Elentir sobre las disparatadas instrucciones de género que están imponiendo los políticos a los profesores en las escuelas.
El adoctrinamiento por encima de la ciencia...
El adoctrinamiento por encima de la ciencia...
Artículo de Contando Estrelas:
La ciencia demuestra el origen biológico de las diferencias físicas y psicólogicas entre hombres y mujeres, pero una parte de la clase política prefiere dar prioridad a la ideología.
Tachan de ‘binarista’ reconocer las diferencias entre hombres y mujeres
Un ejemplo de ello es Castilla-La Mancha, aunque la situación es muy similar en otras comunidades españolas que tienen en vigor leyes de adoctrinamiento sexual. El gobierno regional castellano-manchego, presidido por Emiliano García-Page (del PSOE), y el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, dirigido por la socialista Araceli Martínez Esteban, están haciendo llegar a los profesores de esa comunidad un “Protocolo de actuación dirigido a menores sobre identidad y expresión de género” (ver PDF), que un lector de Contando Estrelas ha tenido la amabilidad de remitirme. En sus anexos este documento incluye glosarios y definiciones sobre los conceptos que maneja dicho protocolo, entre ellos el siguiente:
“Estereotipo de género: conjunto de cualidades y características psicológicas y físicas que una sociedad asigna a hombres y mujeres. Fijando un modelo predeterminado, restrictivo, binarista y bajo una visión tópica de las mujeres y los hombres.”
Esto es un completo disparate. No es la sociedad la que asigna determinadas características psicológicas y físicas a hombres y mujeres: es la naturaleza la que hace eso, como demuestra la ciencia. Pero si ya es absurdo atribuir a la sociedad lo que corresponde a la naturaleza, el colmo es que el documento tacha de “rectrictivo” y “binarista” afirmar las diferencias entre sexos que señala la propia ciencia. ¿Qué es lo que pretenden, prohibir los libros de Biología porque no se ajustan a sus disparatadas tesis ideológicas? Un ejemplo: si yo digo que soy hombre y que por tanto no puedo quedarme embarazado, ¿soy un “restrictivo” y un “binarista”?
¿Si sólo las mujeres pueden parir es porque lo dicta una religión?
Por otra parte, el documento recoge la definición de género elaborada por el feminismo radical y por el marxismo cultural:
“Género: conjunto de características sociales, culturales, políticas, psicológicas, jurídicas y económicas que la sociedad asigna a las personas de forma diferenciada como propias de hombres y mujeres. El género es una construcción sociocultural que varía a través de la Historia y se refiere a los rasgos psicológicos y culturales que la sociedad atribuye a lo que considera “masculino” o “femenino” mediante la educación, el uso del lenguaje, la familia, las instituciones o la religión.”
Como ya he señalado, las características psicológicas de un sexo no las asigna la sociedad, sino la naturaleza. Por lo demás, hay características sociales, culturales y de diverso tipo que derivan de las diferencias biológicas entre sexos. Un hombre no puede concebir ni parir por mucho que se empeñe. Esto no lo determina la educación, ni el lenguaje, ni la familia, ni las instituciones ni la religión, sino la Biología, y eso tiene consecuencias en distintos niveles de la sociedad. Lo absurdo sería que una civilización humana ignorase esas diferencias biológicas, por ejemplo, otorgando a un hombre la protección que le corresponde a una madre embarazada. Parece que precisamente eso es lo que busca la ideología de género, anteponiendo sus tesis a lo que indican la ciencia, el sentido común y la experiencia de la Humanidad desde que tiene memoria.
Tendrán que permitir que niños se metan en baños y vesturios de niñas
Sobre la base de las más que discutibles tesis de la ideología de género que acabamos de ver, el documento sigue acumulando disparates:
“Se indicará al profesorado y personal de administración y servicios del centro que se dirija al alumnado trans por el nombre elegido por éste, sin perjuicio de que en las bases de datos de la administración educativa se mantengan los datos de identidad registrales.”
