Ana P. Alarcos y David Marrero muestran las ayudas aprobadas para la vivienda por el Gobierno en todas sus modalidades.
Medidas (muchas además son regresivas y no progresivas) como la de "ayuda" al alquiler que como es habitual en política, está lejos de resolver el problema, mientras que lo agrava con efectos distorsionadores en los agentes económicos.
Como bien indica Jesús Encinar, Jefe de Estudios de Idealista, al igual que otros expertos, precisamente las ayudas al alquiler tienden a aumentar artificialmente el precio del alquiler, más aún, en los tramos más bajos de precio, provocando bien el efecto contrario al deseado, bien un efecto nulo para otros (aumenta la capacidad de pago del inquilino ante un problema no resuelto de escasez de viviendas y de inseguridad para el propietario de vivienda, que conlleva a aumentar la demanda y en consecuencia los precios de los alquileres.
Así, la solución correcta no es en absoluto esto, que no soluciona nada del problema. De hecho, implican que más gente caiga en dicho problema al provocar aumentos de precios a otros grupos no solicitantes de ayudas previas, agudizando un problema que los políticos estarán encantados de afrontar y de mostrar su indispensabilidad con nuevas propuestas (más dinero para más gente, más burocracia y poder del político, más puestos para allegados, más medidas cada vez más populistas para ganar la carrera del mercadeo de votos al resto de políticos...) mostrándose como salvadores, estancando un problema y haciendo cada vez más dificil derribar la maraña de medidas adoptadas (pues es fácil para el político demagogo decir que ello es contrario a que la gente pueda acceder a la vivienda, que va en contra de los necesitados, a favor de los ricos, y demás frases automáticas).
De hecho, la literatura académica es contundente en este sentido, mostrando fuertes ascensos de los precios en un porcentaje no menor al 50% de las ayudas concedidas, convirtiéndose así en un acto regresivo siendo una ayuda fundamentalmente para los rentistas y propietarios.
Sin embargo, las medidas correctas no son las más vistosas para el político (pues sus efectos no se ven a corto plazo), pues el político vive del corto plazo, de vender humo, o del marketing (medidas de cara a la galería dirigidas a un colectivo, sin mostrar los efectos indirectos sobre ese colectivo y sobre el resto). Lo que cuenta es gastar en algo (así parece que hace algo, independientemente de la efectividad, que nunca es relacionada con dicha medida) e implica dilapidar dinero del contribuyente (colectivo que como no tiene implicación directa con la medida no alza la voz) para repartirlo entre diversos colectivos para beneficio propio (que sí tienen una implicación directa en que se lleve adelante y en apoyarlo).
Lo importante para el político es la propaganda y transmitir la idea de que hacen algo para solucionar los problemas que previamente han creado (mediante legislaciones que incentivan la demanda y desincentivan la oferta provocando escasez y mayores precios) y no están dispuestos a resolver a medio y largo plazo para que otros se pongan la medalla o actúen demagógicamente diciendo que ellos dan más a x o y (aunque ello agrave notablemente la situación para mucha más gente).
De hecho, la literatura académica es contundente en este sentido, mostrando fuertes ascensos de los precios en un porcentaje no menor al 50% de las ayudas concedidas, convirtiéndose así en un acto regresivo siendo una ayuda fundamentalmente para los rentistas y propietarios.
Sin embargo, las medidas correctas no son las más vistosas para el político (pues sus efectos no se ven a corto plazo), pues el político vive del corto plazo, de vender humo, o del marketing (medidas de cara a la galería dirigidas a un colectivo, sin mostrar los efectos indirectos sobre ese colectivo y sobre el resto). Lo que cuenta es gastar en algo (así parece que hace algo, independientemente de la efectividad, que nunca es relacionada con dicha medida) e implica dilapidar dinero del contribuyente (colectivo que como no tiene implicación directa con la medida no alza la voz) para repartirlo entre diversos colectivos para beneficio propio (que sí tienen una implicación directa en que se lleve adelante y en apoyarlo).
Lo importante para el político es la propaganda y transmitir la idea de que hacen algo para solucionar los problemas que previamente han creado (mediante legislaciones que incentivan la demanda y desincentivan la oferta provocando escasez y mayores precios) y no están dispuestos a resolver a medio y largo plazo para que otros se pongan la medalla o actúen demagógicamente diciendo que ellos dan más a x o y (aunque ello agrave notablemente la situación para mucha más gente).
En este caso, para Encinar (sin profundizar en otras medidas estructurales que desde luego el político no quiere llevar a cabo por diversos motivos), la mejor manera de potenciar el mercado del alquiler "es hacer lo que sea para aumentar la oferta", como "dar más cobertura jurídica a los propietarios para que se animen a poner sus casas en alquiler, colaborar con los ayuntamientos para que cedan suelo dotacional para la construcción de viviendas destinadas al alquiler en colaboración con la empresa privada o garantizando un entorno jurídico para que salgan al mercado miles de casas que aún están vacías".
