Artículo del Instituto Mises Hispano:
"Suelo escribir “sin estado, estaríamos mejor en relación a ____.” Siempre que escribo esto recibo e–mails diciendo: “pero debemos tener un estado, sino las cosas importantes nunca se harían”, o también “hay mucha gente con malas intenciones, y necesitamos mantenerlos bajo control”. La gente que dice esas cosas a veces cree tener pruebas históricas que les dan la razón, pero normalmente ignoran algunos principios básicos e históricos. El siguiente artículo tiene por fin explicar en pocas palabras por qué no necesitamos un estado: comparado con el libre mercado, el estado es injusto e ineficiente. Los órganos del estado nunca están obligados a llevar a cabo su misión de forma exitosa.
Cuando fallan, entonces piden más dinero —las escuelas públicas son un ejemplo bien sabido— y se piden más empleos gubernamentales que se intentan proteger. El estado es injusto en el sentido que toma el dinero por la fuerza tanto de los ricos como de los pobres independientemente de si éstos usan o no el servicio (la gente pobre paga impuestos por las escuelas, ya estén adscritos a la Escuela en Casa [Home School][1], paguen por una educación privada, o no tengan hijos. Los pobres que alquilan pagan impuestos sobre la propiedad. Los Amish pacifistas pagan las bombas).
En contraste, los negocios privados obtienen cada céntimo del propio beneficio que ellos generan (a diferencia de las instituciones del estado) dando a la gente aquello que quiere. En cada una de esas transacciones, el cliente se implica voluntariamente —el vendedor no le puede forzar. Cada vez que un negocio falla al ofrecer un producto o servicio el negocio muere y los empleados que lo componen se ven forzados a buscar otro trabajo hasta encontrar aquel en el que se pueden mantener por si mismos. Eficiencia y calidad son los resultados de este proceso, así los negocios compiten unos con otros para conseguir el dinero del cliente. La justicia es un resultado del libre mercado también ya que la gente se implica en todas las transacciones de forma voluntaria.
Hay bienes y servicios que requieren grandes inversiones, a veces demasiado grandes para un solo individuo. Las carreteras y la defensa nacional son los ejemplos más citados. En realidad, la defensa nacional fue proveída más eficientemente por empresas privadas hasta mediados del siglo XIX. En aquel entonces, el estado solía contratar servicios privados (normalmente piratas). Después del siglo XIX, los estados convirtieron en ilegal la defensa nacional privada, normalmente por mandato de los altos cargos militares los cuales se sentían incómodos por la competencia. Las carreteras eran privadas hasta que el estado se inmiscuyó en la materia. Si no se cree las grandes cosas que pueden resultar de la ausencia de estado miren la industria automovilística. El estado no construye sus propios tanques o aviones de combate. Recuerde, para obtenerlos ha de recurrir al mercado privado comprándolos con el dinero de usted[2].
Existen soluciones privadas para la justicia. Los tribunales y jueces privados florecerían si el estado no les hiciera difícil o ilegalizara su existencia. Las fuerzas de seguridad privada ya existen, y hacen todo aquello que el estado no ha ilegalizado. Lo hacen mejor y más barato; estas empresas trabajan para la gente que voluntariamente paga por sus servicios; y si estas empresas hacen algo mal y dañan a alguien, cae sobre ellas toda la responsabilidad. ¿Cuándo fue la última vez que la policía o las fuerzas del estado abandonaron el negocio de la seguridad por el hecho de haber asesinado a gente inocente, como en Waco o Kent State?[3] Puede estar seguro que la policía privada previene el crimen, pero abandonarán el negocio de la seguridad si asesinan a cualquier inocente.
Otra razón por la que “necesitamos” al estado —la lucha contra las drogas, contra el terrorismo, contra la pobreza— es para los problemas que el propio estado ha creado. Nunca ha existido una cultura de la violencia contra las drogas antes que el estado empezara su cruzada para prevenir a la gente del pecado. El terrorismo es lo que es hoy día gracias a la intervención del estado y puede ser combatido más eficientemente mediante organizaciones privadas. Y la pobreza podría ser erradicada mucho antes si el estado dejase de crearla. Dense cuenta que los países con más libertad tienen menos pobreza que los otros.
El mercado funciona como por arte de magia ofreciendo grandes recompensas a aquellos que hacen cosas con valor para otros. Por lo tanto, si el estado se mantiene fuera, o simplemente hace efectiva la legalización de cualquier servicio que pueda haber hoy día, los empresarios aparecerán en escena haciendo estos servicios más fructíferos. Las empresas que den servicios más pobres se saldrán del negocio, por lo tanto el mercado mágicamente preservará a aquellas empresas que den mejor servicio. La justicia, las carteras, y defensa son cosas que nosotros valoramos, los empresarios estarán encantados de ofrecernos estos servicios. Y no se crea nada sobre “las imperfecciones del mercado” porque el término no tiene sentido: éste fue inventado hace mucho tiempo cuando el estado entró en escena, y fue inventado para justificar la existencia del estado post hoc.
No hay nada que el estado haga bien; el estado comete injusticias a través de la imposición de la fuerza; el mercado provee cualquier cosa que necesitemos gracias a la figura del empresario, y cada participante en el mercado vigila voluntariamente al resto de participantes cuyo comportamiento, a la vez, está relacionado con su calidad de vida. Por lo tanto, cuando digo “_____ sería mejor sin estado”, eso es realmente lo que quiero decir. Y eso es cierto.
Notas
[1] La Home School es un reciente método de enseñanza importado de Canadá que tiene el mismo valor legal en Estados Unidos que la enseñanza pública o concertada. La Home School consiste en educar a los niños en las propias casas de sus padres, ya sean ellos quien imparten las clases u otro profesional. En Estados Unidos se relaciona mucho este concepto con extremistas religiosos que consideran la educación estatal poco afín a la doctrina bíblica; pero independientemente de la estigmatización en la que ha caído la realidad es que el método del Home School da más elección y libera al niño de las perniciosas ideas que el estado siempre intenta inculcar a la juventud. [Nota del traductor].[2] Para la controversia sobre las carreteras privadas, lea los siguientes enlaces [en inglés]: 1, 2, 3. Para información relacionada sobre la defensa nacional privada lea el nuevo libro The Myth of National Defense, de Hans-Hermann Hoppe.
[3] En 1970 se produjo una manifestación en la universidad de Kent State (Ohio) contra la guerra del Vietman. La Guardia Nacional reprimió la manifestación a tiros causando varios heridos y matando a cuatro estudiantes. [Nota del traductor]."
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