Es necesario reformas de calado en el sistema de pensiones y con el tiempo ir hacia el sistema de capitalización, como otros países han realizado de manera exitosa. Un proceso que desde luego llevará años.
Es lógico que la gente se sienta estafada por el Estado con el tema de las pensiones, puesto que el sistema de la Seguridad Social en España es una estafa piramidal, que en el ámbito privado está prohibido, y sus responsables van a la cárcel.
En Desde el Exilio comentan esta situación:
"La reciente no subida de las pensiones pone de nuevo en duda el actual sistema de pensiones públicas. Incluso ya parece que hay una mayoría de gente que piensa que el sistema no es viable.
Los liberales siempre hemos defendido un sistema de capitalización frente al sistema socialista de reparto o de “solidaridad intergeneracional”. Las razones para estar a favor de un sistema de capitalización son las siguientes:
1.- Un sistema de capitalización genera capital, como su propio nombre indica, y el capital genera riqueza, empleos, beneficios. Al fin y al cabo lo que la gente necesita cuando se jubila es riqueza para vivir sus últimos años sin problemas.
2.- Un sistema de capitalización convierte al futuro pensionista en ahorrador y un ahorrador que elige sus inversiones, en definitiva en un capitalista. El sistema de capitalización de pensiones transforma la sociedad en una sociedad de ahorradores , en una sociedad de capitalistas.
Las principales objeciones de los socialistas al sistema de capitalización son:
1.- Son un negocio para los bancos.
Eso depende de si el ahorrador quiere confiar en el banco para que gestione su dinero. Pero cualquiera puede hacer inversiones por su cuenta comprando acciones, bonos o deuda pública.
2.- La gente no sabe gestionar sus ahorros y los engañarán.
Este es el clásico argumento de “tú no sabes lo que te conviene, nosotros sí”. Los defensores del sistema público de pensiones podrían crear su propio sistema de pensiones y ofrecerlo a la gente pero prefieren obligar a la gente a participar en el sistema de pensiones de “solidaridad intergeneracional”.
El sistema de “solidaridad intergeneracional” es muy atractivo para la gente por la garantía del Estado y porque económicamente es un chollo, por lo menos en apariencia.
Los sistemas públicos de pensiones nacieron en todas partes del mundo cuando se daban dos circunstancias que ahora no se dan:
a) La relación entre el número de jubilados y el número de trabajadores era muy favorable para los jubilados (muchos trabajadores para pagar la pensión de cada jubilado).
b) El importe de las pensiones era bajo respecto a los salarios, con lo que el efecto del anterior punto se acentuaba: no eran necesarias las cotizaciones de muchos salarios para pagar cada pensión.
Las dos condiciones antes citadas ya no se dan, y en un futuro, y dada la natalidad de España y en general de los países occidentales, no se va a volver a dar. Antes al contrario, cada vez va a haber mayor número de jubilados con respecto a los trabajadores.
Además el sistema de pensiones público se lastró y se lastra con las prejubilaciones que hicieron y hacen que la edad de jubilación no fuese nunca el real sino mucho menor, muchísimo menor para los trabajadores de las empresas públicas.
En realidad acabar con los problemas financieros del actual sistema público de pensiones es muy sencillo: aumentar el periodo de cálculo de las pensiones, disminuir el porcentaje del salario sobre el que se calcula la pensión, aplazar la edad de jubilación y congelar las actuales pensiones en tanto en cuanto no se vuelva al equilibrio de las cuentas de la seguridad social.
Pero tomar esas medidas supondría reconocer que el sistema público ha sido una estafa desde el principio y que está en quiebra.
Volviendo al punto anterior: la gente ha confiado en el Estado y el Estado les ha estafado. Acusar a los bancos de que engañarán a la gente es bastante irónico. En cualquier caso lo que debería la gente es aprender un poco de economía financiera, pero eso no está en el programa político de casi nadie.
Volviendo al punto anterior: la gente ha confiado en el Estado y el Estado les ha estafado. Acusar a los bancos de que engañarán a la gente es bastante irónico. En cualquier caso lo que debería la gente es aprender un poco de economía financiera, pero eso no está en el programa político de casi nadie.
Es evidente que puede haber gente que se arruine si no gestiona bien su capital y que por tanto vamos a tener ancianos arruinados… pero para ayudar a esas personas debería de estar la caridad pública o privada.
El actual sistema lo que nos conduce es a que todos dependeremos de la (escasa) caridad pública.
CAMBIO HACIA UN SISTEMA DE CAPITALIZACIÓN.
Aunque es evidente que un sistema de pensiones de capitalización sería mucho mejor que el actual hay que tener en cuenta que no nos podemos deshacer del sistema público de pensiones de un día para otro.
No es política ni legalmente viable suspender las pensiones generadas por el Estado durante los últimos 50 o 60 años. Cualquier cambio a un sistema de capitalización tiene que tener en cuenta que la deuda del actual sistema es de varios billones de euros (entre 4 y 7 billones ), eso quiere decir que durante muchas décadas tendrán que convivir ambos sistemas (probablemente hasta fin de siglo). También supone que los trabajadores actuales tendrán que ahorrar más durante su vida laboral y eso es bueno o malo según se vea, porque sin ahorro no se podrá producir nunca la inversión que necesita España si queremos que el paro disminuya.
Ver AQUÍ informe completo de la Comisión Europea.
En realidad todo se relaciona: sin ahorro, inversión y creación de empleo el sistema es inviable y sin sistema de capitalización es muy difícil que se genere el ahorro que España necesita. O en palabras de Juan Ramón Rallo:
“la reforma del sistema de pensiones es inaplazable, en una dirección o en otra: o privatizamos hoy asumiendo a corto plazo un mayor gasto (en pensiones) para a cambio conseguir pensiones futuras más cuantiosas y asequibles o no privatizamos y vamos desmantelando poco a poco las ya de por sí exiguas pensiones públicas con tal de sobrevivir a nuestro Himalaya de deuda implícita”.
En cualquier caso a la gente que está actualmente en el sistema público (tanto trabajadores como pensionsitas) le va a tocar pagar la deuda contraída por el Estado en estos últimos 60 años (y especialmente en los últimos 30 años).
Nunca se hizo caso a los que denunciamos que el sistema de pensiones público era inviable y por tanto era una estafa. El argumento que se daba era que en un futuro se producirían unos irreales aumentos de la productividad y una masiva incorporación de inmigrantes al mercado laboral español de tal manera que las aportaciones a la Seguridad Social se incrementarían sustancialmente.
Los que decíamos que con el gasto público y con la intervención del mercado laboral era imposible que se diese la inversión necesaria para mejorar la productividad y disminuir el paro fuimos despreciados. Los que decíamos que era imposible encontrar a esos millones de inmigrantes bien cualificados dispuestos a trabajar toda una vida para que los españolitos tuviéramos nuestro sistema de pensiones de “solidaridad intergeneracional” fuimos ignorados.
Ahora sólo les queda echar la culpa a los bancos."
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