No es ninguna sorpresa, y a más de uno se le debería caer la cara de la vergüenza. Como ya he advertido en varios artículos, y otros muchos economistas han advertido, la subida fiscal (hasta niveles expropiatorios) que se viene llevando a cabo (y en 2013 vendrá la subida de IVA e impuestos especiales, junto con más tasas) iban a ser un rotundo fracaso. El ajuste del déficit y presupuestario no podía salir bien (y menos en la proporción en la que se producia, de cerca de un 40%) vía incremento de impuestos, en lugar de reducción de gastos, y menos en una economía recesiva.
Supondrá cada vez más un mayor ahogo del contribuyente, del ahorro, y por tanto, un mayor estancamiento y agravamiento de la situación, lo que retrasará en mayor medida la salida del problema y de la crisis.
Y es que hay gente que sigue creyendo que con subir más y más los impuestos se recaudará más y se podrá seguir manteniendo o incluso incrementando los gastos (que se lo digan a Laffer).
Pero es lo que ocurre cuando se intenta mantener el mastodóntico chiringuito estatal que hay montado. Hay muchísimo donde eliminar gastos (y muy improductivos además) en la actual administración (local, autonómica y estatal) y lo único que se intenta es incrementar ingresos como sea (y es imposible) para mantener la brutal e insostenible estructura de gastos actual.
Desgraciadamente, los partidos políticos y gran parte de la sociedad exigen esto mismo, no reducir gastos e incrementar aún más impuestos, o aumentar gastos incluso, y otros aumentar gastos y no subir impuestos, lo que todavía nos hunde más en la miseria.
No hay duda de que España volverá a incumplir su previsión de déficit, y que es solo cuestión de tiempo de que sea rescatada (bien su sistema financiero, bien el país). Y no será porque no se advirtió:
"Las cuentas no cuadran: Hacienda recauda 9.000 millones de euros menos de lo
previsto pese a la subida de impuestos.
El Gobierno Rajoy ha aplicado una estrategia clara para cuadrar las cuentas públicas: bajar los gastos con una política de recortes y subir los ingresos con otra de incremento de impuestos. Pero la segunda parte de la ecuación está fracasando. A cierre del primer trimestre del año, la subida de impuestos ha provocado una bajada del consumo y, como consecuencia, una bajada de la recaudación prevista: Hacienda ha recaudado 9.000 millones menos de lo que tenía previsto obtener a cierre del trimestre.
Para cumplir con sus previsiones, el Gobierno debía haber recaudado ya una cantidad cercana a los 54.700 millones de euros, tal y como recogen las previsiones de los Presupuestos Generales del Estado que estiman un aumento de la recaudación del 19,1%. A día de hoy, esos ingresos apenas han subido un 0,5% y la cifra que se ha embolsado el Estado queda en 46.139 millones, según los informes de recaudación del ministerio de Hacienda.
Más impuestos pero menos ingresos
La mayor distorsión la está generando la subida de impuestos a las nóminas. Pese a que el Gobierno subió dos puntos la presión fiscal a los asalariados, la recaudación por IRPF ha sido 28 millones menor que en 2011, lo que significa una caída del 0,1%.
También ha caído la recaudación por impuestos al consumo. Como ya ocurrió con la subida fiscal del Gobierno Zapatero, la recaudación por IVA sigue menguando y ya es un 9% menor que la del año pasado. En el caso de las gasolinas, el aumento de impuestos especiales ha provocado una caída del 5,5% en la recaudación.
El mayor desfase entre lo previsto y lo recaudado está en el Impuesto de Sociedades. La subida de la presión fiscal para las empresas y el adelanto de pagos trimestral que ha diseñado el Ejecutivo no han sido suficientes para compensar la desaparición de compañías. Frente a los 397 millones que Hacienda ingresó en el primer trimestre de 2011, la Agencia Tributaria ha tenido que pagar 313 este año.
Una dificultad más para cuadrar las cuentas
El Gobierno debe cerrar este año el ejercicio con un déficit del 5,3% para recortar ese agujero hasta el 3% el año que viene. Con los nuevos datos de recaudación de Hacienda, el déficit del Estado cerraría el año no en el 5,3% sino en el 6,2%.
El nuevo escenario contable hace casi imprescindible la necesidad de un nuevo calendario de ajustes, tal como ha propuesto el comisario económico, Oli Rehn. Fuentes del PP admiten que la victoria del socialista Hollande en Francia puede beneficiar a los populares en Madrid. De hecho, los populares están divididos entre quienes defendieron que una subida de impuestos deprimiría la economía y quienes han aplicado lo contrario al llegar a Moncloa. A día de hoy, el PP de la oposición parece tener más razón que el PP del gobierno."
Fuente: Voz Populi
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