miércoles, 20 de mayo de 2020

El Gobierno inyecta casi 400 millones en becas universitarias y prescinde del mérito académico para otorgar las ayudas

Otro nuevo despropósito en materia educativa. El populismo socialista sigue expandiéndose. 
El gobierno tiene claro su objetivo de erradicar la excelencia y el mérito en educación, más sangrante en una educación universitaria, eliminando la relación entre becas y mérito. 


Esto es un absoluto disparate que lleva como bien comenta aquí Llamas a la miseria académica, como consecuencia de premiar la miseria académica. 
Lo único importante para el gobierno (PSOE y Unidas Podemos) es la creación de redes clientelares con las que mantenerse en el poder. No importan las consecuencais a medio plazo, porque tales redes serán imposibles de desmantelar por razones obvias en el futuro. 
No solo son de suma irresponsabilidad política en un Estado insolvente que sigue gastando a manos llenas con dinero que no tiene y exigirá recortes cuantiosísimos a futuro (aún mayores cuanto más se gasta hoy), no solo destruye el mérito y la exigencia, la responsabilidad de las personas, el esfuerzo en la educación, la valía del conocimiento...lo que supone la miseria económica y productiva del futuro, el paro masivo en muchísimos trabajos, pues destruye también una relación entre demanda y oferta laboral, lleva al igualitarismo en la ignorancia, a la injusticia social (premiando a quién no corresponde), a mayores impuestos a la sociedad (lo que implica regresismo fiscal para dar de quien no tiene o se dedica a profesiones humildes empobreciéndoles aún más a dar a clases media-media alta que son las que estudian en la universidad), a destruir toda lógica y función real de las becas. 
Josefina G. Stegmann informa de la medida y las reacciones en el siguiente artículo. 
Artículo de ABC:
El Gobierno incrementará en 386 millones de euros la cifra destinada a becas, lo que supone un aumento del 22% en la inversión para el curso 2020-2021. A partir de ahora, las becas pasan a depender de un criterio de renta y se soslaya (al menos en parte) el mérito académico. Con este incremento, el Ministerio de Universidades y de Educación calculan que se beneficiarán a 625.514 estudiantes el próximo curso (de ellos, 372.240 son de niveles no universitarios y 252.274 de grado y máster universitarios).
La ministra de Educación, Isabel Celaá, ya había anunciado en el Congreso el pasado mes febrero que se había llevado a cabo una «importante reforma», junto al Ministerio de Universidades, del Sistema Estatal de Becas y Ayudas al Estudio que revertiría, a lo largo de esta legislatura, las medidas adoptadas en 2012.
Sin embargo, los expertos consultados dudan de este «macro» anuncio por varias cuestiones. Primero, creen que se pisotea el mérito (algo ya denunciado con el contenido de la «Ley Celaá»). Segundo, que, al mismo tiempo, no hay una reforma tan radical como ambos ministerios quieren hacer creer. Tercero, y no menos importante, no entienden cómo se va a pagar este dinero que asciende a los 1.900 millones de euros si no hay presupuestos.


