Pablo Molina muestra cinco preguntas sencillas que Évole olvidó plantar en su entrevista a Maduro.
Una entrevista por otra parte desde el punto de vista de las respuestas a poco que se conozca mínimimante en detalle el proceso económico, las políticas llevadas a cabo y su evolución en Venezuela y lamentable también desde el punto de vista del entrevistador, muy lejos de poner (y era muy fácil en cada respuesta de Maduro) en aprietos, mostrar sus muchas contradicciones y su enorme distorsión de la realidad venezolana y de sus causas. No solo es cuestión de hacer ciertas preguntas y asentir con una sonrisa como tal cosa a cada respuesta de Maduro (por falaz o ridícula que sea).
Por supuesto, el número de preguntas más que interesantes y que le hubiesen puesto en compromiso real son muy elevadas.
Artículo de Libertad Digital:
Jordi Évole, en un momento de su entrevista con Nicolás Maduro | Salvados / La Sexta
El medio televisivo es capaz de ofrecer espectáculos realmente grotescos, pero la entrevista de Évole a Nicolás Maduro llevó a La Sexta a unas profundidades catódicas que no volverán a alcanzarse con facilidad por ninguna otra cadena, ni siquiera Telecinco. Maduro es un aspirante a dictador cuya absoluta incapacidad para hacer algo de provecho ya es asumida hasta por los chavistas más fieles. Sólo lo soporta un 23% de los venezolanos, lo que indica que el desapego hacia el dirigente bolivariano ya se ha extendido incluso entre los que viven directamente de la corrupción.
Un periodista no debe entrevistar a un dictador en el ejercicio del poder porque a los tiranos no se les da conversación; se les aísla. Sin embargo, Évole creyó oportuno dedicar un par de horas a preguntar a Maduro por los matices de su gestión, como si los reproches a sus medidas fueran objeto simplemente de una discusión académica, obviando el hecho de que los venezolanos están muriendo a causa la catástrofe humanitaria que el chavismo ha provocado en Venezuela.
Pero incluso aceptando la premisa establecida por La Sexta de que a un dictador, si es de izquierdas, se le puede entrevistar en los mismos términos que a cualquier otro líder democrático, lo cierto es que el director de Salvados dejó pasar varias preguntas que a muchos que veíamos el esperpento no paraban de rondarnos la cabeza. He aquí cinco de ellas que, por desgracia, Évole no atinó a plantear a su ilustre invitado.
- El capitalismo imperialista (lo que los contrarrevolucionarios denominan ley de la oferta y la demanda), permitió que el precio del petróleo subiera sin parar durante la primera década de Chávez en el poder hasta superar los 140 dólares el barril. ¿Por qué decidió la revolución bolivariana aprovechar entonces las enormes ventajas del capitalismo en lugar de declararle la guerra como hace ahora?
- Si equipara la represión de la oposición venezolana con la detención del Gobierno regional catalán en España, con el argumento de que nadie está por encima de la Constitución, ¿Por qué reconoció de inmediato a la nueva República de Catalunya? ¿Sigue apoyando esa República o usted también ha dejado abandonado a Puigdemont?
- ¿Cuánto dinero ha destinado en total la revolución bolivariana a las asociaciones controladas por los líderes de Podemos y sobre qué aspectos concretos estuvieron durante años asesorando al Gobierno de Venezuela?
- ¿En qué consistió exactamente el trabajo de Juan Carlos Monedero sobre el diseño de una nueva moneda bolivariana, por el que el Gobierno de Venezuela pagó casi medio millón de dólares?
- ¿Por qué cree que sus amigos y asesores de Podemos no dicen abiertamente que quieren imponer en España un sistema político como el suyo en Venezuela? ¿Es una estrategia política o simplemente traición?
Son preguntas sencillas cuya respuesta hubiera aportado luz a algunas de las cuestiones que más interesan a los españoles con la excepción conocida de los espectadores habituales de La Sexta. Ahora bien, queda todavía una entrega de esta amplia entrevista, y si algo se le debe reconocer a Jordi Évole es su capacidad de provocar la cólera entre los más fieles seguidores de su empresa. A ver qué nos depara el próximo domingo.
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