miércoles, 23 de mayo de 2012

El ajuste de 2012 solo es el aperitivo de lo que queda por venir. (Economía, Política. 689)

Nadie puede gastar más de lo que ingresa de forma permanente. El ajuste no es una opción, es una necesidad...


"Nadie puede gastar más de lo que ingresa de forma permanente: ni una familia, ni una empresa, ni un Estado. Se podrá hacer durante un elevado número de años, siempre que exista algún prestamista que esté dispuesto a financiar año tras año dicho déficit. El déficit de cada año pasa a engrosar la deuda acumulada, hasta un punto en el que los prestamistas dicen “basta”.

A modo de ejemplo, Francia lleva sin equilibrar sus cuentas públicas ni un solo año desde 1974. La reiteración de dicha práctica durante casi 40 años puede hacer creer a los franceses que es posible mantenerla eternamente. Craso error. Sólo se podrá mantener el déficit público anual mientras los inversores estén dispuestos a financiarlo. De aquí surge la necesidad de la austeridad, de los excesos de gastos y déficits acumulados durante muchos años.

Sorprende que la presentación del Programa de Estabilidad 2012 -2015 del gobierno español enviado a Bruselas a final del mes pasado haya pasado tan desapercibido. En dicho programa, se determinan las previsiones del Gobierno sobre la evolución del crecimiento de la economía española y los objetivos de reducción del déficit hasta 2015.

Sorprende también el escaso eco de la presentación del programa porque, de hecho, es una hoja de ruta del ajuste del sector público y de los servicios públicos a la que se tendrá que enfrentar la economía española en los próximos años. Sorprende que el propio Gobierno no haya hecho más difusión del mismo, al objeto de mentalizar a toda la población de los ajustes que necesariamente habrán de venir y de explicar a los inversores cómo se van a realizar.
En 2012 el presupuesto pretende rebajar el déficit público del 8,5% al 5,3%, equivalente a unos 32.000 millones de euros (36.000 millones tras el afloramiento tardío de déficit de 2012 hasta 8,9% del PIB). Para realizar un ajuste del déficit de 32.000 millones de euros, el ajuste de ingresos y gasto se estima en 55.000 millones. Algunas partidas de gastos aumentan, como los intereses de la deuda y los pagos por pensiones, y la propia crisis económica hace que los ingresos públicos se reduzcan. Por tanto, el ajuste de ingresos y gastos es un 70% superior al ajuste del déficit.

El Programa de Estabilidad 2012–2015 prevé que el déficit público se rebaje al 3% del PIB en 2013, y al 1% en 2015. Utilizando cifras aproximadas, al ajuste del déficit de 32.000 millones de euros de 2012, habrá que añadir un ajuste adicional de, al menos, 42.000 millones adicionales entre 2013 y 2015. El ajuste de ingresos y gastos será sensiblemente superior a dicha cifra, como ha ocurrido en 2012.

El ajuste de los presupuestos de 2012 se divide en reducciones de gastos y aumento de ingresos “presuntos”. El ajuste de 2012 sólo es el aperitivo de lo que queda por venir en los próximos años. El aumento de los impuestos tiene un límite, del que no estamos lejos. A partir de cierto nivel, a mayores tipos impositivos se reduce la recaudación (curva de Laffer). El grueso del ajuste inevitablemente vendrá por el lado del gasto público.

Cuanto antes se ajuste el gasto, menor será la subida de impuestos y menor el daño para la economía. Si España quiere cumplir su Programa de Estabilidad 2012–2015 inevitablemente tiene que redimensionar el sector público y aplicar reformas profundas de la Administración. No es cuestión de pequeños ajustes, sino de cambios radicales, incluso en la estructura actual del Estado.

Los inversores internacionales y nacionales agradecerían que, en lugar de centrar las explicaciones sólo en los ajustes de los presupuestos de 2012, se explicitara cómo se pretende llegar a los objetivos marcados para 2015. El recorte de gastos tendrá que venir de algún sitio e, inevitablemente, tendrá que afectar a numerosas partidas del “Estado del Bienestar”. Negarlo es negar la cruda realidad.

Desear gastar por encima de los ingresos de forma permanente puede ser un deseo bienintencionado, pero los prestamistas han dicho “basta”. El ajuste no es una opción, es una necesidad."

Fuente: Cotizalia

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