jueves, 27 de diciembre de 2012

Argentina: se acabó la fiesta. (Política, Economía. 1126)

Diego Sanchez de la Cruz muestra cómo los hechos acaban siempre imponiéndose, por lo que las políticas económicas de la miseria siguen provocando lo mismo que han provocado siempre: miseria.

"Mucho se ha hablado en los últimos años sobre el desempeño económico de Argentina. Economistas como Paul Krugman se han mostrado razonablemente optimistas sobre el rumbo del país latinoamericano, pero su postura ha chocado con numerosos observadores internacionales que han tomado la postura contraria.

El paso del tiempo, como siempre, da y quita razones. En el caso de Argentina, la política monetaria acabará quitando razón a los entusiastas del “modelo Kirchner”. Las alarmas empezaron a saltar a nivel internacional cuando el semanario The Economist anunció que dejaría de publicar los datos oficiales de inflación de Argentina, decisión tomada debido a la sospecha generalizada de que estas cifras están siendo manipuladas.

Si hacemos caso al INDEC, los precios suben en Argentina a un nivel anual del 9%, cifra ya de por sí preocupante. No obstante, de acuerdo con estudios independientes como los que publica PriceStats, la inflación real de Argentina ronda el 25%. El Gobierno no parece preocupado por esta tendencia: en numerosas ocasiones, Cristina Fernández de Kirchner ha rechazado la necesidad de “enfriar la economía”. Según la mandataria argentina, contener la inflación “sólo conduce a la miseria y al desempleo como ocurrió durante décadas”.

En la actualidad, la cantidad de billetes de 100 pesos que hay en circulación suma más de la mitad de la masa monetaria total. Así lo confirma el Banco Central, de cuyo informe para 2011 podemos deducir que el número de billetes circulantes de 100 pesos se ha multiplicado por tres en el último lustro. Según ha publicado Bloomberg, este aumento equivale a casi el 40%, por encima incluso del elevado ritmo del 30% al que venía aumentando la masa monetaria en los años anteriores.

Esta evolución no debería extrañarnos: 2011 fue año de elecciones presidenciales, y el 52% de los nuevos pesos disponibles en la economía argentina se fueron directamente a financiar programas de gasto gubernamental. Así se explica, por ejemplo, que la propaganda oficial del gobierno pudiese aumentar un 84% en los meses anteriores a los comicios. Mientras tanto, los argentinos van perdiendo poder adquisitivo de forma acelerada. Si un dólar estadounidense compraba tres pesos en 2009, hoy compra cinco.

Cabe destacar, eso sí, que la Presidenta no parece sufrir el mismo destino que el resto de la economía del país: a lo largo de la última década, su patrimonio familiar ha crecido de 7 a 92 millones de pesos.

Otras distorsiones

La política monetaria no es el único talón de Aquiles del “modelo Kirchner”. Otro ejemplo lo tenemos en las mediciones de la pobreza. Como explicó Mauricio Rojas, el número oficial de pobres es inferior a los 4 millones de personas, pero los estudios independientes indican una realidad muy diferente. Así, las evaluaciones de bancos, consultoras y universidades cifran la miseria en niveles que van de los 8 a los 10 millones de argentinos.

Tampoco los datos de empleo que publica el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner deberían ser tomados muy en serio por los analistas. Entre 2007 y 2011, el empleo público aumentó casi un 70%. Así las cosas, hoy cabe afirmar que uno de cada cinco hogares argentinos tiene por lo menos a uno de sus integrantes en la nómina del Estado.

El paso del tiempo va desnudando las carencias del “modelo Kirchner”, y conforme la realidad se hace más presente, las reacciones son más desmesuradas. La persecución a los medios críticos, el proteccionismo comercial y las nacionalizaciones de empresas son los últimos “trucos de magia” que ha desplegado el gobierno argentino, pero su efecto es cada vez menor y la contestación social va en aumento. Una vez más, la experiencia va derrotando a la esperanza y los hechos se imponen.

Argentina no es una excepción, y las políticas económicas de la miseria siguen provocando lo mismo que han provocado siempre: miseria."

Artículo original aquí:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twittear