Lucio A. Muñoz sobre el trabajo que se quita a la sociedad civil por culpa del empleo artificial e innecesario que se crea en la Administración para mantener el actual sistema burocrático y clientelar.
Artículo de El Economista:
Imagen de Getty
España sufre una enfermedad que podríamos llamar 'crowding out employment', una variedad laboral del conocido 'Efecto Expulsión', que se produce cuando el Estado absorbe tal cantidad de recursos financieros que provoca la asfixia de la economía productiva. ¿Tiene cura? Solo una: la desparasitación de la Administración Pública.
Cada empleo público innecesario que se ha creado, y se sigue creando, en España ha impedido la creación de al menos un empleo productivo en el sector privado, según numerosos estudios. Pero este ratio 1/1 podría dispararse en el entorno político de las Comunidades Autónomas.
La situación es especialmente grave si se comparan los niveles salariales en las que se mueven los nuevos empleados que acceden al mercado laboral del sector privado y el sueldo de cualquier político medio: multiplica por cinco los salarios 'seiscientoseuristas' de muchos nuevos trabajadores. Cualquier cargo medio puede cobrar 50.000 o 60.000 euros al año.
Los sueldos de los políticos afectan además a la media salarial en la Administración, que es actualmente superior a la del sector privado por los altos sueldos de políticos (cuyos puestos están duplicados y triplicados), asesores, liberados sindicales, funcionarios sin oposición y enchufados por partidos políticos.
Empleados necesarios
Hay que evitar confundir los empleados públicos productivos de los innecesarios. Médicos, enfermeros, jueces, maestros, bomberos... y en general cualquier funcionario con su oposición legalmente ganada son empleados públicos necesarios y productivos. Y son un mal necesario los políticos que realmente están cumpliendo una función pública imprescindible, siempre que no esté duplicada 17 veces.
En España se calcula que hay un millón de empleos públicos considerados improductivos, por lo que podemos concluir que este desequilibrio laboral impide trabajar a varios millones de profesionales en el sector privado.
Y eso sin tener en cuenta el coste de mantener las estructuras político-administrativas autonómicas y locales, en las que están colocados todos los enchufados. Y es que estas administraciones paralelas son el refugio de estos caníbales laborales.
La impagable deuda pública, que crece imparablemente, condicionando a las generaciones futuras, así como los abusivos impuestos que pagamos los españoles, se destinan a mantener este chiringuito político, económico y laboral, integrado principalmente por las redes clientelares de los partidos políticos y los sindicatos.
Alternativas políticas
¿Hay alternativas? El PP- PSOE y Podemos mantendrán este modelo parasitario, mientras que Ciudadanos no se pronuncia al respecto. Los españoles ya somos conscientes de que PP y PSOE necesitan sostener a toda costa este modelo clientelar, comisionista y corrupto, porque es su fuente de alimentación. Podemos, por su parte, incluso potenciaría este injusto sistema.
Pero, ¿qué piensa Ciudadanos? Este partido es el único de los denominados regeneradores con posibilidades de éxito electoral, por lo que debería proponer alguna medida seria al respecto.
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