lunes, 28 de abril de 2014

Mario Soares, o la conciencia de la izquierda

Carlos Rodríguez Braun responde las repetidas (y no por ellas menos estúpidas y delirantes) declaraciones de Mario Soares (definido como la conciencia de la izquierda) sobre los mercados (y el Estado), que manifiestan una vez más el profundo desconocimiento de la gente de qué es un mercado y cuán extendida está la estrategia política de emplear chivos expiatorios para justificar la inoperancia política e ideológica (al incumplir constantemente las promesas hechas en ambos ámbitos) con palabras totalmente vacías, pero de gran calado en la gente (cuestión de repetirlas mil veces).  

Artículo de Libre Mercado:

"En una entrevista en El País, el veterano socialista portugués Mario Soares es definido como "conciencia de la izquierda", porque "aprovecha cualquier oportunidad para apalear a los mercados". Considerando que los mercados son el ámbito de las transacciones libres de los ciudadanos, como sabe cualquier que haya visitado desde El Corte Inglés hasta el mercadillo del pueblo, no se entiende bien por qué hay que saludar a quien está presto a moler a palos a la gente que pacíficamente compra y vende.



Para llegar a esa extraña conclusión uno tiene que inventarse unos mercados que no tienen nada que ver con lo que la gente conoce y frecuenta como tales. Es lo que hace Soares, que despotrica contra los mercados alegando que "son ellos los que cuentan, las personas no". Como si en los mercados hubiese cucarachas y no personas. O repite el tópico: "Los mercados tienen que estar al servicio de la gente, y no al revés". Que se dé un paseo por cualquier mercado y verá que, si no son intervenidos por el poder, sólo pueden estar al servicio de la gente: en otro caso, desaparecen.

Es tal la negación de la realidad, que don Mario afirma seriamente que el Estado "se ha echado a perder porque lo están vendiendo". Primero, si eso fuera así, habría desaparecido la coacción, y la gente no estaría obligada a pagarle al Estado, igual que no está obligada a pagar en una tienda, salvo que voluntariamente escoja comprar algo que allí se vende. Y segundo, ese proceso en ningún caso significa que nadie ni nada "se ha echado a perder". Al contrario, si esa compraventa voluntaria tiene lugar, todas las partes ganan.

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Al final, se ve lo que es la conciencia de la izquierda. Recomienda el prócer progresista no pagar la deuda: "Es lo que hizo Argentina y no le pasó nada". Lo que le pasó a la Argentina después de repudiar el pago de su deuda es que el PIB cayó más del 10% en el año 2002, posiblemente el mayor empobrecimiento de su historia. Y a eso llama Soares "no le pasó nada".

Con esa delirante visión de las cosas, se comprende que este modelo de la "conciencia de la izquierda" recomiende para Europa precisamente lo que han perpetrado los gobernantes argentinos durante décadas, hasta lograr arruinar un país que era muy rico: "Bastaría con darle a la manivela de fabricar euros"."

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