Respecto a la meritocracia, a partir de ahora, las becas exigirán solo el aprobado del curso anterior, es decir, con un 5 será suficiente para acceder a la beca completa. Hasta ahora, esta nota era suficiente para ser eximido de la primera matrícula pero no para recibir la beca íntegra, en la que se pedía un 6,5.
Así, se revierte el criterio introducido en 2013 por el exministro de Educación José Ignacio Wert, que fijaba en un 6,5 la nota en primer curso de grado y de máster para recibir la beca, es decir, una cantidad de dinero extra para pagar la residencia, transporte, coste de oportunidad por estudiar y no trabajar, etc. En el caso de la exención de matrícula Wert pedía un 5,5. En 2018, el también exministro, Íñigo Méndez de Vigo, bajó del 5,5 al 5 la nota exigida para acceder a la matrícula universitaria el primer año, pero dejó en un 6,5 la exigencia para percibir la cuantía económica.
«Esto forma parte de una actitud que ni mejora la educación, ni tampoco la universidad. De hecho, hay facultades que tienen que hacer un curso "cero" porque la gente no sale de Bachillerato con suficiente nivel. Las becas permiten exigir académicamente: las oportunidades las tienes, pero si no se aprovechan ya es asunto del alumno», critica el escritor y filósofo, José Antonio Marina, que agrega que, tras acabar la enseñanza obligatoria, la tutela del Estado se termina para pasar a otro tipo de educación: «la voluntaria donde debe existir el socialismo de las oportunidades y la aristocracia del mérito».
Por su parte, José Montalbán Castilla, doctor por en la Paris School of Economics y actualmente investigador de la Stockholm School of Economics concluye en su tesis doctoral sobre este tema que «condicionar la renovación de las becas a requisitos académicos más exigentes es positivo para incrementar el rendimiento académico de los estudiantes más desfavorecidos y mejorar la efectividad del sistema de becas. Es más, aumentar los requisitos académicos no parece dañar las posibilidades de permanencia de los estudiantes en el sistema universitario».
Ismael Sanz, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y ex director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) del Ministerio de Educación señala, en la misma línea que «es compatible facilitar el acceso a la universidad a los estudiantes de entornos desfavorecidos con estimular el esfuerzo, la dedicación y el estudio además del reconocimiento del mérito». Además, recuerda la necesidad de establecer más ayudas para los estudios universitarios en los que hay más escasez de oferta laboral, como por ejemplo los estudios de Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. «Las becas tienen que ser de más entidad y tendría que haber más número de becas para estos estudios en los que hay aumento de demanda por parte de la sociedad y las empresas y en las que, sin embargo, no hay suficiente número de estudiantes».
La segunda cuestión que se critica del anuncio es que no parece ser tan rimbombante y «estructural» como el Ministerio de Educación y Universidades quieren hacer ver. ¿Por qué? Cuando Wert era ministro de Educación introdujo en las becas dos elementos: la parte fija y la variable. La cuantía fija incluía el requisito académico además de la necesidad de estar en los umbrales de renta 1 0 2 (los más bajos). La cuantía variable se daba con lo que sobraba de la fija y sería más alta cuanto mayor sea la nota media del alumno y menor su renta. La «trampa» que tiene esta cuestión es que la parte variable, tan criticada por el PSOE y Unidas Podemos, no se elimina, sino que se reduce. Es decir, el mérito no desaparece pero sí se deja su mínima expresión. Solo han quitado el requisito académico de la parte fija, pero no de la parte variable. «No hay un cambio estructural en el sistema, cambia quién entra en el reparto y quién no, pero la parte varible se mantiene y se sigue repartiendo en función del mérito académico», señala Jorge Sainz, catedrático de Economía de la Univesidad Rey Juan Carlos y exsecretario general de Universidades quien advierte de que el anuncio defendido por el Gobierno de «democratizar el derecho a la educación y aumentar sustancialmente el número de estudiantes que acceden a las universidades en función de un criterio de situación socioeconómica» puede terminar traduciéndose en más gente percibiendo menos dinero.
«Lo que plantea el ministerio es, con una entrada de dinero determinada, en vez de repartirlo a la misma gente, se amplían los beneficiarios pero es probable que la cantidad se quede igual o incluso se reduzca al absorber más dinero las becas no universitarias». Y lo que es peor, al no haber presupuestos tendrán que repartir con lo ya presupuestado. «Esto es como que te diga que como me caes bien te voy a regalar un coche cuando me gane la lotería. El Gobierno no puede asegurar que se vayan a aprobar los presupuestos y aunque se aprobasen, ya dijo el Banco de España que había que recortar 60.0000 millones de euros, ¿cómo es compatible?».
Por su parte, el Ministerio de Universidades ha señalado a ABC que «es una partida de este mismo año ya prevista e incluida en el programa de coalición que no está sujeta a la negociación de presupuestos y que ya se ha negociado con Hacienda».

Crítica de los estudiantes

La reforma del Gobierno se basa, además de en la modificación de los requisitos académicos en otro tres puntos: la elevación del umbral 1 hasta equipararlo prácticamente al umbral de la pobreza; la elevación de las cuantías fijas en 100 euros y las mejoras en becas y ayudas a personas con discapacidad.
Estas medidas se plasmarán en un real decreto de umbrales que no tiene fecha. Ambos ministerios lo presentarán «en las próximas semanas» al Observatorio Universitario de Becas y Ayudas al Estudio.
La Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE), ha valorado positivamente que se «aumente el gasto de inversión», pero critican que no se haga de forma progresiva y no se priorice el umbral 1, que incluye a los alumnos de menos recursos, «más ahora con la crisis del Covid-19», critica Andrea Henry, presidenta de CANAE. Además, no están de acuerdo en que se mantenga la parte variable de la beca: «La parte variable se mantiene y estamos a favor de un sistema de cuantía fija. Por otro lado, se ha eliminado el requisito académico en la parte fija pero no en la variable, lo que nos parece incongruente», concluye Henry.
CANAE consiguió aprobar en la Comisión Permanente del Consejo Escolar del Estado, celebrada este martes, sus propuestas para eliminar los requisitos académicos de la parte variable y otras propuestas como «tomar los datos académicos y de renta de dos años antes (actualmente es de uno) para agilizar el proceso ya que los datos ya están en el sistema». En el caso de que no se tenga en cuenta esta información de hace dos años, CANAE pide, al menos, que se ajusten los requisitos que se piden para que se tenga en cuenta la crisis del Covid-19.

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