Plazaeme muestra un nuevo revés a la teoría que los alarmistas del cambio climático que dice que el mar "se comió" el calentamiento global para justificar que las temperaturas terrestres no cumplan ni de muy lejos sus alarmas y previsiones (incluyendo 15 años sin alzas en la temperatura global del planeta).
Resulta que tampoco esa justificación es válida...
Artículo de Desde el Exilio:
A veces aparecen puntos de sensatez en la ciencia del calentamiento global. Pero no los vas a ver reflejados ni en la tele ni en tu periódico favorito. Una pena, porque es la única forma de tener el consuelo de comprobar que el sentido común también funciona en lo del clima, lo mismo que en cualquier parte fuera de la mecánica cuántica.
Tampoco hay que pensar mucho para darse cuenta de que algo huele a podrido si te dicen que va a haber X calentamiento, el calentamiento no aparece, y luego te largan como excusa que es que el calentamiento se lo comió el mar. Puede ser, claro. Cuando no conoces un sistema, casi cualquier cosa puede ser. Pero esas disculpas “ad hoc” hay que cogerlas con pinzas, porque son exactamente lo mismo que el marido diciendo “esto no es lo que parece, querida”, para explicar la presencia de una amante desnuda en la cama del matrimonio.
Era alucinante. La tempeatura del planeta se mide en condiciones más o menos aceptables en el aire -a cierta altura- desde 1979, y en el borde superficial de los océanos -desde 1981-. Ambos con satélites. Y el calentamiento que se ha medido ahí es como la mitad del calentamiento que debería de haber habido según la teoría del IPCC. Y nada en los últimos 15 años. ¿Dónde está el calor del calentamiento global? Si falta la mitad, la teoría tiene un problema. Muy serio. Y cuanto más dure “la pausa”, más serio es el problema.
Es casi de libro saber la respuesta. No es lo que parece, querida. El calor está, o donde no lo medimos, o donde las mediciones son tan chungas que cualquier cosa puede valer. ¡En el mar! Y nos chupamos el dedo.
Miden la temperatura de los océanos, más o menos decentemente, desde el año 2003. Hasta 2.000 metros de profundidad (con mayor frecuencia hasta los 700). Y el “más o menos decentemente” tiene cifra: 3.000 boyas. No es difícil hacerse una idea de la calidad que le exigen a una medición así, si se piensa que pretenden medir un calentamiento en el orden de la milésima de grado centígrado al año. Unas centésimas en unas cuantas décadas.
No es broma. Siempre dan la medida en unas unidades que no te dicen nada. Porrillones de julios. Pero si lo traduces a grados centígrados, como hizo Lucía Liljegren en este gráfico, el resultado es 0,09ºC en los últimos 50 años, para la capa de 0 a 2.000 metros.
¿Y cómo lo medían antes de 2.003, y esas 3.000 boyas? ¡Ah!, con termómetros y cables desde algunos barcos. Acojonante.
Y luego se han buscado otra disculpa más, también en el mar. ¡El calor está mas abajo, donde se mide! Por debajo de los 2.000 metros. Ahí se ha escondido el calentamiento global. O la mitad de él.
Pero resulta que se acaba de publicar un estudio, con nuevas mediciones, que pone esas disculpas muy en cuestión. Y no tanto porque te vayas a creer esta medición más que las anteriores, sino porque tiene la decencia de señalar lo obvio. No tenemos un sistema de medición capaz de decir nada al respecto.
Viene de investigadores del MIT y de Harvard.
La figura clave (18) es esta:
- Según esto, el calentamiento global no se habría escondido en el fondo del mar. Mide un ligero enfriamiento en lugar de calentamiento. Pero yo tampoco me fiaría de esta medición más que de las anteriores.
- Respecto al calentamiento en la capa superior, sí mide un calentamiento entre 0 y 700 metros, pero dice que es mucho menos que en las mediciones anteriores.
- Sobre “la pausa” en el calentamiento, señala que las incertidumbres hacen imposible saber si la explicación es que el calor se está yendo al mar durante ese período.
Resumiendo. Que el -puedo explicarlo, querida-, son palabras. Pero no están basadas en ninguna realidad medible. Nullius in verba.
Estos resultados difieren de otras estimaciones (ni siquiera les llama “mediciones”) en detalle y en valores numéricos, pero probablemente no es posible determinar si alguna es correcta, con los datos existentes.
Citemos a la siempre sensata Judith Curry:
El fondo del asunto es este, que repito de la entrada previa sobre Ocean heat content uncertainties:
Contando todo, yo no veo un argumento muy convincente sobre el secuestro del calentamiento en el mar.
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Fuentes:
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