jueves, 23 de febrero de 2017

No, cerrar las nucleares no crea empleo ni riqueza

Manuel Fernández Ordoñez muestra como cerrar las nucleares no crea empleo ni riqueza, refutando la falaces declaraciones de GreenPeace, y el objetivo obvio de dichas absurdas propuestas, trayendo a colación la imprescindible lección (imprescindible su lectura de "La falacia de la ventana rota", dentro de "Lo que se ve y no se ve") que hay que tomar de Bastiat cuando se analiza una propuesta económica. 
Artículo de Desde el Exilio: 
No deja de sorprenderme cómo los seres humanos reeditamos debates o hacemos afirmaciones que llevan refutadas décadas o incluso siglos. La falacia de que la destrucción crea riqueza es una de esas afirmaciones que, de tanto en cuanto, surgen cual ave fénix generalmente alentadas desde algún púlpito de autoproclamada superioridad moral. Ya Bastiat, hace más de 150 años, demostró la verdad a medias de esta argumentación con el ejemplo del cristal roto.
En esta historia, un pequeño granuja arroja una piedra a la luna de una panadería, haciéndola añicos. La gente, congregándose en las inmediaciones, comenta la mala suerte del panadero hasta que una persona dice: “bueno, al menos esto supondrá una ganancia para el cristalero”. De hecho, cuando el panadero pague al cristalero los 400 € que cuesta la nueva luna, éste dispondrá de ese dinero que gastará en otros establecimientos cuyos dueños, a su vez, consumirán en otros establecimientos. La riqueza correrá como una ola por el sistema económico de tal suerte que el granuja que arrojó la piedra poco más que es un benefactor público en lugar de un vulgar macarra. Si esto fuera cierto, entenderán ustedes que estaríamos todo el día destrozando cosas y seríamos un país de una riqueza inigualable.
¿Dónde está, pues, la falacia? Antes de arrojar la piedra, el sistema económico en su conjunto tenía 400 euros y una luna en manos del panadero, así como otra luna en stock en manos del cristalero. Es decir, dos lunas y 400 euros. Después de arrojar la piedra y colocar el cristal nuevo, el sistema en su conjunto tiene una luna en manos del panadero y 400 € en manos del cristalero. No se ha creado riqueza nueva. La destrucción no genera riqueza dentro del sistema, ¡la destruye! En definitiva, simplemente tenemos una luna menos y 400 euros que han cambiado de mano. Aquellos que tengan la tentación de pensar que el cristalero ha de reponer una nueva luna en stock y esto crea empleo neto en alguna fábrica de cristales, que piensen que el panadero iba a gastarse esos 400 euros en un traje nuevo que ya no podrá comprar, destruyendo (por el mismo argumento) empleo neto en la industria textil. Dejen de creer en los Reyes Magos: cambiar dinero de manos no genera riqueza. Por eso cuando el estado nos quita nuestro dinero vía impuestos y luego lo reparte en absurdos “planes E” no genera riqueza, porque simplemente está cambiando el dinero de manos y, de hecho, dándoselo a sectores que son improductivos, por eso necesitan que les den dinero.
Decía Bastiat que los buenos economistas son precisamente aquellos que prestan atención a las consecuencias a largo plazo y en el resto de sectores de la economía. Los malos economistas, por tanto, son aquellos que hacen lo contrario. En este caso, un mal economista es aquél que únicamente vislumbra la ganancia inmediata del cristalero pero obvia la pérdida del sastre. ¿Saben ustedes por qué triunfan tanto los discursos de los malos economistas? Porque el sastre no está nunca presente cuando se arroja la piedra, su existencia no se hace real y casi nadie se da cuenta que en esta historia hay más perjudicados, además del propio panadero. El sastre no está allí para poner de manifiesto que acaba de perder la venta de un traje y la gente no se percata de ello. En palabras del propio Bastiat: “El sofisma básico de la nueva economía consiste en centrar la atención sobre los efectos inmediatos de cierto plan, en relación con sectores concretos, e ignorar o minimizar sus repercusiones remotas sobre toda la comunidad“. Teniendo en cuenta que Bastiat escribió esto en torno a 1840, no se crean que hemos avanzado demasiado, por no decir nada, en todo este tiempo.
