Para ello, expone las tres características o particularidades más importantes de su sistema tributario, referente al Impuesto de Sociedades, el IBI (impuesto de bienes inmuebles) y su IRPF (o impuesto sobre la renta).
La configuración de estos tres impuestos tienen un propósito muy claro: No penalizar el ahorro y la inversión (las claves del desarrollo económico, la prosperidad, la innovación, el empleo y el crecimiento de los salarios).
Desgraciadamente, justo lo contrario de lo que vemos en países como España...y los resultados y evolución desde que esto se lleva a cabo es muy evidente y clarificador (tanto en términos de crecimiento del PIB; riqueza, igualdad, renta per cápita, inversión, ahorro, desarrollo...).
Como bien concluye, "ojalá algún partido político en España emule el sistema tributario de Estonia, porque tenemos mucho que aprender de ella".
"Estonia ha duplicado su renta per capita en los últimos 20 años, en gran medida gracias a un sistema fiscal que no penaliza el ahorro personal y la inversión empresarial. Un sistema fiscal que, de acuerdo con la Tax Foundation, es el mejor de toda la OCDE."
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