martes, 16 de junio de 2020

Los ecologistas estallan: Sánchez pasa de cargarse la industria del diésel a anunciar su 'rescate' millonario

Elena Berberana analiza la reacción de los ecologistas ante la nueva incongruencia y cambio de rumbo del gobierno en materia medioambiental, y que muestra una situación típica. Imponer medidas (en muchos casos ideológicas) contra algo, al que hunden, y luego salir en su rescate cuando el desastre y consecuencias negativas emergen...

Artículo de Libre Mercado: 

Los activistas se sienten traicionados y la industria del motor respira después de los castigos del Gobierno al sector.Una protesta de Ecologistas en Acción | Archivo de Ecologistas en Acción

El Gobierno ha anunciado un plan para la automoción dotado con 3.750 millones de euros destinado, según ha comunicado Pedro Sánchez, a paliar los efectos de la crisis por el coronavirus en el sector de la automoción. La multimillonaria ayuda a la industria ha sentado como un jarro de agua fría a las organizaciones ecologistas que nada entienden sobre la incongruencia del Ejecutivo: primero declara la guerra al diésel, se da golpes en el pecho por la Transición Ecológica y emplea todas sus fuerzas en desgastar la industria de los vehículos de combustión interna para, dos años después, terminar ofreciendo estratosféricas subvenciones al sector al que han castigado económicamente.

La organización Ecologistas en Acción está que trina porque sus aliados gubernamentales les han dado de lado en beneficio de lo que ellos consideran los enemigos del planeta. Sus tesis antidiésel fueron seguidas por la ministra de Transición Ecológica causando daños enormes a la industria. Las tesis sobre la alta contaminación de los vehículos de combustión interna y los beneficios del motor eléctrico fueron refutadas por expertos y científicos, pero nada podía parar las creencias del ecologismo izquierdista.

Ahora con este nuevo rumbo político, la organización Ecologistas en Acción ha criticado que el Plan Renove podría financiar a los vehículos que emiten hasta 120 g de CO2/km. "Una cifra por encima del objetivo que la UE había puesto a la industria, que debían lograr una media de 95 g de CO2/km en la flota de coches vendida este año", afirman. Tras la lectura de la información filtrada, los activistas aseguran que buena parte de las ayudas públicas millonarias irán destinadas a los vehículos de combustión interna (diésel, gasolina, queroseno), "el elemento que más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) genera en el Estado español".

La guerra al diésel

Los ecologistas han apelado a la ministra de Transición Ecológica de inmediato. Teresa Ribera, la gurú del medio ambiente y la luchadora contra el supuesto Cambio Climático, calla como nunca lo ha hecho. El giro de 360 grados del presidente del Gobierno, la deja en evidencia y en cueros ante sus colegas activistas. Sus antiguos aliados verdes le reclaman ahora que intervenga en dicho plan de financiación.

Pero la política no ha dicho ni pío y donde dije digo, digo Diego. Recordemos que la socialista le declaró la guerra al diésel en 2018. El nuevo gravamen al combustible y el anuncio de sanciones contra los que usaran este tipo de vehículos de combustión interna, hizo que las ventas cayeran estrepitosamente hasta un 8% con la correspondiente destrucción del empleo.

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Teresa Ribera, la ministra de Transición Ecológica que castigó a la industria del diésel

La ministra emprendió una ardua batalla contra los coches contaminantes que causo la quiebra de muchas empresas. Las críticas del sector del automóvil no impidieron que Teresa Ribera siguiera adelante con sus ataques. Por estas razones, los ecologistas no entienden el viraje del Gobierno. Para ellos se trata de una incongruencia cargada de traición del que hasta ahora había sido su gran aliado. Para los afectados de la industria del motor, esto ha supuesto un verdadero alivio después del calvario y el acoso inquisitorial sin fundamento de los ecologistas.

Teresa Ribera, la ministra que se jactaba de ir siempre "andando o en bici a todos los sitios", deja ahora a los ecologistas en la estacada. Ante la opinión pública, Ribera se congraciaba con los lobbies verdes, sus declaraciones destruían empleos sin que pareciera importarle lo más mínimo, pero, por ahora, se verá obligada a enterrar el hacha de guerra. Algo que sin duda va a dar oxígeno a los fabricantes que entre sus políticas y el coronavirus no han levantado cabeza, ni motor.

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