viernes, 21 de diciembre de 2012

El mito de la austeridad como problema de Europa. (Política, Economía. 1110)

El siguiente artículo muestra (también con gráficos demostrativos) la falsa austeridad en Europa, que se intenta vender como el problema, por aquellos que exigen aún más gasto público, por otra parte, infinanciable:


"El mito de la austeridad

Muchos políticos y comentaristas como Paul Krugman afirman que el problema de Europa es la austeridad, es decir, que hay un gasto público insuficiente. El argumento habitual es este: Debido a una reducción del gasto público, hay una demanda insuficiente en la economía, que lleva al desempleo. El desempleo hace las cosas aún peores al caer aún más la demanda agregada, causando una caída en los ingresos públicos y un aumento en los déficits públicos. Los gobiernos europeos, presionados por Alemania (que no aprendió de las supuestamente fatales políticas del canciller Heinrich Brüning) reducen así el gasto público todavía más, rebajando la demanda al despedir funcionarios y recortar transferencias públicas. Esto reduce la demanda más aún en una espiral inacabable de miseria. ¿Qué puede hacerse para romper esta espiral? La respuesta dada por comentaristas es sencillamente acabar con la austeridad, potenciar el gasto público y la demanda agregada. Paul Krugman incluso argumenta a favor de prepararse para una invasión alienígena, que induciría al gobierno a gastar más. Esa es la explicación. ¿Pero es verdad?

Primero de todo, ¿hay realmente austeridad en la Eurozona? Uno pensaría que una persona es austera cuando ahorra, es decir, si gasta menos de lo que gana. Bueno, no existe ningún país en la Eurozona que sea austero. Todos gastan más de lo que reciben en ingresos.

De hecho, los déficits públicos son extremadamente altos, a niveles insostenibles, como puede verse en el siguiente gráfico que muestra los déficits públicos en porcentajes de PIB. Señalemos que las cifras para 2012 son las que esperan los gobiernos.



Las cifras absolutas de los déficits públicos en miles de millones de euros son aún más impresionantes.



Un buen retrato de la “austeridad” es también comparar los gastos e ingresos públicos (relación de gastos e ingresos públicos en porcentaje).



Imaginemos que una persona que conocemos gasta en 2008 un 12% más de lo que ingresa, gasta el 31% más de lo que ingresa en el año siguiente, gasta un 25% más de lo que ingreso en 2010 y un 26% más de lo que ingresa en 2011. ¿Consideraríamos como austera a esa persona? ¿Y consideraríais este comportamiento como sostenible? Eso es lo que ha hecho el gobierno español. Se muestra incapaz de cambiar su rumbo. Perversamente, se hace luego a esta “austeridad” responsable por una economía española que encoge y un alto desempleo.

Por desgracia, la austeridad es la condición recesaría para la recuperación en España, la Eurozona y en otros lugares. La reducción del gasto público deja recursos disponibles para el sector privado que anteriormente había absorbido el estado. Reducir el gasto público hace rentables nuevos proyectos privados de inversión y salva a los antiguos de la quiebra.

Tomemos el siguiente ejemplo. Tom quiere abrir un restaurante. Hace los siguientes cálculos. Estima los ingresos del restaurante en 10.000$ al mes. Los costes esperados son los siguientes: 4.000$ de renta; 1.000 dólares de servicios públicos; 2.000$ de comida y 4.000$ de salario. Con unos ingresos esperados de 10.000$ y unos costes de 11.000$, Tom no iniciará su negocio.

Supongamos ahora que el gobierno es más austero, es decir, que reduce el gasto público. Supongamos que el gobierno cierra una agencia de protección al consumidor y vende el edificio de la agencia en el mercado. Como consecuencia, hay una tendencia a bajar para precios y rentas inmobiliarios. Lo mismo pasa con los salarios. Los funcionarios despedidos buscan nuevos trabajos, ejerciendo una presión a la baja en los tipos salariales. Además, la agencia no consume más servicios públicos, llevando a una tendencia a servicios públicos más baratos. Tom puede ahora alquilar espacio para su restaurante en la antigua agencia por 3.000$ al bajar las rentas. Sus facturas de servicios públicos esperados caen a 500$ y contratar a algunos de los antiguos funcionarios como lavaplatos y camareros reduce sus gastos salariales a 3.000$. Ahora con el ingreso esperado de 10.000$ y costes de 8.500$ los beneficios esperados equivalen a 1.500$ y Tom puede empezar su negocio.

