viernes, 7 de diciembre de 2012

La sociedad demanda justicia ante la corrupción y un ERE para los políticos. (Política, Economía. 1067)

Una verdad innegable la que se comenta en este artículo. Dos elementos que la crisis ha puesto de manifiesto (y lo grave es que sea la crisis la que permita darse cuenta a muchos de esto): La corrupción política y el despilfarro público de los recursos, con un único objetivo: La conservación de los privilegios de la casta a costa del empobrecimiento de los ciudadanos y el endeudamiento de las próximas generaciones:

"Los políticos han conseguido vender a la ciudadanía la idea de que España es una democracia plena. Y la inmadura y acomodada sociedad española se ha creído esta gran mentira política porque, en realidad, la casta ha instaurado una auténtica dictadura partitobancacrática disfrazada de democracia.

No queda más remedio que descubrirse ante la innata capacidad que tienen nuestros políticos para engañar, a lo que se suman un puñado de medios de comunicación subvencionados que les han ayudado con diferentes estrategias de manipulación mediática. Sin embargo, la crisis ha dejado al descubierto un sistema corrupto cuyo eje fundamental gira en torno a la consecución de un objetivo: la conservación de los inmorales privilegios de la casta política a costa del empobrecimiento de millones de españoles y del endeudamiento de las próximas generaciones.

De manera progresiva pero lenta, los ciudadanos están tomando conciencia del principal problema que afecta a la economía y a la supervivencia de España como nación. Y ese problema es de índole política porque mientras no se arregle no mejorará la situación económico-financiera. España se encuentra al borde de la quiebra debido a dos factores fundamentales: la corrupción y el despilfarro de dinero público en la gestión. Y ambos conceptos, corrupción y despilfarro, son sinónimos aunque la casta se esfuerce por diferenciarlos.

El elevado déficit (sobre todo, de las comunidades autónomas), la impagable deuda, el hundimiento de la mitad del sistema financiero (las antiguas cajas de ahorros expoliadas por los políticos) y el coste de su rescate, la escandalosa tasa de desempleo, una bolsa en horas bajas, los impuestos abusivos, la prima de riesgo desbocada descontado un rescate, los altos costes energéticos, el decrecimiento de la economía... Esta radiografía, que muestra la metástasis económica de España, es consecuencia del indignante nivel de corrupción política y del despilfarro que sufre España.

¿Nos está engañando este gobierno, al igual que nos engañó el anterior, vendiéndonos los brotes verdes? La casta política se escuda en la crisis económica para ocultar la realidad de un sistema que deja impune a los corruptos porque hasta la Justicia está politizada.

En España, la corrupción es claramente rentable para los políticos y además hay un número excesivo de personas dedicadas a estas labores. ¿Desean los ciudadanos españoles seguir manteniendo con sus impuestos el sueldo y los privilegios de todos aquellos cargos políticos innecesarios y sobrantes? ¿Se quedará algún político en paro después de la pseudoreforma de la Administración que prepara el Gobierno? El único colectivo que aún no ha sufrido un ERE es la casta política. ¿Existe en España una Justicia para los ciudadanos y otra distinta para los políticos?

Los privilegios y el enchufismo han dado como resultado un país en el que multitud de parásitos sociales, instalados cómodamente en organizaciones sindicales y partidos políticos, viven a costa de la economía productiva. Nuestro país no tendrá ningún futuro mientras la vaguería, el corto plazo, la ausencia de valores o el nepotismo, entre otras muchas cosas, ganen la batalla a la meritocracia.

La casta política está cometiendo un gravísimo error al no prestar atención a las demandas de los ciudadanos. La verdadera democracia emana de la voluntad popular, y esta máxima ha sido pisoteada por una casta carente de valores y ávida de poder que, todo hay que decirlo, también cuenta con honrosas excepciones.

Lucio A. Muñoz es socio director de Eurogroup Human Resources."

Fuente: El Economista

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