Aunque para muchos sigue siendo un estupendo paraíso al que hay que imitar y defender. Todo sea por ideología, por totalitaria que sea (y desde la distancia, mientras no se sufra en primera persona):
"Escapar de Corea del Norte es una odisea para todos aquellos que pretenden buscar una vida digna lejos de la brutal dictadura comunista. Muchos no lo consiguen e incluso sus familias sufren las represalias del régimen.
La antigua editora del Wall Street Journal, Melanie Kirkpatrick, ha contado en ‘Escapar de Corea del Norte: la historia no contada del ferrocarril subterráneo de Asia’ las dramáticas experiencias de aquellos que ahora pueden contar cómo se vive bajo el yugo del comunismo más férreo.
Las opciones para los norcoreanos son dos: escapar por China o por Corea del Sur. Sin embargo, la diferencia entre hacerlo por una frontera u otra es abismal. De hecho, en China si es interceptado es devuelto a Corea del Norte en un ferrocarril subterráneo. "La política de China es localizar a los norcoreanos, arrestarlos y enviarlos de vuelta a Corea del Norte", agrega.
"Buscar un edificio con una cruz"
Por ello, una vez en China la angustia es máxima y pronto buscan la manera de poder llegar a Corea del Sur u otro país. Y es aquí donde entran los cristianos. Kirkpatrick asegura que "lo primero que debe hacer un norcoreano cuando llega a China es encontrar un cristiano". De este modo, añade que "muchas de las personas que entrevisté me dijeron que los consejos que se les daba era buscar un edificio con una cruz sobre él, una iglesia".De hecho, añade que "si un norcoreano tiene la suerte de contactar con un cristiano, esa persona probablemente le ayudará" debido a que "los cristianos son realmente las únicas personas en China que están dispuestos a ayudar a los norcoreanos".
Los cristianos, la vía de escape
En realidad, existen dos posibilidades para los norcoreanos, aunque una es claramente preferible a otra. Existen las mafias de personas que por dinero les llevan a determinados lugares y por otro lado se encuentran los cristianos, especialmente de Estados Unidos, que están en China con "el único propósito de ayudar a los norcoreanos a escapar de su brutal patria".En esta red cristiana, cuenta KirkPatrick, las personas son transportadas desde una casa de seguridad a otra hasta que finalmente se les puede encontrar una oficina consular de Corea del Sur en el sudeste asiático en el que puedan solicitar asilo.
Igualmente destacable es la situación de los surcoreanos retenidos por Pyongang como prisioneros sesenta años después de la Guerra de Corea. "El Gobierno de Corea del Sur estima que hay alrededor de 500 surcoreanos que aún permanecen cautivos de la guerra de Corea. Estos hombres, por supuesto, son ahora muy ancianos...he descubierto una red secreta que desde los años 90 ha estado ayudando a regresar a estos viejos soldados desde Corea del Norte a China y luego a casas de seguridad hasta llegar a Corea del Sur donde, por supuesto, son tratados como héroes cuando regresan. Hay cerca de centenar de ellos que ya han podido regresar a Corea del Sur"."
Fuente: Libertad Digital
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