Al haber reducido el gasto, el gobierno puede incluso reducir los tipos impositivos, lo que puede aumentar los beneficios de Tom después de impuestos. Gracias a la austeridad, el gobierno podría asimismo reducir su déficit. El dinero antes utilizado para financiar el déficit público puede ahora prestarse a Tom para una inversión inicial para hacer apropiados para un restaurante los antiguos despachos de la agencia. De hecho, uno de los principales problemas en países como España es que los ahorros reales de la gente se absorben y canalizan al gobierno a través del sistema bancario. Los préstamos son casi imposibles para empresas privadas, porque los bancos utilizan sus fondos para comprar bonos públicos para financiar el déficit público.

Al final, la cuestión equivale a esto: ¿Quién determinará qué se produce y cómo? El gobierno que usa recursos para sus propios propósitos (como una agencia de “protección del consumidor”, programas sociales o guerras) o los empresarios en un proceso competitivo y como agentes de los consumidores, tratando de satisfacer deseos como productos cada vez mejores y más baratos (como Tom, que utiliza parte de los recursos antes usados por la agencia del gobierno para su restaurante).

Si pensáis que la segunda opción es mejor, la austeridad es el camino. Más austeridad y menos gasto público significan menores recursos para el sector público (menos “agencias”) y más recursos para el sector privado, que los usa para satisfacer deseos del consumidor (más restaurantes). La austeridad es la solución a los problemas en Europa y Estados Unidos, al potenciar una crecimiento sostenible y reducir los déficits públicos.

¿Menor PIB?

¿Pero no reduce la austeridad, al menos temporalmente, el PIB y lleva a una espiral descendente de la actividad económica?

Por desgracia, el PIB es una cifra bastante engañosa. El PIB se define como el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en un país en un periodo determinado.
Hay dos razones menores por las que un menor PIB no puede ser siempre una mala señal.
La primera razón se relaciona con el tratamiento de los gastos públicos. Imaginemos un funcionario público que da licencias a negocios. Cuando niega una licencia para un proyecto de inversión que nunca llega a realizarse, ¿cuánta riqueza destruye? ¿Son los ingresos esperados del proyecto o sus beneficios esperados? ¿Qué pasa si el funcionario ha impedido inadvertidamente una innovación que podía ahorrar a la economía miles de millones de dólares al año? Es difícil decir cuánta destrucción de riqueza causa el funcionario. Solo podríamos tomar arbitrariamente su salario de 50.000$ al año y restarlo de la producción privada. El PIB sería menor.

Ahora contened la respiración. En la práctica se hace lo contrario. Los gastos públicos cuentan positivamente en el PIB. La actividad de destrucción de la riqueza del funcionario aumenta el PIB en 50.000$. Esto implica que si la agencia de licencias del gobierno se cerrara y se despidiera al funcionario, el efecto inmediato de esta austeridad es una caída en el PIB de 50.000$. Aun así, esta caída en el PIB es una buena señal para la producción privada y la satisfacción de los deseos del consumidor.

Segundo, si la estructura de producción está distorsionada después de un auge artificial, la restructuración también conlleva una caída temporal en el PIB. De hecho, uno solo podría mantener el PIB si la producción permaneciera sin cambios. Si España o Estados Unidos hubieran continuado utilizando su estructura de producción del auge, habrían continuado construyendo el equivalente a las viviendas que hicieron en 2007. La restructuración requiere una disminución del sector inmobiliario, es decir, un uso reducido de los factores de producción en este sector. Los factores de producción deben transferirse a aquellos sectores que son los más urgentemente demandados por los consumidores. La restructuración no es instantánea, sino organizada por empresarios en un proceso competitivo que es oneroso y requiere tiempo. En este periodo de transición, cuando se destruyen los trabajos en los sectores excesivamente hinchados, el PIB tiende a caer. Esta caída en el PIB es solo una señal de que se está llevando a cabo la necesaria restructuración. La alternativa sería producir la cantidad de viviendas de 2007. Si el PIB no cayera de golpe, significaría que el auge destructivo de riqueza continuaba como lo hizo en los años 2005-07.

Conclusión

La austeridad pública es una condición necesaria para el florecimiento privado y una rápida recuperación. El problema de Europa (y Estados Unidos) no es demasiada, sino demasiado poca austeridad… o su completa ausencia. Una caída en el PIB puede ser un indicador de que la necesaria y saludable restructuración de la economía está en marcha.

Publicado el 30 de noviembre de 2012. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Fuente: Mises Hispano

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