Artículo de Elmedio:
"El Medio Oriente, desgraciadamente, siempre es noticia y por malas razones. Parecía que la Autoridad Palestina e Israel habían llegado a un acuerdo forjado por John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, pero, sorpresivamente, los palestinos renunciaron a lo pactado. ¿Por qué? Bueno, esencialmente, porque la Autoridad Palestina se niega a reconocer el derecho a existir de Israel como un Estado judío.
Evidentemente, se trata de un burdo pretexto. Claro que Israel es un Estado judío, aunque allí viven 1.200.000 árabes, de un total de siete millones y medio de habitantes; estos árabes son ciudadanos de ese país, votan y tienen representantes en el Parlamento, y quizás son los árabes más libres del mundo.
Esto es exactamente lo que dice la resolución 181 de Naciones Unidas, promulgada en noviembre de 1947, que dio origen oficial a la creación de dos Estados: uno judío y otro árabe. La resolución, aprobada por 33 votos a favor, 3 en contra y 10 abstenciones, no habla de un Estado israelí, sino de un Estado judío. Los judíos aceptaron la partición del territorio y los árabes no lo admitieron. Por el contrario, cinco países árabes le declararon la guerra a los judíos e invadieron el país. Los judíos respondieron heroicamente y lograron derrotarlos; esto ocurrió en 1948. ¿Por qué los judíos pelearon con tanta determinación? Precisamente porque sabían que ésa era la única y última oportunidad que tendrían de construir un refugio para protegerse del antisemitismo.
Es perfectamente natural que un pueblo que ha sido maltratado durante tantos siglos trate de protegerse. Por eso el Estado de Israel comienza como un hogar judío. A fines del siglo XIX, Teodoro Herzl, un judío abogado y periodista húngaro de cultura alemana, indignado por el antisemitismo que ve en toda Europa y, concretamente, en Francia, propone la creación de un país-refugio para los judíos, dado que era imposible la asimilación por las constantes persecuciones antijudías. Él mismo ni siquiera pudo ser, por ejemplo, juez, porque era judío. Fue entonces, desde fines del siglo XIX, cuando comenzaron a comprar tierras en Palestina y a estimular la emigración judía hacia ese territorio que, por cierto, había sido la gran patria hebrea en el pasado y nunca había dejado de tener cierta población judía.
En definitiva, no sólo es legítimo: también es justo que exista un Estado judío. Cuando los árabes lo acepten será más fácil que también surja un Estado palestino. Los judíos desean que se cree ese Estado palestino, pero pacífico y respetuoso de la existencia del Estado judío."
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