martes, 22 de julio de 2014

El gasto corriente y los intereses se comen la inversión, que cae a niveles de 1960

El siguiente artículo muestra el desplome producido en la inversión en España (privada y pública), y que es de donde han venido los recortes públicos de gasto (mientras que el recorte privado se ha basado principalmente en menor inversión en vivienda por la menor renta disponible), y que contrasta con el mantenimiento del gasto corriente y el fuerte aumento de los intereses por el drástico incremento de la deuda pública, que sigue aumentando sin freno.

Una situación preocupante sino se acomete una reducción del gasto corriente, puesto que estos niveles de inversión no son sostenibles.

Artículo de El Confidencial: 


La crisis económica se ha cobrado 3,8 millones de puestos de trabajo desde el tercer trimestre de 2007. Pero no sólo eso. Ha hecho retroceder los niveles de inversión –tanto pública como privada– hasta niveles desconocidos en más de cinco décadas. Un dato lo acredita: según las Cuentas Financieras que elabora trimestralmente el Banco de España, la formación bruta de capital fijo del conjunto de la economía (las inversiones) se desplomó en el primer trimestre de este año hasta alcanzar el 17,6% del PIB.
No hay precedentes. Las series históricas, que arrancan en 1960, muestran que el peor año desde el punto de vista de la inversión fue 1983, pero entonces se situó en el 18,2% del PIB.
Para hacer una idea de lo que representa ese porcentaje, hay que tener en cuenta que al comenzar la crisis la inversión llegó a suponer el 30,7% del producto interior bruto, lo que significa un recorte equivalente a unos 120.000 millones de euros en poco más de seis años. Con razón, el último documento de trabajo del BBVA sobre las finanzas autonómicas –elaborado por el director de Fedea, el economista Ángel de la Fuente– recuerda que “más del 60% de la reducción del gasto registrada durante el ejercicio proviene del recorte de las partidas de inversión hasta niveles insosteniblemente bajos”.











Eso quiere decir que, en lugar de haberse reducido el gasto corriente –cuyo multiplicador sobre el crecimiento económico es sensiblemente más limitado–, lo que se ha hecho es recortar de forma drástica las inversiones. Y los datos del Banco de España conocidos este lunes corroboran esta idea.
El retroceso de la inversión –principalmente en vivienda– ha sido especialmente significativo en el caso de los hogares, lo que es coherente con la restricción del crédito y la caída de la renta disponible. Hasta el punto de que si al inicio de la crisis la inversión de las familias representaba el 9,7% del PIB, ese esfuerzo ha caído hasta el 4,3% durante el primer trimestre del año. Por lo tanto, a menos de la mitad.
El recorte de la inversión pública ha sido, incluso, más pronunciado, sobre todo en los últimos cuatro años. Cerca de la mitad de la reducción observada del gasto entre 2009 y 2013 se debe al fuerte recorte de las partidas de inversión. Pero si el análisis se hace sobre lo sucedido el año pasado, el recorte representa casi los dos tercios del total.
La intensidad del ajuste
En 2009 –después de haberse incrementado en medio punto del PIB por la aplicación del Plan E de Rodríguez Zapatero– llegó a representar el 4,5% del producto interior bruto, pero es que en el último trimestre el porcentaje se ha hundido hasta el 1,5%. Es decir, ha bajado hasta la tercera parte, muy lejos del 3% que durante años se consideró como razonable en términos de la sostenibilidad del país a largo plazo. En el caso de las empresas, el esfuerzo inversor ha pasado de representar el 16,7% del PIB en 2007 al 11,5% actual, lo que refleja la intensidad del ajuste.











El documento de trabajo del BBVA califica lo que ha sucedió como “preocupante”. Y llega a una conclusión: mientras que las partidas de inversión se han reducido rápidamente durante los últimos años hasta casi la mitad, el gasto en intereses se ha triplicado en pocos años como resultado de la rápida acumulación de deuda y de la subida de la prima de riesgo hasta la mitad de 2012. Por el contrario, el grueso del gasto corriente registra a partir de 2009 una caída mucho más modesta que el gasto total, manteniéndose en 2013 en niveles equivalentes a los que había en 2006-07.
Como sostiene el profesor De la Fuente, la mejora de los saldos presupuestarios registrada durante los dos últimos ejercicios “es muy apreciable”, pero procede en buena parte de una reducción de las partidas de inversión hasta niveles históricamente muy bajos “que no podrán mantenerse por mucho tiempo sin que comience a afectar negativamente a la calidad de los servicios públicos”.

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