Artículo de Idealista:
El ministro de Fomento Íñigo de la Serna / Gtres
El Consejo de Ministros ha dado luz verde al Plan de Vivienda 2018-2021, que incluye ayudas para el alquiler, la compra y la rehabilitación, cuyos efectos serán retroactivos desde el pasado 1 de enero. Resumimos las principales subvenciones que contempla el proyecto y que se conocen hasta el momento, los diferentes beneficiarios, así como los requisitos a cumplir en cada uno de los casos. En líneas generales, contiene ayudas al alquiler, la rehabilitación y la compra de viviendas.
Según ha explicado el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, "se trata de un plan que intenta satisfacer las necesidades reales y que está especialmente enfocado a los jóvenes, a los mayores y a los colectivos más desfavorecidos. Hemos incorporado más del 80% de las sugerencias que nos han realizado CCAA, Ayuntamientos y representantes del sector".
A pesar de que fue presentado por Fomento en mayo del año pasado, su aprobación se ha retrasado casi un año y ha incluido algunas novedades respecto al borrador que estaba previsto. Resumimos las líneas maestras de la normativa:
Cuándo pueden solicitarse
Como estaba previsto, las ayudas tendrán carácter retroactivo desde el pasado 1 de enero y, además, tiene diferentes beneficiarios tanto para el alquiler como para la compra y los planes de rehabilitación: los inquilinos jóvenes menores de 35 años y mayores de 65 años, los desahuciados y familias con condiciones especiales, entre otros; los menores de 35 años interesados en comprar una vivienda (en el entorno rural); las comunidades de vecinos y las promotoras (y organismos públicos). Según Fomento, las CCAA deben suscribirlo en dos-tres meses, por lo que todo apunta a que se podrán pedir las ayudas a partir de junio.
Cuánto se va a invertir
El Ministerio de Fomento ha asegurado que el Plan de Vivienda 2018-2021 contará con un 64% más de recursos que su antecesor. En total, se destinarán 1.443 millones de euros, que estarán repartidos de la siguiente manera: 350 millones en 2018, 357 millones en 2019, 364 millones en 2020 y 372 millones en 2021.
Ayudas al alquiler para diferentes colectivos
- Ayudas para menores de 35 años. Los inquilinos que ganen hasta tres veces el IPREM (22.558 euros/anuales en 14 pagas) y no tengan una casa en propiedad en España pueden pedir una subvención de hasta el 50% de la renta mensualsiempre que ésta no exceda de 600 euros. En ciudades como Madrid o Barcelona, donde los precios de los alquileres están más altos, el límite para percibir la asistencia asciende a los 900 euros, pero la subvención se reduce al 30% de la renta mensual.
La vivienda alquilada debe ser la habitual durante el tiempo que dure la ayuda; esto es, de hasta tres años. - Ayudas para mayores de 65 años. Los inquilinos jubilados podrán beneficiarse también de la ayuda de hasta el 50% de la renta mensual, siempre que su patrimonio no supere los 100.000 euros, que no tengan vivienda en propiedad en España y ganen una cantidad equivalente a tres veces el IPREM para unas rentas similares a las de los menores de 35.
- Ayudas entre 35 años a 65 años. Para el resto de inquilinos, independientemente de la edad, se mantienen las condiciones en cuanto a los ingresos de la unidad familiar, de hasta tres veces el IPREM (22.558 euros/anuales en 14 pagas) y que no tengan una casa en propiedad en España, pero la subvención tiene un límite del 40% de la renta mensual siempre que no exceda de 600 euros.
En ciudades como Madrid o Barcelona, donde los precios de los alquileres están más altos, el límite para percibir la asistencia asciende a los 900 euros, pero la subvención se reduce al 30% de la renta mensual. La vivienda alquilada debe ser la habitual durante el tiempo que dure la ayuda (tres años). - Ayudas para desahuciados. Los afectados por lanzamiento de su vivienda habitual y por desahucio del alquiler también podrán optar a ayudas de hasta 400 euros mensuales para pagar la renta del alquiler. El arrendamiento de estos pisos no podrá exceder los 400 euros mensuales, por lo que la subvención podría alcanzar el 100%, según el caso, durante un plazo de hasta tres años.
- Ayudas para familias con características especiales. Para las familias numerosas, el límite que da derecho a recibir estas ayuda pasa a ser de cuatro veces el IPREM (es decir, de hasta 30.078 euros anuales), al igual que las familias que tengan algún miembro con una discapacidad de al menos el 33%. El límite es de cinco veces el IPREM (37.597,95 euros anuales) para las familias numerosas especiales (cuatro hijos o más) y las que tienen miembros con una discapacidad severa.
Ayudas a la compra: solo para jóvenes y en municipios rurales
Las ayudas a la compra de la vivienda habitual y permanente solo están disponibles para los jóvenes menores de 35 años. ¿Y en qué consiste? Básicamente, en unasubvención del 20%, con un límite de 10.800 euros para la adquisición, siempre y cuando no tenga un inmueble en propiedad.
Ahora bien, hay otras dos consideraciones generales a tener en cuenta: la ayuda está condicionada a que la casa esté ubicada en municipios de menos de 5.000 habitantes (medida que va destinada a evitar la despoblación de las zonas rurales) y que su precio no supere los 100.000 euros. "Éste es el único caso en el que habrá ayudas directas a la compra", ha recalcado de la Serna.
