sábado, 3 de marzo de 2018

El cuento de la brecha salarial . Hombres y mujeres cobran lo mismo a igual trabajo

Manuel Llamas expone el "cuento" de la brecha salarial (como consecuencia de una  discriminación de sexo), que tiene una explicación objetiva, mostrando las diversas razones de la misma (que no compara variables comparables). 

Artículo de El Debate de Hoy:


El conflicto sobre la brecha salarial gira en torno a argumentos que no son correctos y que se basan en cuestiones ideológicas. Las diferencias de sueldo entre mujeres y hombres, realizando el mismo trabajo en el mismo horario, no existen. 

El debate sobre la brecha salarial suele ser un campo abonado para la manipulación y el maniqueísmo, ya que, en última instancia, lo único que pretenden determinados partidos políticos y organizaciones es transmitir a la opinión pública una idea completamente falaz. A saber, que las mujeres cobran menos que los hombres por el mero hecho de ser mujeres, denunciando así una situación generalizada de discriminación laboral por razón de sexo que, en realidad, no existe en los países ricos y con un Estado de derecho consolidado, como es el caso de España.
https://twitter.com/Irene_Montero_/status/966748077435564032
Uno de los grandes errores de base consiste en la propia definición de “brecha salarial”. Esta no hace referencia a los ingresos totales que perciben hombres y mujeres a lo largo de un año, tal y como torticeramente pretenden vender algunos políticos y sindicatos, sino que alude, única y exclusivamente, a la diferencia observada en el salario bruto por hora trabajada entre ambos colectivos.
Según los últimos datos de Eurostat, la citada brecha asciende al 14,9% en España, inferior, por tanto, a la media de la Unión Europea (16,3%), por debajo de otras grandes potencias como Francia (15,8%), Reino Unido (20,8%) y Alemania (22%), e incluso mejorando la posición de otros países europeos que destacan por sus políticas de igualdad, como Dinamarca (15,1%), Holanda (16,1%) o Finlandia (17,3%).
Además, curiosamente, España es el país de la zona euro que más ha reducido dicha brecha desde 2012, con casi 4 puntos porcentuales menos.
Brecha salarial
FUENTE: EUROSTAT
Así pues, lo primero que habría que señalar es que la economía nacional no constituye ninguna anomalía ni excepción con respecto al resto de la Unión Europea, sino que destaca, más bien, por su reducida brecha salarial. Ahora bien, dicho lo cual cabe preguntarse sobre el origen de esta diferencia. En primer lugar, ¿por qué los hombres cobran más que las mujeres por hora trabajada? Y, en segundo término, ¿existe realmente discriminación salarial? Es decir, ¿cobran diferente hombres y mujeres a igual puesto de trabajo y desempeño laboral?
Para contestar a la primera cuestión hay que tener claro que la brecha salarial, tal y como está concebida, compara dos colectivos de trabajadores que desarrollan tareas, puestos y tipos de jornada muy diferentes entre sí. Partiendo de la base de que, hoy por hoy, no existen diferencias a nivel educativo -la presencia femenina en la universidad es superior a la masculina-, las trabajadoras se concentran en el sector servicios, siendo mayoritaria la ocupación de hombres en agricultura, industria y construcción -donde el sueldo medio es más alto-.
brecha salarial
FUENTE: UGT
Por otro lado, los hombres suelen desempeñar cargos de mayor responsabilidad, tanto de alta dirección como intermedios, al tiempo que más del 30% de las mujeres trabaja en restauración y comercio y el 23% en tareas elementales, con retribuciones relativamente más bajas, frente al 15% y el 13% de los hombres, respectivamente. Y al revés: más del 20% de los varones desarrolla tareas cualificadas en la industria y la construcción, con sueldos más altos, frente al 2% de las mujeres.
brecha salarial
FUENTE: UGT
Asimismo, el 25% de las trabajadoras dispone de jornada reducida, frente al 7% de los varones; la antigüedad media en su puesto también es inferior -debido, quizás, a su incorporación más tardía al mercado laboral- y tienen más presencia en empresas pequeñas y, por tanto, menos productivas… Factores todos ellos que, sumados al mayor peso relativo de la mujer en trabajos y sectores peor remunerados, explican el citado gap salarial entre hombres y mujeres.
¿Significa esto que hay discriminación? Evidentemente, no. Hombres y mujeres cobran lo mismo a igual trabajo e idénticas condiciones. Prueba de ello es que la discriminación salarial detectada por las inspecciones del Ministerio de Trabajo tan solo alcanza al 1% de los casos analizados. Además, si la citada discriminación fuera un problema tan generalizado como algunos denuncian, los empresarios optarían por contratar más mujeres en lugar de hombres, dado que cobrarían menos por una simple cuestión de género, de modo que la tasa de paro femenina tendería a desaparecer. Pero nada de esto sucede en el mundo real.
De hecho, una vez eliminados los citados hechos diferenciales en cuanto a ocupación y tipo de jornada para medir la retribución de unos y otros en términos homogéneos, la brecha salarial ajustada oscila entre el 5% y el 8%.Esta es la diferencia de sueldos que, hoy por hoy, no se puede explicar, lo cual no significa que haya discriminación, sino que, simplemente, por el momento no hay herramientas disponibles para ofrecer una respuesta desde el punto de vista estadístico.
A este respecto, resulta relevante un reciente estudio que analiza la brecha salarial entre los conductores de Uber en Estados Unidos (más de 1 millón de personas), ya que, entre otras razones, al tratarse de una aplicación que reparte viajes entre los conductores disponibles y establece una tarifa única, la empresa no dispone de capacidad alguna para discriminar entre hombres y mujeres y, pese a ello, existen diferencias. Los conductores cobran de media un 30% más a la semana que sus compañeras porque hacen más horas, pero lo curioso es que su sueldo medio por hora trabajada también es un 6% superior (21,28 dólares, frente a 20,04).
Así, aunque a primera vista no existe ninguna razón aparente para tal divergencia, dado que la compañía aplica la misma tarifa por kilómetro recorrido, el informe incluye tres factores que explican íntegramente este particular gap: la experiencia (los hombres acumulan más horas conectados a la plataforma), la velocidad (tienden a conducir más rápido) y los lugares de tránsito (suelen trabajar en lugares de mayor actividad).

