Diego Sánchez de la Cruz pone de manifiesto la montaña de deuda que ha dejado como legado Correa (a su sucesor del mismo partido, tras elecciones más que sospechosas de fraude).
Otra manifestación del desastre financiero y social que supone sin excepción el Socialismo del siglo XXI, ese nuevo socialismo de "cara amable" que iba a ser la solución a todos los males...
Artículo de Libre Mercado:
El expresidente de Ecuador Rafael Correa | Archivo
Hace apenas meses, Rafael Correa abandonó la presidencia de Ecuador y dejó el mando del gobierno en manos de Lenin Moreno. Las elecciones presidenciales arrojaron un resultado muy ajustado, con amplias sospechas de fraude que llevaron a miles de ecuatorianos a las calles del país andino. Sin embargo, el correísmo se negó a autorizar un recuento integral de los votos y logró consolidarse en el poder por otros cuatro años.
Nada hacía presagiar que ese aparente continuismo fuese a derivar en una confrontación abierta entre el ya exmandatario, Rafael Correa, y su sucesor en el Palacio de Carondelet, Lenin Moreno. Muchas de las diferencias que han surgido entre ambos tienen que ver con el desastroso legado económico que ha dejado la revolución ciudadana de Correa.
Según el líder bolivariano, cercano a Podemos, la deuda pública de Ecuador asciende a algo menos de 28.000 millones de dólares. Sin embargo, Moreno ha encargado varias auditorías que han puesto de manifiesto el verdadero alcance del pasivo estatal. En suma, el nuevo gobierno estima que las Administraciones Públicas ecuatorianas deben casi 42.000 millones.
A la hora de entregar el bastón de mando, Correa afirmó que dejaba "la mesa servida" y sacó pecho por las cifras económicas de sus años de gobierno. Sin embargo, Moreno ha contestado a su antecesor en el cargo que "la pura verdad es que no hay tal mesa servida". De hecho, el presidente ha reprochado a Correa que no fuese "un poquito más mesurado a la hora de gestionar las cuentas".
El desfase, de 14.000 millones, eleva el peso del endeudamiento público hasta el 42% del PIB. Sin embargo, hay distintas obligaciones pendientes de ser auditivas. Por ejemplo, el ministerio de Hidrocarburos ha reconocido que hay deudas por un monto de 2.000 millones con empresas del sector petrolero. Otro ejemplo lo tenemos en el ministerio de Trabajo, donde la Seguridad Social ha asumido obligaciones por más de 1.000 millones de dólares.
Igualmente, hay pagos pendientes con el Fondo Monetario Internacional, así como obligaciones con proveedores privados, administraciones provinciales y locales, etc. Según el economista Alberto Acosta, que llegó a entrar en política de la mano de Rafael Correa pero se terminó distanciando del expresidente, el pasivo total llega a 56.000 millones de dólares, 14.000 millones más que la cifra que ha reconocido el gobierno de Moreno y 28.000 millones más que los datos que comunicó Correa.
El agujero también es preocupante en las empresas públicas. Uno de los casos más paradigmáticos es el de la aerolínea TAME. Su presidente, Ignacio Vallejo, ha comparecido en varios medios de comunicación para explicar la delicada situación financiera de la compañía, que debe más de 200 millones de dólares a distintos proveedores.
También ha generado un gran escándalo lo ocurrido en los canales de televisión incautados bajo gobierno de Rafael Correa. Durante los últimos diez años, las pérdidas acumuladas en Gama TV y TC TV han ascendido a casi 23 millones de dólares. De hecho, solo la emisión de propaganda gubernamental en Gama TV ha generado un agujero de 5 millones.
Por otra parte, el gobierno de Lenin Moreno está agudizando las contrataciones del sector público correspondientes a los últimos seis años. Según el Ejecutivo, se han identificado más de 640 obras con problemas. En suma, los sobrecostes están a la orden del día, con desfases que llegan al 85%. Completar estos proyectos requerirá, al menos, una inversión adicional de 1.000 millones de dólares.
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