También deben seguir cumpliendo con los requisitos de ingresos de la unidad familiar: tres veces el IPREM (22.558 euros/anuales en 14 pagas) que se amplía a cuatro veces el IPREM (es decir, de hasta 30.078 euros anuales), para las familias numerosas o que tengan algún miembro con una discapacidad de al menos el 33%. El límite sube a cinco veces el IPREM (37.597,95 euros anuales) para las familias numerosas especiales (cuatro hijos o más) y las que tienen miembros con una discapacidad severa.
Según idealista, solo 51.910 viviendas cumplen con estos requisitos, lo que supone un 23,6% del total de viviendas a la venta actualmente en el portal inmobiliario de referencia en España.
Para Fernando Encinar, jefe de estudios de idealista, “la medida es original pero no es previsible que tenga efectos más allá de las poblaciones de 5.000 habitantes cercanas a los grandes núcleos urbanos. Incluso podría suponer que muchos jóvenes que ahora viven en ciudades grandes opten por irse a los municipios donde puedan pedir esta ayuda, facilitando la repoblación pero no en las zonas donde el Gobierno quiere actuar sino en aquellos pueblos cercanos a Barcelona, Valencia o Madrid, por ejemplo”.
Ayudas a la rehabilitación de chalets, pisos y edificios
En este caso, los beneficiarios son tanto los propietarios de viviendas unifamiliares como las comunidades de vecinos de viviendas colectivas (pisos).
Hay diferentes actuaciones que son objeto de subvención, como por ejemplo las relacionadas con la mejora de la eficiencia energética de la vivienda, como la mejora de la envolvente térmica de la vivienda; la instalación de sistemas de calefacción, refrigeración, producción de agua caliente sanitaria y ventilación para el acondicionamiento térmico, o el incremento de la eficiencia energética de los ya existentes; el establecimiento de equipos de generación o que permitan la utilización de energías renovables; la aplicación de mejoras que protejan del ruido o la instalación de sistemas que contribuyan a reducir la contaminación interior del inmueble.
Las ayudas son de 12.000 euros para las viviendas unifamiliares (sube en 1.000 euros más si el inmueble esté catalogado como un Bien de Interés Cultural (BIC), y 8.000 euros en el caso de los pisos. En el caso de edificios de viviendas, el límite también serán 8.000 euros por vivienda. Así, las ayudas serán de hasta el 40% de la inversión con carácter general, mientras que los discapacitados, los mayores de 65 años y los que tengan unos ingresos inferiores a tres veces el IPREM, el límite es de hasta el 75%.
Entre los requisitos están que el inmueble sea anterior a 1996 (el anterior Plan de Vivienda se limitaba a los anteriores a 1981, lo que significa que hay cinco millones de casas más susceptibles de pedir las ayudas), que sea el hogar habitual del propietario o arrendatario y que se presenten varios documentos: un Informe de Evaluación del Edificio o la ITE correspondiente actualizada, el acuerdo de la comunidad de propietarios y el proyecto de las actuaciones a realizar. Además, los plazos máximos para realizar las obras son de entre 12 y 18 meses desde que se concede la licencia municipal. Para los chalets, por ejemplo, es un año, mientras que para los edificios que dispongan de más de 40 viviendas, el límite es año y medio.
Ayudas a promotores y organismos públicos para construir o rehabilitar viviendas
Por último, el Plan de Vivienda 2018-2021 también contempla subvenciones para todos aquellos que construyan viviendas destinadas al alquiler, ya sean promotores privados u organismos públicos. Hay dos tipos de ayudas:
- Ayudas generales para ampliar el parque de vivienda en alquiler. Consiste básicamente en subvencionar hasta 300 euros/m2 útil, con un límite del 40% de la inversión y de hasta 31.500 euros por vivienda, siempre que el inquilino tenga unos ingresos de hasta 4,5 veces el IPREM y que el precio máximo del alquiler sea de 7 euros mensuales por m2. En el caso de que las casas estén destinadas a alquileres más baratos (para inquilinos que ganen menos de tres veces el IPREM), las ayudas aumentan a 350 euros/m2 útil, con un límite del 50% de la inversión y de hasta 36.750 euros por cada vivienda, siempre que el precio máximo del alquiler sea de 5,5 euros/m2 mensuales. Además, las casas deben estar destinadas al alquiler durante 25 años.
- Si los inquilinos son mayores o discapacitados. En el caso de que las viviendas en alquiler o a rehabilitar estén destinadas a mayores y personas con discapacidad que no tengan en vivienda en propiedad, sus ingresos no superemos cinco veces el IPREM y posean un patrimonio inferior a 200.000 euros, las ayudas públicas a los promotores cambian: serán de hasta 400 euros por m2 útiles por vivienda, con un límite de hasta el 40% de la inversión. En este caso, el plazo obligatorio de destinar estas casas al arrendamiento a estos colectivos sube hasta los 40 años.
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