Un recorrido por algunas de las sorprendentes subvenciones y dinero de los contribuyentes en cooperación exterior durante el 2011.
Una muestra más del robo y la tomadura de pelo al contribuyente español a cargo de los políticos, cuya gestión pública ha vaciado las arcas y ahogado al ciudadano para pagar sus despropósitos y mantener a multitud de afines y lobbies:
"El gobierno de España gastó el año pasado 1.971 millones de euros en cooperación exterior, dentro del programa presupuestario 143-A del ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación destinado a este fin. Del total de ese montante casi 750 millones fueron repartidos en subvenciones, bien a entidades "sin ánimo de lucro", bien a través de aportaciones directas a países subdesarrollados o agencias oficiales de cooperación dependientes de instituciones internacionales como la ONU.
Pues bien, el gobierno actual acaba de hacer públicas las últimas ayudas tramitadas por el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en esta materia, entre las cuales hemos seleccionado algunas de las más sorprendentes para el atónito contribuyente español.
Los observatorios, sobre todo si son de género (sic), han estado siempre abundantemente subvencionados por el gobierno progresista de Zapatero y los ejecutivos autonómicos, todos los cuales cuentan con varios de estos "observatorios" que van desde el cuidado del lenguaje no sexista a la vigilancia de la cultura de género en la publicidad. Lo que tal vez no conozca el lector es que el invento de los observatorios de género también lo hemos exportado a los lugares más remotos del planeta, pero eso sí, financiados con los impuestos de todos los españoles como ocurre con el Observatorio de Género de Camboya, que nos costó el año pasado la friolera de 150.000 euros. A esta cantidad hay que sumar otros 152.200 euros que nos costó un programa de "Promoción del empoderamiento económico y la igualdad de género en 15 aldeas de la zona Ramsar en la provincia de Stung Treng", perteneciente al mismo país asiático. También en el norte de África hemos invertido dinero público para crear observatorios de igualdad, como es el caso de la "Creación de un Observatorio Independiente sobre los Derechos de las Mujeres en Argelia", por importe de 120.000 euros.
Otras subvenciones para "cooperación al desarrollo" que tienen que ver bastante poco con la ayuda para la manutención y supervivencia de los habitantes del tercer mundo, son por ejemplo la concedida a la asociación sin ánimo de lucro "Socialismo sin fronteras", receptora de 120.000 euros para la actividad "Sensibilización sobre la situación de los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos e Israel". En esa zona el contribuyente español también ha dedicado algo más de 200.000 euros, en este caso para el "Fortalecimiento de la adaptación al cambio climático de agricultores minifundistas en riesgo en el Valle del Jordán".
En México hemos contribuido a salvar de la desaparición a culturas precolombinas, como por ejemplo con una subvención de 60.000 euros para un programa denominado "Por el rescate de la cultura Mazahua"
También hemos exportado nuestras experiencias cinematográficas y culturales para mejorar el destino de pueblos ignotos, financiando por ejemplo el Festival Internacional de Cultura Hip-Hop (40.000 euros), una Caravana de cine árabe-Iberoamericano realizado por mujeres (30.000 euros), la Caravana Multicultural "Congestionarte por el desarrollo", a realizar en Perú por importe de 60.000 euros, o un vasto programa para la "Sensibilización y capacitación de agentes sociales en las especificidades y transversalización de la cultura en el desarrollo" (sic) que nos costó 50.000 euros.
Los sindicatos de izquierdas, como es natural, también han trincado su parte de la tarta de ayuda al desarrollo. Comisiones Obreras se llevó 96.500 euros para el programa denominado "Los sindicatos como actores de los cambios democráticos en El Magreb y Oriente Próximo" (50.000 euros), que sus colegas de la UGT superaron en originalidad e importe, con su iniciativa "2.015 Ideas para Cambiar el Mundo" (sic), merecedora de 189.000 euros procedentes del bolsillo de todos los españoles.
Y para acreditar el grado de implicación de las regiones españolas con las zonas más amenazadas del planeta, resulta obligado terminar con la "Asociación Extremeña para la Cooperación con la Región Amazónica" (sic), a la que los españoles premiamos el año pasado con 30.000 euros para desarrollar la actividad "Amazonia 2.0"."
Fuente: Libre Mercado
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