Que Greepeace mienta concienzudamente en muchísimas de las manifestaciones y alertas que realiza no es una novedad, como se ha demostrado incluso en el juzgado, pero ellos reconocen que tienen que exagerar y alarmar (es decir mentir) para llegar a más gente.
Este artículo de JM Mulet denuncia la postura de Greenpeace y la mentira sobre los transgénicos
como estrategia
de marketing. Este artículo es la primera parte...
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En 1999 Greenpeace lanzó
la guerra contra los transgénicos en Europa con el manifiesto “The end of the World as we know it”, con claras
reminiscencias a un disco de REM. El ideólogo de esta campaña fue Bendikt
Härlin, activista político proveniente de la extrema izquierda y con nula
formación científica. Si la campaña triunfó no fue un mérito exclusivo de
Greenpeace, sino más bien de una conjunción de diversos factores. Para este éxito fue determinante que los políticos y las grandes
empresas europeas vieran con buenos ojos un rechazo a una tecnología
estadounidense contra la que no estaban preparados para competir. ¿Y qué hemos
ganado a cambio? Básicamente nada. Importar lo que podríamos producir y aumentar
la dependencia tecnólogica de Estados Unidos. 13 años después el rechazo a los
transgénicos está ocasionando una brutal pérdida de potencial económico y
científico, así como una pérdida de soberanía alimentaria en Europa que está
lastrando nuestro presente y cada vez más nuestro futuro en términos de pérdida
de puestos de trabajo, de desarrollo científico, de independencia económica y soberanía alimentaria.
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Greenepeace, fomentando el odio
visceral a la ciencia |
Actualmente la política
antitransgénicos de Greenpeace en Europa es más de imagen que activa. Viene a
ser como cuando el Carrefour pone la garrafa de aceite a 9 euros. Es un precio
gancho para que la gente venga y aprovechar para venderle más cosas a precio
similar o superior que en otros supermercados. De la misma manera Greenpeace
utiliza esta campaña para captar más socios que paguen la cuota. Greenpeace
España se suma a manifestaciones o comunicados, hace presión política y cuelga
pancartas, pero poco más. Solo hay que ver los números del informe de auditoría. El
gordo va a sueldos y el canon a Greenpeace internacional, la campaña
antitransgénicos se lleva un mísero 1,7% del presupuesto anual de 7 millones de
euros. De hecho el trabajo sucio de destrozar campos experimentales de
transgénicos se lo dejan a los grupos minoritarios e integristas como ecologistas en acción o a pequeños grupos incontrolados (igual
que los ultras en la transición). Diferente es el caso de Australia donde sí que
han pasado a la acción directa y violenta. El caso opuesto es el de Estados
Unidos, donde la campaña antitransgénicos es mínima. Ante esta disparidad de
criterios no es de extrañar que en cable de Wikileaks ID #207708 se preguntaran
si la disparidad de objetivos de Greenpeace de un país a otro no sería debida
acuerdos con gobiernos o grandes empresas.
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¡¡¡¡Greenpeace pidiendo que
cerremos todas las farmacias!!!! |
Pero vayamos al meollo.
¿Qué argumentos ha utilizado Greenpeace para justificar su campaña
antitransgénicos? ¿Son ciertos? ¿Están justificados científicamente?
Pues podemos decir sin riesgo a equivocarnos que ante la falta de argumentos que
justificaran su campaña, se los han inventado. Y no estamos hablando de errores
puntuales, sino de una estrategia global, premeditada y sostenida durante años.