Un ejemplo de esto que estamos comentando es la reciente campaña orquestada desde Greenpeace que hace gala de la falacia de Bastiat en todo su esplendor. Proponen cerrar todas las centrales nucleares en España porque esto crearía 100.000 puestos de trabajo durante su desmantelamiento. El estudio se refuta a sí mismo antes de empezar, puesto que simplemente podrían haber analizado el número de trabajadores implicados en el desmantelamiento en curso de la central nuclear de Zorita (Guadalajara) para darse cuenta de que los 100.000 puestos de trabajo se quedan muchas decenas de miles por encima de la realidad.
Sin embargo, me gustaría poner de manifiesto lo que Bastiat demostró hace tanto tiempo. El hecho de desmantelar las centrales nucleares no genera ningún empleo neto en el sistema económico. Para empezar porque el sector nuclear genera por sí mismo 30.000 puestos de trabajo estables y de alta cualificación, siendo una parte de estos mismos profesionales los que se encargarían de desmantelar las plantas, dando como consecuencia una destrucción neta de empleo en el sistema. Si para desmantelar todas las plantas nucleares españolas necesitamos, pongamos que 10.000 trabajadores, acabamos de destruir 20.000 empleos netos. Por otra parte, estos empleos serían de una duración corta (lo que dura el desmantelamiento) ¿y luego qué? En cambio, si operamos las plantas nucleares a 60 años, mantendríamos 30.000 puestos de trabajo durante 20 años más y luego pasaríamos a desmantelar las plantas. Es decir, el desmantelamiento siempre habrá que hacerlo tarde o temprano y creará empleo llegado el momento. ¿Por qué hacerlo ahora y perder 20 años de empleo de calidad? Lo saben ustedes de sobra, no tiene nada que ver con la creación de empleo sino con el odio irracional, visceral y místico a la energía nuclear.
Pero el argumento más importante de todos aparece cuando hacemos caso a Bastiat y no permitimos que nos obliguen a mirar únicamente a un sector concreto de la economía. Se ha estimado que si clausuramos todas las centrales nucleares en España el precio de la electricidad subirá el torno a un 25%. ¿Saben ustedes cuánto desempleo generaría en la industria unas subidas de tarifas del 25% de manera inmediata? La cosa sería todavía mucho peor si, como sugieren en Greenpeace, la potencia nuclear la sustituyéramos por energías renovables (si tal cosa fuera remotamente posible) incapaces de competir en el mercado y primadas a unos precios muy por encima de los MWh nucleares. Los peajes de la electricidad se dispararían, a lo que habría que sumar el encarecimiento debido al impuesto de electricidad y al IVA. No solo en la industria, si el recibo de la luz sube, todos nosotros tendremos menos renta disponible, mermando la capacidad de ahorro y, por tanto, el crecimiento futuro de nuestra sociedad.
Compórtense como los “buenos economistas”, no presten atención únicamente a los empleos que se generarán en el sector renovable o en las localidades cercanas a las centrales nucleares durante su desmantelamiento. Presten atención a más largo plazo y en otros sectores. Piensen en los despidos masivos en las industrias intensivas en uso de electricidad porque entrarán en pérdidas a lo largo y ancho de todo el país, piensen en las industrias del acero, del zinc, del aluminio o del cobre, piensen en la industria cementera, en la de productos cerámicos, en la industria química o petroquímica, piensen en la subida de costes de la agricultura por el aumento de los costes del regadío debido al bombeo, piensen en el aumento de la pobreza energética que tanto critican los mismo que quieren condenar a más gente a sufrirla. Es lo que tiene la irracionalidad, que lo mismo pides un sistema 100% renovable a la vez que pides subvenciones al carbón que propones destruir 30.000 empleos de alta cualificación para crear empleo…
Cuando alguien les diga que adoptando tal o cual política se generan miles de puestos de trabajo, tomen el tren histórico y revisiten a Bastiat. ¿A quién le extraña que se genere empleo en un sector concreto que está siendo blanco de ayudas públicas? Obviamente se generará empleo en ese sector, pero ¿cuánto se destruye en el resto de sectores a los que les has tenido que subir los impuestos para mantener el sector que quieres incentivar? No se generan puestos de trabajo netos ni riqueza haciendo crecer a los ineficientes a costa de machacar a los eficientes. No se generan decenas de miles de puestos de trabajo netos desmantelando la tecnología de producción de electricidad más eficiente, estable y segura de todas las que existen. No, queridos amigos, desmantelar las centrales nucleares no solo no genera empleo, sino que lo destruye. Bastiat dixit.

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