martes, 18 de diciembre de 2012

¡Los robots están llegando! ¡La resistencia es inútil! (Economía, Política. 1093)

Un artículo sobre el escenario de un futuro tecnológico sobre el que habrá que reflexionar, y el impacto sobre el empleo que ha tenido y que puede tener:

"Los robots están llegando. La resistencia es inútil. No es el cumplimiento de la profecía Maya, sino el inicio de un interesante artículo de Sam Grobart en Businessweek, en el que fija un escenario de un futuro tecnológico sobre el que habrá que reflexionar con cuidado.

Grobart señala que desde las fábricas de automóviles, a las plantas de microprocesadores, a los almacenes de repuestos, un solo robot puede ahora hacer tareas que antes hacían los hombres en cientos de horas. Esta implacable marcha de la automatización está causando trastornos económicos. A medida que pasa el tiempo, las empresas serás más productivas y eficientes, pero la cantidad de trabajo humano requerido disminuirá y la paga será menor. El “trabajador sensible” será reducido a un vestigio de una época más simple.
 
Esto es lo que nos han dicho. Para algunos economistas, las tasas de desempleo persistirán altas en los EE.UU. y Europa, en parte a la aparición de las máquinas. "No hay duda de que en algunas industrias de alto perfil, la tecnología está desplazando a los trabajadores de todos, o casi todos los puestos", escribió Paul Krugman en el New York Times el 9 de diciembre, y agregó que "muchos de los trabajos que se están desplazando son altamente cualificados y de elevados salarios”.

Erik Brynjolfsson, profesor del MIT y co-autor de Race Against the Machine, dice: " Los robots son cada vez más capaces y hábiles, y las personas con el mismo conjunto de habilidades no son tan demandadas." De acuerdo con este punto de vista, los robots no son agentes de cambio. Son destructores de mundos.
 
Sin embargo, la revolución robótica no tiene que causar el pánico. Aunque los robots pueden reclamar una superioridad tecnológica sobre los seres humanos, incluso las máquinas más sofisticadas tienen limitaciones. La inevitable automatización desplazará algunos puestos de trabajo, pero también traerán nuevas oportunidades económicas. Las dos últimas décadas han demostrado cómo la tecnología puede incluso crear industrias enteras. La relación de puestos de trabajo creados frente a puestos de trabajo eliminados por robots, y dónde se localizará toda esa riqueza recién descubierta, determinará por completo cómo los trabajadores, las empresas y los responsables políticos se prepararán para esta nueva era.
 
La historia está salpicada de sustos sobre la automatización, con industrias que subían y bajaban sobre la base de los cambios tecnológicos. Hacia el final del siglo 18, el 90 por ciento de la población de EE.UU. se dedicaba a la agricultura. Actualmente, los agricultores representan el 2 por ciento de la mano de obra nacional debido a innovaciones tales como tractores y cosechadoras de granos. Mientras tanto, nuestra moderna economía incluye a las personas que se ganan la vida creando aplicaciones móviles, una profesión que era inconcebible hace una generación.
 
Más que cualquier otra economía en el mundo, los EE.UU. han demostrado ser especialmente resistentes ante un cambio tecnológico masivo. ¿Por qué deberían ser diferentes los últimos avances en robótica?
 
Una de las razones es el ritmo acelerado de los cambios. "Tenemos un creciente desfase entre la velocidad del desarrollo tecnológico y nuestra capacidad para adaptarnos a él", afirma Brynjolfsson. En el pasado los avances tecnológicos necesitaban cierto tiempo para buscar su hueco en la sociedad. El motor de combustión interna se desarrolló en la segunda mitad del siglo 19, pero desplazó al caballo como medio de transporte unos 50 años más tarde. La World Wide Web, por otra parte, ha puesto patas arriba industrias enteras en menos de 20 años.
 
Dicho esto, es demasiado pronto para escribir cantos fúnebres para el humilde trabajador humano. En el mercado laboral actual, todavía hay cosas que los robots no pueden hacer. En Quiet Logistics, un centro de recepción de peticiones de mercancías por internet para los minoristas en Massachusetts, se utilizan 64 robots para mover la mercancía por el almacén, pero 330 personas doblan, empaquetan y envían los productos. ¿Por qué no hacen los robots todo el proceso? "La gente es realmente buena en recoger las cosas", dice Bruce Welty, director ejecutivo de Quiet Logistics. "Es muy difícil conseguir que un robot tome las decisiones que requieren que un ser humano tenga que elegir algo de un archivo. Especialmente si hay muchas cosas diferentes”.
 