Por ejemplo, en otoño del año 2000 en las estaciones de tren de Holanda apareció
un anuncio en el que al lado de una apetitosa hoja de lechuga había una leyenda
que decía “está lechuga se mantiene más tiempo porque incorpora genes de rata,
buen provecho” y atribuía el invento al centro de investigación de la
Universidad ATM de Texas. Huelga decir que no hay lechugas transgénicas en el
mercado ni tiene ningún interés que incorporen genes de rata. En Australia, para
justificar daños por más de 300.000 euros en invernaderos donde se trataban de
desarrollar variedades de trigo transgénicas, hicieron una campaña de presión para que el mayor fabricante de productos
de panadería declarara públicamente que no utilizaba transgénicos, obviando el
hecho que no hay ninguna variedad de trigo transgénica comercializada, así que
aunque hubiera querido no hubiera podido.
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Campaña de Greenpeace Holanda en
el año 2000. |
¿Qué pasa en
España? En España Greenpeace edita la guía roja y verde de los
transgénicos, que no es que sea un manifiesto político como parecen indicar los
colores sino el resultado de una política de demonizar arbitrariamente a quien
no haga lo que yo quiero. Ellos solicitan a las empresas las pruebas de que no
utilizan transgénicos, si las pruebas les satisfacen van a la lista verde. Si no
las aportan o no les satisfacen van a la lista roja. De la misma manera que
si yo publico una lista de pederastas y meto a todo quien me apetece y
si me trae las pruebas de que no lo es, lo quito. En algunos casos
realizan ellos mismos lo análisis, obviando mencionar que utilizan enzimas
transgénicos para estos análisis. La decoración de esta lista se hace a base de
imágenes trucadas con el Photoshop, en plan dar mucho miedo. Mi favorita es la
del tomate con un embrión humano, más que nada porque me recuerda a las campañas
contra el aborto de los grupos ultraconservadores (de quien parecen haber
copiado parte de la estrategia y con los que coinciden en la campaña en contra
de las células madre).
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¿Hazte oír? ¿Opus Dei? no, Guia
Roja y Verde de Greenpeace |
El director histórico de la
campaña de Greenpeace en contra de los transgénicos era Juan Felipe Carrasco.
Ingeniero agrónomo que empezó trabajando en Sesostris, multinacional del grupo
Louis Dreyfuss dedicada a la importación de cereales y semillas. Empresa que también importaba transgénicos en la época en la que Juan Felipe trabajaba allí, así que podemos decir que primero
vivió de importar transgénicos y luego de criticarlos, solo se cambió de
multinacional. Ente sus logros, al margen de disfrazarse de árbol y salir de la
tierra (ver imagen), un patético manifiesto titulado “quitad las manos de nuestro arroz” en abril del 2009, que en
medio de la tecnofobia y tontería que destilaba se podía leer “muchos países han
prohibido la investigación con arroz”. En su momento escribí a Greenpeace
pidiendo la lista de países que han prohibido la experimentación, esta es la
hora que contesten. El manifiesto ha desaparecido de la web de Greenpeace (¿por
vergüenza?) pero se puede encontrar las numerosas webs que lo rebotaron. En el 2010 en el congreso
interuniversitario de estudiantes de biotecnología celebrado en Tarragona tuvo
la osadía de decir que los transgénicos estaban provocando el declive de la
mariposa monarca, leyenda urbana asociada al maíz Bt, refutada desde hace más de
10 años. Se ve que se pensaba que estaba ante un público entregado y no ante uno
con una formación digna, por lo que hizo un ridículo espantoso. Curiosamente a
pesar de que España es el principal productor europeo de maíz Bt se acaban de detectar colonias de mariposa monarca procedentes de
Estados Unidos, así que el maíz Bt más que matarla parece que las atrae.
Esta mariposa es la única cosa que le va bien a la monarquía, a pesar de que lo
mejor para los intereses de Greenpeace sería que desapareciera y así
justificaría su política y sus denuncias falsas.
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Juan Felipe Carrasco saliendo de
la tierra. |
Seguiremos
en breve hablando del actual encargado de la campaña antitransgénicos de
Greenpeace españa Luis Ferreirim, ya os adelanto que hasta donde he podido
investigar no le han plantado y todavía no le riegan."
Fuente: Los productos naturales (Vía Barcepundit)
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