La maternidad, un factor relevante

A nivel general, otros dos datos muy significativos a tener en cuenta son, en primer lugar, que la brecha salarial prácticamente desaparece entre hombres y mujeres solteros, especialmente entre los jóvenes. Tanto es así que en 147 de las 150 mayores ciudades de Estados Unidos los ingresos salariales medios de las mujeres de menos de 30 años solteras son un 8% superiores a los de los hombres en la misma situación. Y, en segundo lugar, que las mujeres tienden a priorizar los empleos que ofrecen una mayor flexibilidad horaria para poder compatibilizar el trabajo con la crianza de los hijos y otras responsabilidades familiares, lo cual, sin embargo, suele conllevar menores retribuciones.
En este sentido, la maternidad es un factor clave para entender la elección ocupacional de las mujeres y su particular situación salarial. Un detallado estudio elaborado en Dinamarca, uno de los principales referentes en materia de igualdad de género, arroja algo de luz al respecto. El informe analiza la evolución profesional de un grupo de mujeres sometidas a un tratamiento de fertilidad entre 1980 y 2013 y el resultado final es que quienes, finalmente, se quedaron embarazadas de su primer hijo registraron una drástica reducción de sueldo en comparación con las que no.
Las madres suelen trabajar menos cuando sus hijos son pequeños y tienden a optar por trabajos que están más cerca de casa y ofrecen una mayor flexibilidad horaria, a pesar de estar peor remunerados. Asimismo, esta particular interrupción en su vida profesional se traduce, igualmente, en sueldos inferiores cuando los hijos son más mayores, implicando así una penalización con respecto a las mujeres que no son madres. El gráfico de abajo muestra la diferente evolución salarial de las danesas con y sin hijos, frente a la de los hombres (gráfico de la derecha).
Brecha salarialEn resumen, la brecha salarial tiene una explicación objetiva y no es la tan cacareada discriminación de los empresarios por razón de género. Hombres y mujeres desempeñan, en términos generales, puestos y jornadas diferentes, justificando con ello las diferencias existentes. Y una de las principales causas que generan tales divergencias laborales es el hecho de la maternidad. Lo que habría que preguntarse, por tanto, es si las mujeres sacrifican libremente parte de su carrera profesional por el cuidado de sus hijos y familiares o, por el contrario, se debe a algún tipo de condicionamiento externo. Pero, sea como fuere, lo que reflejan los datos es que hombres y mujeres cobran lo mismo a igual trabajo y desempeño. Quien diga lo contrario, simplemente, miente.
Ilustración de portada: Pablo Casado

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