jueves, 3 de octubre de 2019

Los nuevos aranceles de El por qué de todo esto: Trump a la UE se ceban con España: un 25% al vino y al aceite

La guerra comercial no es más que una consecuencias de la intromisión política sobre la economía. Es la respuesta lógica cuando se va contra el libre mercado, levantándose bien aranceles (impuestos que incrementan el precio de los productos en territorio nacional) sobre productos extranjeros distorsionando la economía (que implica precios mayores o productos de peor calidad para los consumidores nacionales), o bien otorgándose subvenciones para también artificialmente ayudar a una empresa sobre otras (que da lugar a más impuestos, a que los consumidores consuman no el mejor producto o el más eficiente -más sostenible porque requiere menos para producirse- sino uno peor pero artificalmente abaratado subvencionado con el dinero recaudado inmoralmente de otros trabajadores, consumidores o empresas, beneficiando a accionistas de dichas empresas ayudadas (propietarios, directivos o bien trabajadores a costa de los de otros sectores). 

Una guerra comercial en la que prácticamente nadie gana (solo la empresa injustamente ayudada y los que viven de ella, incluyendo a políticos) y casi todos pierden (consumidores, trabajadores, otras empresas, contribuyentes), derivando en muchas ocasiones históricamente en guerras (como ya dijera el célebre Bastiat en el siglo XIX, "si los bienes no cruzan las fronteras, los ejércitos lo harán"), auge de nacionalismos, odios y desconfianza entre países (razas...)...

Las consecuencias las estamos viendo (SIEMPRE es así, la teoría económico y la evidencia empírica histórica lo demuestran), un deterioro económico grave que se concreta en desempleo, menor poder adquisitivo, quiebras empresariales y menor prosperidad. Pero la cuestión del proteccionismo antimercado siempre ha sido muy bien explotada por la extrema izquierda y la extrema derecha y es fácil hacer discursos emotivos de pertenencia en favor del mismo. 

Esto lleva al absurdo de defender ayudas a unas empresas (las que note más cercanas o con intereses) y criticar si lo hace otro sobre otras empresas, a defender dichas medidas en tu país pero criticarlas si lo hace otro, a apoyar estas políticas pero quejarte de las consecuencias sobre sus efectos (empleo, aumentos de precios...como lo que vemos en el artículo) y a defender la intervención del gobierno que provoca todo esto rechazando el libre mercado que lo evita pero a criticar los efectos que tiene esa defensa...


Artículo de El Confidencial: 


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