasto público, cambios en los poderes reguladores y en los presupuestos dedicados a recompensar a sus 'clientes'. Por el contrario, los partidos que tienen menos vínculos con el clientelismo tienen mayor margen de maniobra para implementar políticas de austeridad. Su apoyo electoral está menos ligado al gasto público".
Y es que como señalan estos profesores de universidad "muchos partidos no sólo ganan elecciones por sus programas e ideología, también lo hacen gracias los 'recursos materiales' (transferencias, empleo público, rentas, inversiones o privilegios) que son capaces de otorgar a determinados núcleos a cambio de votos".

En lo que se refiere a Grecia y Portugal "nos basamos en un análisis comparativo de las medidas de austeridad, ambos países partían en 2009 de un endeudamiento muy alto, las dos naciones fueron rescatados por la troika. Este rescate lo lograron a cambio de poner en práctica programas de ajuste que incluían recortes de salarios, despidos en el sector

público, recortes en el Estado de Bienestar y subidas de impuestos".

Diferencias entre Grecia y Portugal

A pesar de que las medidas que se propusieron a ambos países fueron muy similares "los procesos políticos de apoyo fueron totalmente diferentes en ambos países. Mientras que en Portugal los partidos cooperaron pronto, los griegos usaron estrategias basadas en culpabilizar a la oposición por la crisis y las medidas que iban a implementar".

Estos expertos sostienen que en Grecia jugaron un papel muy relevante los lazos de unión entre los núcleos que apoyan a los partidos y el gasto público. "La práctica se centra en recompensar con empleos públicos a los más cercanos al partido, la propia organización de estas instituciones y sus relaciones con los sindicatos (que pueden ofrecer su apoyo político a cambio de aumentos salariales y puestos de trabajo)" fueron aspectos clave que impedían a Grecia implementar correctamente las medidas de austeridad.

Todo lo contrario ocurrió en Portugal, donde no sólo hubo entendimiento político, también la relación entre los sindicatos y los partidos tradicionales es escasa, puesto que los representantes de los trabajadores siempre han manifestado un fuerte apoyo al partido comunista, que cuenta con escasa presencia en Portugal. El país luso "realizó un gran número de ajustes fiscales al principio de la crisis, con grandes acuerdos nacionales, algo que no ha erosionado el apoyo de estos partidos en Portugal, todo lo contrario a lo que ha ocurrido en Grecia".


"En Grecia, sin embargo, la necesidad de satisfacer a la redes clientelares a cambio de su apoyo electoral obligó a los políticos a descartar la mayoría de medidas de austeridad... Cuando los principales partidos griegos acordaron poner en marcha la consolidación fiscal y apoyaron abiertamente tales políticas perdieron todo el apoyo de sus bases, especialmente de los sindicatos y sus seguidores".

A diferencia de lo que ocurre en Portugal, los sindicatos griegos siempre se han mostrado muy cercanos al partido que gobierna, asegurándose así favores de los políticos en el Gobierno. "Estos vínculos crean una especie de conexión e interdependencia entre partidos y 'clientes' que movilizan gran cantidad de recursos" que no son asignados de forma eficiente, suponiendo a la postre un lastre para el crecimiento económico.

"El masivo clientelismo griego llevó a los partidos a incurrir sistemáticamente en las promesas a los núcleos más cercanos, unas promesas que cuando se rompieron por obligación fueron la causa de la marcha masiva de los seguidores de estos partidos", culmina el informe de estos expertos.


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