domingo, 3 de mayo de 2020

Pues claro que no tiene un Plan B: Pedro Sánchez sigue queriendo una sola cosa

Elentir analiza la última comparecencia de Pedro Sánchez (PSOE) y su chantaje respecto al estado de alarma.

Artículo de Contando Estrelas: 
Esta tarde el todavía presidente del Gobierno de España ha protagonizado un nuevo mitin televisivo, dedicándose al autobombo y rehuyendo toda autocrítica.
Mascarillas: anuncia ahora lo que debió decir hace semanas
Durante su comparecencia, que ha durado más de una hora -poniendo a prueba una vez más la paciencia de los españoles-, la única novedad que ha presentado es que será obligatorio utilizar mascarillas en los transportes públicos. Algo que ya debería haber dicho hace semanas, pero que no dijo tal vez porque su Gobierno ha sido incapaz de asegurar el suministro de mascarillas para la población.
Dice que no hay un Plan B: un intento de chantajear a la oposición
Así mismo, Sánchez ha pretendido chantajear a la oposición diciendo que “no hay un Plan B” respecto de una nueva prórroga del estado de alarma. Es decir, que lisa y llanamente lo que ha expuesto ante los españoles es la idea de que o hacemos lo que él dice o la alternativa será el desastre. Y una vez más, miente. A estas alturas no es para nada necesario estar recurriendo a un estado de alarma permanente que, por otra parte, el Gobierno ha utilizado como un estado de excepción encubiertoaprovechando la crisis sanitaria para lesionar derechos fundamentales y para desarrollar, junto a sus aliados ultraizquierdistas de Podemos, un programa político que aboca a España al desastre, al copiar las más nefastas recetas con las que el socialismo ya arruinó a un país tan próspero como Venezuela.
Un anuncio que demuestra el miedo de Sánchez a la reacción de los españoles
Que Pedro Sánchez tenga que recurrir a ese burdo chantaje es muy buena señal. Eso indica que está desesperado, tiene miedo y sabe que está perdiendo cada vez más apoyos parlamentarios, y que el descontento entre los españoles es cada vez mayor. Tal vez sea ése, precisamente, uno de sus motivos para mantener este abusivo estado de alarma: sabe que en cuanto haya la oportunidad de manifestarse, las protestas contra el Gobierno no se harán esperar, y pretende estirar esta situación de anormalidad democrática todo lo posible para que el calor y las vacaciones estivales aparquen el deseo de los ciudadanos de sumarse a grandes movilizaciones.
Sánchez sigue teniendo un solo plan: mantenerse en el poder al precio que sea
No obstante, y a pesar de que ha demostrado ser un mentiroso compulsivo, hay que reconocer que Pedro Sánchez dice la verdad al reconocer que no tiene un Plan B. Algunos le han replicado que ni siquiera tiene un Plan A, pero tal vez lo han dicho porque no tienen en cuenta cuáles son las prioridades de este personaje. Claro que Sánchez tiene un plan, y sólo uno. Es el mismo que antes de la pandemia: mantenerse en el poder al precio que sea. Hace meses, cuando pactó con Podemos, el precio fue ceder la llave de la gobernabilidad de España a los comunistas, a los fans del chavismo venezolano, a los separatistas, a los proetarras y a los golpistas del 1-O.
Ahora el precio es tenernos sometidos a los españoles a una dictadura de facto, en la que se suspenden derechos fundamentales de forma ilegal, ya no con el propósito de salvar vidas de españoles -vistas las cifras de compatriotas fallecidos en esta pandemia, uno se pregunta si ésa ha sido la finalidad del ejecutivo en algún momento-, sino con el único fin de salvar políticamente a Sánchez, que es la única persona que le preocupa de verdad al presidente del Gobierno. Y es que sin entrar en el debate de si estamos gobernados por alguien que carece de empatía y de escrúpulos morales -lo que los psiquiatras llaman un psicópata-, lo que ha quedado claro hasta ahora es que el actual inquilino de La Moncloa tiene un grave problema de narcisismo: está encantado de conocerse a sí mismo y lo único que verdaderamente le preocupa es su propio interés personal. Por eso dedica más tiempo a la mentira y a la propaganda que a gestionar esta crisis pensando en el interés general.
España sí tiene un Plan B: que este incompetente abandone La Moncloa
En una situación tan grave como ésta, España debería tener un gobierno presidido por alguien que piense más en el país que en sí mismo, pero nos ha ocurrido justo lo contrario, simplemente porque muchos se dejaron engatusar por las promesas de este embaucador. Obvia decir que el hecho de que Sánchez no tenga un Plan B no significa que España carezca de él. El más lógico es que abandone La Moncloa, para lo cual hay vías perfectamente legales, que podrían incluir un gobierno de concentración entre los principales partidos. Si Sánchez se niega a dimitir, entonces habría que presentar una moción de censura. Para eso, la mayoría de los diputados del PSOE deberían elegir el patriotismo antes que la ciega obediencia a un líder incompetente y superado por los acontecimientos. ¿Serán capaces?
Foto: PSOE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twittear