lunes, 27 de agosto de 2018

Un buen motivo para leer este artículo

Carlos Montero se hace eco de una muy importante reflexión y consejo para la salud mental y la inteligencia (también emocional) de las personas. 
Por qué hay que leer libros, y mucho! (aunque esta sea para mi, solo una de las razones, pues el disfrute y el aprendizaje continuo son también razones esenciales y de enorme peso). 


La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para su cuerpo. Roberto Bolaño dice: "Leer es como pensar, orar, hablar con un amigo, expresar sus ideas, escuchar las ideas de otras personas, escuchar música, mirar la vista, dar un paseo por la playa. " Su cerebro leyendo está activo: crece, cambia y establece nuevas conexiones y patrones diferentes, según el tipo de material que esté leyendo.
Mientras lee estas palabras, su cerebro está decodificando una serie de símbolos abstractos y sintetizando los resultados en ideas complejas.
Es un proceso increíble.
El cerebro lector se puede comparar al esfuerzo de colaboración en tiempo real de una orquesta sinfónica, con varias partes del cerebro trabajando juntas, como secciones de instrumentos, para maximizar nuestra capacidad de decodificar el texto escrito que tenemos delante.
Los seres humanos inventaron la lectura hace solo unos pocos miles de años. Y con esta invención, reorganizamos la organización misma de nuestro cerebro, lo que a su vez amplió las formas en que pudimos pensar, lo que alteró la evolución intelectual de nuestra especie. La invención de nuestros antepasados podría provenir únicamente de la extraordinaria habilidad del cerebro humano para establecer nuevas conexiones entre sus estructuras existentes, un proceso que es posible gracias a la capacidad del cerebro de ser remodelado por la experiencia.
La lectura implica varias funciones cerebrales, que incluyen procesos visuales y auditivos, conciencia fonémica, fluidez, comprensión y más.
Las mismas regiones neurológicas del cerebro se estimulan al leer como al experimentar lo leído. 
De acuerdo con recientes investigaciones, la lectura, a diferencia de mirar o escuchar los medios, le da al cerebro más tiempo para detener, pensar, procesar e imaginar la narración.
Leer todos los días puede ralentizar el deterioro cognitivo de la última etapa de la vida y mantener el cerebro más sano.
La investigación muestra que la lectura no solo ayuda con la fluidez de la inteligencia, sino también con la comprensión lectora y la inteligencia emocional.
La "fluidez de la inteligencia" es la capacidad de resolver problemas, comprender cosas y detectar patrones significativos.
La lectura puede aumentarla y una mayor fluidez también mejora la comprensión lectora.
La investigación en Stanford mostró una diferencia neurológica entre la lectura por placer y la lectura enfocada, como para un examen.
La sangre fluye a diferentes áreas neuronales según cómo se realice la lectura.
Un estudio de 2011 publicado en el Annual Review of Psychology encontró una superposición en las regiones cerebrales utilizadas para comprender historias y las redes dedicadas a las interacciones con los demás.
Leer te hace emocionalmente inteligente. La ficción es una experiencia social. El proceso de lectura juega una importante función social. Mientras lee ficción, mentalmente imagina el evento, la situación, los personajes y los detalles descritos por el autor. Es un proceso de inmersión total.
Los psicólogos David Comer Kidd y Emanuele Castano, de la New School for Social Research de Nueva York, han demostrado que leer ficción literaria mejora la capacidad de detectar y comprender las emociones de otras personas, una habilidad crucial para navegar en relaciones sociales complejas.
Mejora la concentración. En un lapso de 30 minutos, la persona promedio dividirá su tiempo entre trabajar en una tarea, consultar el correo electrónico, hablar con colegas, vigilar las redes sociales y reaccionar constantemente ante las notificaciones. Leer no solo mejora la conectividad de tu cerebro, sino que también aumenta la atención, el enfoque y la concentración.
Si le cuesta concentrarse, la lectura puede mejorar su capacidad de atención. Cuando lees un libro, toda tu atención se centra en la historia o en obtener una mejor comprensión de un tema en particular: el resto del mundo simplemente desaparece y puedes sumergirte en cada detalle que estás absorbiendo.
Los libros con mejores estructuras nos animan a pensar en secuencia: cuanto más leemos, más capaces son de relacionar nuestros cerebros causa y efecto.
Fuente: Thomas Oppong, escritor y pensador.

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