El pasado 12 de septiembre, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo profundizó en su política monetaria expansiva. En este vídeo Juan Ramón Rallo explica cuáles fueron las principales medidas que adoptó y cómo, en conjunto, sólo contribuirán a esclerotizar la economía de la Eurozona.
En un primer momento expone qué funciones está llevando a cabo el Banco Central Europeo. Una de ellas es la de actuar como banquero de grandes empresas y de gobiernos comprándoles su deuda y financiándoles de manera muy barata a través del denominado QE (Quantitative Easing).
Otra función que lleva a cabo es la de actuar como banquero de bancos, y en ese sentido también ha adoptado una serie de medidas (dotar de liquidez al sistema y comprar los títulos de deuda pública y privada que han comprado previamente los bancos). El efecto de esto es la inundación de reservas de los bancos en el BCE (a cambio de la deuda comprada por el BCE, los bancos obtienen depósitos en el BCE), que solo sirve para transferirse entre bancos o para adquirir deuda pública (no para transferírselos a ciudadanos privados o empresas). Y en consecuencia estas reservas permanecen dentro del sistema financiero (a no ser que compre deuda pública a Estados).
Esto es relevante porque el BCE cobra (equivale a un impuesto) por los depósitos (reservas) que los bancos tienen depositados en el BCE (ha incrementado el cobro del 0,4% al 0,5%), y equivale al año a más de 9.000 millones de euros al año (y los accionistas del banco central son los estados, que en consecuencia son los que obtienen dicho "impuesto").
A su vez, explica por qué se han impuesto tipos de interés negativos sobre las reservas de los bancos, y por qué ahora se incrementan. El objetivo no es otro que aumentar el coste de la banca, para incentivarlos a aumentar el crédito al sector privado (para obtener ganancias por esa vía que compensen las pérdidas por las reservas que están sufriendo).
Pero el BCE, consciente de que los bancos estaban perdiendo rentabilidad, ha llevado a cabo otra medida para compensarlo, imponiendo un sistema de reserva con dos escalones (y los tipos de interés negativo solo se aplicarán al segundo escalón). El primer escalón lo formaría un importe equivalente a 6 veces las reservas reguladas, y el segundo será el exceso sobre esas seis veces las reservas reguladas que tengan en el BCE. Esto en números equivale a que en lugar de pagar unos 9.000 millones de euros paguen unos poco más de 5.000 millones (aliviando la presión financiera de la banca).
También explica por qué ha aumentado los tipos negativos si ahora van a cobrar menos de la banca. La razón viene dada porque los tipos de interés negativos sobre las reservas de los bancos son una referencia importante para otra de las medidas políticas que adoptó el BCE.
Y no es otra que las denominadas en sus siglas TLTRO (renovada por cuarta vez ya) que consiste en que si el sector financiero otorga préstamos al sector privado (hipotecas, préstamos empresariales), el BCE le proporcionará sobre esos préstamos dados, un 30% de la financiación a tipos de interés extremadamente bajos (por defecto, actualmente está en el 0%), pero si la actividad prestamista es de cierta magnitud (no dificil de alcanzar) el tipo de financiación será el tipo de interés negativo del 0,5%.
Se trata por tanto de un subsidio a la actividad crediticia del sector financiero.
Y por último, la última de las políticas aplicadas por el BCE es el mantenimiento de los tipos de interés en sus operaciones de refinanciación (0%). Pero lo relevante es que modificó la orientación de futuro de la política monetaria. Ahora no harán comunicados de sus actuaciones en función de la coyuntura económica, sino que no harán cambios hasta que el IPC regrese al 2%.
Lo que significa que estas políticas se van a mantener durante mucho tiempo con la idea de que la banca tome estos intereses como referencia a largo plazo para que lleven a cabo préstamos a tipos de interés muy bajos bajo la hipótesis de que el coste de financiación para la banca será o del 0% o del -0,5%.
Es decir, en última instancia el BCE pretende facilitar la fnanciación de gobiernos y grandes empresas para reducir su coste de financiación (beneficiando a los deudores), y a su vez, si el BCE absorbe deuda que antes compraba el sector privado, ahora éste no tendrá estos activos donde invertir, teniendo que buscar otros activos, que el BCE espera que destine a otras cosas, presionando a los bancos a su vez que presten a tipos muy bajos.
La consecuencia, como bien expone es que estamos zoombificando la economía europea. En lugar de llevar a cabo reformas estructurales para aumentar la rentabilidad de las inversiones y por tanto para que la banca y los inversores privados se inclinen a invertir en dichos proyectos empresariales de alta rentabilidad, lo que está haciendo el BCE es mantener vivos proyectos de casi nula rentabilidad y tratando de que la banca y otros inversores privados sigan financiando esos proyectos de cuasi nula rentabilidad (que tendrían que ser liquidados y redirigidos hacia proyectos más eficientes) e incluso invirtiendo en proyectos de bajísima rentabilidad (que al establecer tipos negativos pretende el BCE que parezcan rentables).
Es decir, que estamos apalancando la economía europea en inversiones esclerotizadas que quizá a corto plazo pueden tener un boom como consecuencias de estas políticas (animando a inversores) pero el coste a largo plazo es que estamos invirtiendo en inversiones improductivas, y por tanto nuestro potencial de crecimiento a largo plazo se verá reducido por la nefasta política monetaria cortoplacista que estamos llevando a cabo en Europa a través del Banco Central Europeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario