lunes, 13 de febrero de 2017

¿Pueden llevarnos las medidas proteccionistas de EE.UU. a una confrontación armada?

Carlos Montero se hace eco del interesante artículo de Guillermo Barba sobre la globalización y el proteccionismo y los riesgos de éste.


Artículo de La Carta de la Bolsa:
"El lunes, el famoso empresario y segundo hombre más rico de China, Jack Ma, dijo durante una visita a Australia, que ‘todo mundo está preocupado por la guerra comercial. Si el comercio para, la guerra empieza’. Grave, pero cierto.", así comienza un interesante artículo el economista Guillermo Barba al que hacemos periódicamente aquí referencia en el que expone los riesgos de las medidas proteccionistas de EE.UU., no solo en el aspecto económico, sino también en el aspecto militar. Veamos:
Ma es fundador y presidente ejecutivo de Alibaba Group, el gigante del comercio electrónico de China. Advirtió sin embargo, que la preocupación por el proteccionismo no resuelve el problema, y que ‘lo único que se puede hacer es involucrarse y probar activamente que el comercio ayuda a la gente a comunicarse’. Tiene razón.
No hay duda alguna de que Ma –quien ya se reunió con Donald Trump unos días antes de su toma de posesión-, se encuentra bastante inquieto y difundiendo las bondades de tener mercados abiertos y competitivos. No por nada voló más de cien mil kilómetros el mes pasado para promover el comercio global.
Quizá el empresario chino se dio cuenta tras su encuentro, que el proteccionista Trump va en serio en sus amenazas de gravar con impuestos fronterizos a las importaciones desde México, China y otras latitudes, pese a que esto sea violatorio de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El problema con ello –que todavía mucha gente no dimensiona-, es que si la Unión Americana levanta una muralla económica contra el exterior, habrá presiones muy fuertes al más alto nivel para que los gobiernos de los países afectados –incluido el nuestro-, se desquiten con medidas ‘espejo’.
Esto nos llevaría a una peligrosa espiral descendente, una carrera hacia el fondo en la que toda barrera arancelaria o no arancelaria contra la entrada de determinado producto, será contestada con una medida similar del otro lado para regresar el golpe. Sería como dispararse no en el pie, sino en la cabeza. Una guerra comercial que terminaría siendo armada.
El libre comercio conduce a la paz, pues para que sea posible, es necesario el acuerdo entre las partes, la negociación y la coordinación que lleva al beneficio mutuo.
Es falso que en el intercambio una parte gane y la otra pierda. De ser así, la creación de riqueza sería una suma cero. Nada hay más alejado de la realidad.
No. La economía de mercado fructifica , crea valor y mayor abundancia porque todas las partes intervinientes se benefician: la que vende valora más el dinero que recibe por la venta, que su producto; y la que compra, valora más lo adquirido que el precio que paga por él.
Si lo anterior no ocurre, el intercambio no se lleva a cabo. Simple.
Por eso es tan importante que el comercio sea siempre libre, pues sólo el ambiente más competitivo trae los mejores bienes al costo más bajo posible.
El proteccionismo en cambio conduce a la falsedad de que uno se ‘aprovecha’ del otro, y con ello, el sentimiento no es de cooperación y entendimiento, sino de conflicto.
El proteccionismo además perjudica al consumidor final, pues no se consigue la máxima competencia posible ni el menor de los precios, sino todo lo contrario.
En el libre comercio ganan todos, y con el proteccionismo, todos perdemos.
Lo más peligroso es que, como advierte Jack Ma, históricamente períodos de cerrazón económica están ligados a conflictos bélicos.
Y es que ante las crisis que causan este tipo de políticas, los gobernantes no buscan quién la hizo (ellos mismos), sino quién se las pague: los periodistas, los disidentes, los extranjeros, etc. para distraer la atención.
Por eso no es poca cosa que entre China y Estados Unidos hayan habido ya roces recientes, al grado de que un alto oficial publicó en el portal del Ejército Popular de Liberación de ese país que una guerra bajo la administración de Donald Trump, era ‘no sólo un eslogan’, sino que se estaba convirtiendo en una ‘realidad práctica’.
Esperemos que ese momento nunca llegue, y hagamos votos para que el libre comercio y la paz sean los que prevalezcan.

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