Otra buena muestra de lo que es el Comunismo, tan alabado por algunos (entre otros, líderes político), que lo justifican o toman como modelo a seguir como alternativa a nuestras sociedades. Eso sí, con la ilusa creencia (como cada vez, y siempre con el mismo resultado) que esta vez sería distinto...
El comunismo o socialismo real (que rechaza el mercado, o lo que es lo mismo la libertad de interacción entre las personas y la propiedad privada, lo que implica que las personas y todo lo que les rodea están sujetas y son propiedad de la élite gubernamental, eliminando su capacidad de independencia, de perseguir sus fines vitales y de autorealizarse, a la vez que genera desincentivos a la productividad y a la asignación eficiente de los recursos, generando miseria y muerte) no puede imponerse por definición más que con la fuerza y la violencia, pues va contra la naturaleza humana, convirtiendo sus idílicos paraísos que venden a la gente en infiernos terrenales y cárceles de las que tienen que impedir escapar (Corea del Norte, el Muro de Berlín, la Isla de Cuba, que tiene en el agua otro muro natural...).
Toda actitud, palabra o comportamiento que va contra el "colectivo", que no es otra cosa que la imposición arbitraria de sus líderes de una forma de hacer las cosas es penalizado de maneras muy diversas, también, por supuesto, con la muerte.
Tal es la inmoralidad de una ideología que pretende convencer y venderse con bonitas palabras (en otros sistemas, pero no con los hechos cuando se aplica) de superioridad moral.
Artículo de El Confidencial:
Han trascendido imágenes del militar norcoreano que fue tiroteado mortalmente cuando intentaba escapar a Corea del Sur. Recibió seis disparos de los que habían sido sus compañeros durante años en la frontera más peligrosa del mundo, la que separa las dos Coreas. A toda velocidad por la carretera que une Pyongyang con Seúl, en un todoterreno, trataba de escapar el desertor norcoreano. Detrás, le pisaban los talones varios soldados del régimen de Kim Jong-un. Su objetivo era llegar a Corea del Sur, pero cuando logra alcanzar el Área de Seguridad Conjunta, la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas desde hace más de medio siglo, su vehículo se queda atrapado y tiene que huir a pie. El soldado sale del coche y continúa con su huida. Si no llega a caerse al suelo, a punto está de atraparle un militar norcoreano, mientras el resto de compañeros abren fuego contra el desertor, que consigue adentrarse en la zona surcoreana del Área de Seguridad. Tras más de 40 disparos, dos soldados salen en su búsqueda cruzando físicamente la frontera con Corea del Sur y violando el acuerdo de armisticio que puso fin a la Guerra de Corea. Mientras, el desertor permaneció escondido hasta que media hora después fue encontrado por las tropas surcoreanas. A pesar de ser trasladado al hospital, murió a los pocos días por las graves heridas de bala sufridas durante su dramática huida.
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