Es decir, que partiendo de unas tesis ideológicas que contradicen lo que demuestra la ciencia, los profesores estarán obligados a llamar al niño no por su nombre legal, sino por el nombre que el niño diga. ¿Se dan cuenta de las situaciones a las que puede dar lugar esta premisa entre niños que aún no han llegado a la madurez? Pues aún puede haber situaciones peores:
“Se permitirá que acuda a los baños y vestuarios que se correspondan con su identidad en caso de que el centro no cuente con baños mixtos.”
¿Qué les parecerá a las familias con niñas pequeñas saber que cualquier niño pueda meterse en los baños y vestuarios de sus hijas? Aprovechándose de criterios tan disparatados como el de ese protocolo, el año pasado un varón que se hizo pasar por transexual se coló en un vestuario femenino e hizo fotos a una mujer en paños menores en EEUU. Imaginaos lo que puede pasar entre niños y adolescentes. Lo único que tendrá que alegar el niño es que de repente se siente niña, lo que no significa que tenga que sentirlo al día siguiente. Esto dice el protocolo:
“Para evitar situaciones discriminatorias no será obligatorio tener que aportar informes públicos o privados que justifiquen que la alumna o el alumno tiene una identidad de género que no coincide con el sexo asignado al nacer y con independencia de que se haya producido la detección en el centro o en otro ámbito.”
El protocolo convierte a los profesores en una Stasi LGTB
Finalmente, si los padres no deciden obedecer a su hijo en caso de que diga ser transexual, y deciden seguir llamando Manolo a un niño que fuese bautizado y registrado con ese nombre, la Junta exige a los profesores que actúen como chivatos para emprender represalias contra las familias:
“En el caso de que los y las responsables legales de la persona menor o alguno de ellos, muestren señales de no respetar la identidad sexual de la misma, se pondrá en conocimiento del Servicio de Familia y Menores de la Consejería de Bienestar Social.”
Esto es convertir a los profesores en agentes de una especie de Stasi LGTB, dedicada a vigilar a las familias para que obedezcan unos dictados ideológicos que, como hemos visto, contradicen lo que la propia ciencia demuestra sobre las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.
La ciencia ya ha alertado sobre los riesgos de estas políticas de género
El año pasado un estudio científico ya alertó sobre lo que se está haciendo con los niños en aras de la ideología de género, y lo hizo nada menos que desde la prestigiosa revista científica The New Atlantis:
“Tenemos dudas acerca de que un niño tenga desarrollado el sentido de su género. Nos alarman profundamente estas terapias, tratamientos y cirugías (LGTB) porque pueden ser prematuras, ya que la mayoría de los niños que se identifican con el género opuesto a su sexo biológico no continuará haciéndolo ni durante su adolescencia ni en edad adulta. Hay una falta de estudios fiables sobre los efectos a largo plazo de estas intervenciones. Instamos enérgicamente a la precaución en este sentido.“
Según el Colegio Americano de Pediatras (ACP), la inmensa mayoría de niños y niñas que durante la infancia confunden su género, terminan aceptando su sexo biológico una vez pasada la pubertad. Un 98% en el caso de los varones y un 86% en el caso de las mujeres. Instrucciones como las dictadas por la Junta de Castilla-La Mancha sólo sirven para generar confusión entre niños que no han alcanzado la madurez, algo que “daña a los niños”, según denunció el año pasado el ACP. Esta institución pediátrica ha condenado las políticas irresponsables que promocionan los cambios de sexo entre niños: “cuando las instituciones académicas, médicas y otras de carácter público promocionan la toma de hormonas tóxicas y la extirpación quirúrgica de partes del cuerpo sanas como parte de la asistencia sanitaria para los niños acaban involucrados en el abuso infantil institucionalizado.“ Sin embargo, la clase política española prefiere desoír a la ciencia y convertir los colegios en algo parecido a esta escena de “La vida de Brian” de los Monty Python:
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