Fede Bastiat y Rodrigo Norambuena analizan diversas falacias económicas sobre la Chile de 1970-1973, para justificar (e intentar blanquear) el desastre llevado a cabo por el socialista Allende, que sumió el país en una situación insostenible que deparó en golpe de estado y posterior dictadura (hacia la que ya tendía bajo su mandato).
Por cierto, una estrategia que seguida al pie de la letra con cada desastre socialista, con políticas y consecuencias idénticas, y que se han podido observar en el caso venezolano según la fase de su desarrollo.
Por cierto, una estrategia que seguida al pie de la letra con cada desastre socialista, con políticas y consecuencias idénticas, y que se han podido observar en el caso venezolano según la fase de su desarrollo.
Artículo de Letras Libertarias:
1) Falacia: "El desabastecimiento de 1973 fue una conspiración"
Falso: El desabastecimiento no ocurre por manipulación o conspiración de los agentes económicos como argumentan desde la Izquierda política, sino por el contrario, aparece de forma espontánea en la medida en que el socialismo aplica la política de "control de precios" para intentar contener una inflación desatada producto de una política monetaria laxa (impresión de dinero) y una política fiscal irresponsable (gasto público elevado). Los productores al verse obligados a vender sus productos por debajo de sus costos de producción, deciden mantener las mercancías para no incurrir en pérdidas y entrar en la quiebra. Muchas veces las dictaduras socialistas (Allende 1970-1973) recurren a esta práctica a fin de "nacionalizar" empresas quebradas, las cuales --en realidad-- quebraron ellos mismos producto de la inflación y control de precios, sin importarles el empobrecimiento que esto genera por efecto de la inflación.
Esto ocurrió en Chile en el gobierno de Allende y un ejemplo reciente es Venezuela.
2) Falacia: "La desigualdad aumentó con las medidas de Milton Friedman"
Falso: Friedman en su presentación brindada en el Edificio Diego Portales el año 1975 explica que hay 2 alternativas frente a la situación de inflación de 3 dígitos en 1973 propiciada por la dictadura de Salvador Allende: una medida gradual de reducción de inflación, que tomaría años de empobrecimiento del país, y, otra de shock que bajaría más rápidamente la inflación pero que seguramente generaría más desempleo, el que a su vez aumenta la desigualdad, ya que el desempleo es siempre mayor en las personas mas vulnerables o, que cuentan con menor capital humano. Acá el fundamento económico:
-- Capítulo 2, página 25:
3) Falacia: "El shock tiene un motivo político"
Falso: El shock es una restricción de política monetaria, en el que se recorta el circulante (dinero) y se disminuye bruscamente el gasto público para controlar una inflación disparada y poder reducirla en poco tiempo para evitar un mayor empobrecimiento de la población.
La Inflación con Allende superó los 3 digitos, aumentando la pobreza en gran parte de la población:
4) Falacia: "La pobreza se disparó por el shock"
Falso: La pobreza se dispara cuando hay una escalada inflacionaria, ya que su corrección se traduce siempre en desempleo y recesión económica, debido a las subidas de tasas de interés y cortes del gasto público.
5) Falacia: "El libre mercado genera pobreza y desigualdad"
Falso: Los países más desarrollados (Human Development Index, HDI), ricos (Growth Domestic Product, GDP) y con menor pobreza (Multidimentional Poverty Index, MPI); son los que cuentan con mayor grado de libertad económica:
Por otro lado, la desigualdad medida por Gini en Chile se ha mantenido estable desde 1960, es decir, desde antes de que Chile adoptara una economía de mercado. Incluso se observa un descenso:
Es más, la desigualdad medida intergeneracionalmente se ha reducido sistemática y sustancialmente, esto es, las generaciones pasadas --entre sí-- eran mucho "más desiguales" que las generaciones de hoy (Sapelli, 2014). Por lo que, es falaz plantear que las "desigualdades han aumentado". Lo cierto es que los pobres hoy son cada vez más ricos y los ricos también. Es sano que así sea: crecemos todos. En una economía de mercado los ricos transmiten su fortaleza a los más débiles mediante las "tasas de capitalización". En efecto, en la medida que las empresas gozan de más libertad (Hubermann & Mins, 2007), ven menos obstaculizadas sus posibilidades de reinventarse, despedir --lo que en sentido inverso permite contratar más rápido-- y así crecer, lo que redunda en un mayor dinamismo económico a nivel pais y, en consecuencia, un mejor estándar de vida para todas las personas en sentido general.
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