Efectivamente, seguimos incrementando nuestra deuda, acumulando nuevos déficits cada año, sin realizar presupuestos de base 0, y ahogándonos más en la pobreza, castigando el ahorro y premiando la deuda. Porque efectivamente, más deuda es más pobreza.
"En el pasado Consejo de Ministros se aprobó un préstamo del ICO a diez años, con una carencia de dos años, por un volumen de 35.000 millones de euros para que los ayuntamientos y las comunidades autónomas asuman sus deudas con proveedores. Para la mayoría de los economistas la noticia era buena y todos destacamos que, por fin, las administraciones públicas darían un respiro a las empresas con las que contratan. En este país, en general, siempre se ha sabido que trabajar con las administraciones suponía cobrar tarde o muy tarde.... pero seguro. Sin embargo, en los últimos años, muchas empresas pequeñas han llegado a quebrar por los impagos de ayuntamientos y comunidades autónomas. De ahí que, en principio, la idea de primar el que se devuelva lo adeudado con las empresas privadas sea buena.
Algunos analistas como el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, se muestran algo preocupados por el plazo (diez años) cuando nuestra deuda con el Banco Central Europeo ha de ser devuelta en tres años. Este descalce de plazos es, sin duda, un aspecto peligroso. Que el Estado preste a largo y se endeude a corto es un comportamiento bastante imprudente.
Por otro lado, como José Carlos Díez considera, la mayor parte de los proveedores son grandes empresas muy endeudadas a su vez, que recibirán el dinero con una mano y lo utilizarán para enjugar sus deudas con la otra, de manera que no redundará en verdadera consolidación empresarial.
Este análisis me lleva a cuestionar la actitud generalizada de contento y respiro de la población cuando se aprueba un nuevo crédito (como éste del ICO a las administraciones), o la colocación de deuda en el mercado financiero internacional. ¿Tenemos más dinero?¿Somos más ricos?
Al contrario. Un préstamo o un crédito significa que tenemos menos dinero, no más. Es cierto que de repente hay una inyección de liquidez, suenan las monedas en la bolsa, pero pasado el tiempo, sean tres o sean diez años, habrá que devolver lo de la bolsa más los intereses. Después de las cotas tan altas de los tipos de interés de nuestra deuda y de la escalada de la prima de riesgo (que quería decir que además de tener que devolver más dinero, la sensación de quienes nos prestaban era que difícilmente íbamos a poder devolverla), los titulares de los periódicos se regocijan cuando colocamos gran cantidad de deuda con una carga de intereses menor. Y en realidad lo que quiere decir es que engordamos el agujero de nuestra pobreza aunque en un volumen menor que cuando la prima era muy alta.
España vive como quien sólo tiene medios para alimentarse hoy, y mañana Dios dirá. ¿Cómo vamos a recuperar el crecimiento económico necesario para absorber tanto paro? Habría que reducir gastos superfluos (que no es lo mismo que recortar poco y a ciegas), habría que facilitar la creación de empleo... y eso es lo que dicen que están haciendo. Pero los hechos son otros. Resulta que no se ha disminuido la carga que tienen las empresas para contratar (las aportaciones a la Seguridad Social, por ejemplo). Tampoco se facilita el ahorro que es el paso previo a la inversión. Al revés: se penaliza el ahorro. Y no se facilita la inversión de capital extranjero.
Pero, al lado de esa realidad, tan perjudicial para nuestros empresarios, salta a la palestra el controvertido proyecto empresarial del complejo “Eurovegas” que se puede emprender en Barcelona o en Madrid. Creará empleo, sí, pero a cambio de ciertas exigencias de los capitalistas del proyecto que piden cambios en las leyes españolas.
Ya puestos a cambiar la ley ¿por qué no se modifican o incluso se eliminan aquellas que estrangulan al empresario español? ¿o por qué no se aceptan estas exigencias de flexibilidad no solamente para ese complejo sino que se facilita el ahorro y la inversión, en general?
Los mensajes que desde el Gobierno y algunos medios se da a la población son tan ilógicos que celebramos la deuda y penalizamos el ahorro. Algo estamos haciendo mal."
Fuente: VozPopuli
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