domingo, 6 de octubre de 2013

El periodo de banca libre en Suecia. (Política, Economía. 2.045)

Diego Sánchez de la Cruz habla en este artículo sobre el exitoso periodo económico y sin crisis financieras de banca libre en Suecia, hasta su prohibición y hasta que el Banco Central sueco monopolizó la emisión del dinero.


Artículo de Weakerties:

"Nueva entrega sobre los orígenes capitalistas del éxito socioeconómico del Reino escandinavo.
El Banco Central sueco fue creado en la segunda mitad del siglo XVII para sustituir al Banco de Estocolmo. Dicha institución colapsó tras emitir de forma compulsiva dinero sin respaldo. Aquella entidad había estado manejada indirectamente por la Corona desde 1657 hasta 1668, año de su colapso definitivo.
Para reducir la discrecionalidad monetaria, el nuevo Banco Central sueco no iba a depender del Monarca sino del Parlamento. Esto no suponía una despolitización del dinero, pero al menos introducía un mayor nivel de pesos y contrapesos en el gobierno de la divisa.
Llegado 1834, el Reino sueco aprobó una Ley de Bancos que, por un lado, creó una nueva moneda nacional (el “riskdaler”) pero, por otro lado, permitió que las entidades financieras privadas emitiesen moneda. Esto condujo al nacimiento de veinticinco bancos privados (“enskilda banken”). Dichas entidades financieras fueron fundamentales para financiar el desarrollo industrial de Suecia: el salto capitalista del país escandinavo hubiera sido impensable sin su intermediación.
Estas entidades tenía el poder de emitir moneda de forma autónoma, sin mediación ni coordinación con el Banco Central. Este paradigma se mantuvo vigente después de 1873, a pesar de que entonces se introdujo una nueva divisa nacional (la corona) y se instauró una “unión monetaria” que ató a Suecia con Dinamarca y Noruega.
Aquella decisión fue acompañada de un anclaje al patrón oro que se mantuvo vigente durante décadas. Suecia vivió su despertar económico dentro de un paradigma monetario recomendado por numerosos analistas liberales, ya que conjugó su patrón oro con un modelo de “banca libre”.

Lamentablemente, las tensiones entre la Monarquía y el Parlamento acabaron restringiendo poco a poco el grado de libertad vigente en este ámbito. Conforme las fuerzas parlamentarias más recelosas de la libertad económica fueron convenciendo a la Monarquía, los bancos privados emisores de moneda fueron enfrentando más y más obstáculos. Por un lado, se favoreció el nacimiento de los “afärsbanker”, bancos privados que no podían emitir moneda. Por otro lado, se constituyeron bancos semi-públicos que recibían inyecciones de capital del Estado y, por tanto, seguían el criterio político (y no económico) para sus decisiones. Finalmente, en 1903 se prohibió la emisión privada de moneda.
La cuota de mercado de billetes en circulación correspondiente a la banca privada con capacidad de emisión saltó del 30% al 60% entre 1830 y 1870. El declive llegó a comienzos del siglo XX, coincidiendo con el adiós definitivo al paradigma de “banca libre” que había permitido a los “enskilda banks” emitir dinero privado desde 1834.
Desde entonces, el Banco Central sueco ostenta el monopolio de la emisión de la moneda.  En palabras de Erik Lakomaa, “tras analizar el sistema monetario y financiero de Suecia durante el siglo XIX, podemos indicar que la creación de un banco central para ejercer de prestamista de última instancia no era estrictamente necesaria”.
Lakooma llega a esta conclusión tras comprobar que a lo largo de todo el periodo de banca libre, Suecia experimentó una notable estabilidad económica que aceleró el crecimiento y favoreció la profundización de la “Revolución Capitalista”. El Reino no se enfrentó a ningún episodio grave de inflación y no se produjo ninguna quiebra bancaria relacionada con el paradigma vigente."

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