Los seres humanos siguen teniendo otra ventaja sobre los robots: Siguen siendo una fuerza de trabajo más flexible. Para hacer frente a esta temporada de compras navideñas, Amazon.com contrató a 50.000 trabajadores a tiempo parcial. Aunque el trabajo a tiempo parcial no puede generar un crecimiento económico sostenible, vale la pena señalar que Amazon no compra más robots, porque no se puede contratar a un robot a tiempo parcial (todavía).
 
Este es el estado actual de las artes robóticas: un punto en el que los seres humanos y los robots comparten trabajo, con los robots dedicándose a las tareas simples y repetitivas y los humanos ocupándose de las complejas y dinámicas. Algunos diseñadores e ingenieros de robótica, les gustaría que se tratara de un proyecto donde la mayor automatización no necesariamente desplace a los seres humanos. Rodney Brooks, un ex profesor de robótica del MIT, es optimista. Para Brooks, quien también es fundador y presidente de Rethink Robotics, esas máquinas van a ayudar a los trabajadores, no competirán con ellos. Señala que los ordenadores personales no se deshicieron de los trabajadores de oficina, solo cambiaron los trabajos que la gente hacía.
 
Los robots se encuentran todavía en sus primeras etapas. Según los procesadores sean más rápidos y más sensibles, mejorarán las capacidades de los robots ", es muy posible que la convivencia pacífica entre el hombre y la máquina pueda evolucionar hacia algo más competitivo. "En la industria manufacturera, ya hay mucha innovación", dice Brynjolfsson.
 
Lo que temen los economistas es que a medida que los robots se vuelvan más inteligentes, el producto interno bruto se expandirá a un ritmo saludable, pero los datos positivos pueden enmascarar la reducción del empleo y la caída de los salarios. ¿Puede el PIB seguir creciendo? Por supuesto que sí, dice el economista del MIT Frank Levy. “La pregunta es: ¿Todo el mundo se beneficiará de esto?
 
Analizar el papel que los robots juegan en nuestra economía y en nuestras vidas, comienza a generar preguntas fundamentales acerca de la naturaleza del trabajo. Hemos organizado nuestro sistema económico en torno a la idea de que los ingresos se derivan del trabajo. ¿Pero qué sucede cuando el trabajo no sólo se transfiere de un grupo de personas a otras (outsourcing), sino también a las máquinas?
 
La historia ha demostrado que una vida de hedonismo ocioso nunca saca lo mejor de los seres humanos. Nos destacamos cuando somos creativos y productivos. Para asegurarse de que sigue siendo el caso, no podemos ignorar o evitar el desarrollo de la automatización, pero podemos dirigir nuestro considerable talento para que influya en la determinación de lo que será el futuro del trabajo. Los EE.UU. no solo requerirán de la innovación y del espíritu empresarial, sino también de políticas que las promuevan, como una política de inmigración que atraiga y retenga a los recién llegados altamente cualificados que puedan ayudar a desarrollar las industrias generadoras de empleo y una tasa impositiva corporativa que fomente la inversión en oportunidades empresariales. Fundamentalmente, la riqueza creada por el aumento de la productividad tiene que ser canalizada hacia un sistema más fuerte en educación y formación.
 
Si la amenaza robot resulta exagerada y la automatización no es tan transformadora como se prevé o se teme, entonces ninguno de esos esfuerzos habrán sido en vano: son respuestas no sólo a la amenaza de los robots, sino también a muchas otras cuestiones que desafían el potencial económico de EE.UU. "Nuestra economía tiene un montón de problemas", dice el economista de la Universidad Northwestern, Robert Gordon. "Si usted está en busca de nuevos problemas, no mire a los robots." Tiene más sentido adaptar los robots a nuestros antiguos puestos de trabajo en vez de luchar contra ellos.
 
¿Quién sabe? Una vez que sepamos cómo trabajar con robots, incluso podríamos aprender a amarlos."
 

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