Juan R. Rallo analiza el grave error de la medida de Cs-PP en Madrid de dar una subvención a los jóvenes para el alquiler, mostrando las negativas consecuencias y el agravamiento que supone en el precio de la vivienda (y a quién beneficia dicha medida realmente), supuestamente, uno de los problemas principales que quieren combatir...
Artículo de El Confidencial:
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y la vicelacaldesa, Begoña Villacís. (EFE)
Los precios de cualquier bien o servicio son siempre el resultado de la interacción entre su oferta y su demanda. Siempre. Por supuesto, la demanda no solo abarca la demanda final sino también la demanda especulativa, así como la oferta no solo comprende la oferta de nuevos productos sino también la reventa de bienes duraderos previamente fabricados. Pero, en cualquier caso, toda fluctuación de precios es siempre retrotraíble a cambios en la oferta y en la demanda: si el precio sube, es o porque la demanda aumenta o porque la oferta se reduce; si el precio baja, es o porque la demanda se reduce o porque la oferta aumenta.
En este sentido, tomemos el caso de la subida de los precios de la vivienda en las grandes ciudades españolas. ¿Por qué se encarece la vivienda? Al respecto, contamos con dos explicaciones distintas, pero ambas pueden formularse en términos de oferta y de demanda. Por un lado, la teoría confeccionada desde Podemos y sus terminales mediáticas sostiene que la vivienda se está encareciendo en España como consecuencia de la restricción de la oferta por parte de los fondos buitre (en realidad, socimis y otros grandes tenedores) y por el aumento de la demanda vinculada a la turistificación (pisos turísticos intermediados por Airbnb y similares).
Por otro, la teoría más extendida entre los operadores de mercado es que los precios de la vivienda suben porque la demanda (merced a la recuperación del empleo y de las rentas nominales de las familias) está aumentando mucho más de lo que lo está haciendo una oferta congelada por los ayuntamientos. Esta última explicación no es totalmente incompatible con otras posibles fuentes de aumento de la demanda (como los pisos turísticos o la mayor demanda de inversores extranjeros por vivienda nacional), pero sí atribuye a esos factores una influencia bastante más residual.
La teoría de Podemos y asimilados casa muy mal con la realidad. Los porcentajes de pisos vacíos más bajos de España se producen en aquellas provincias donde más han subido los precios; asimismo, en regiones como Madrid, el número y el porcentaje de pisos vacíos se hallan en mínimos históricos: poca restricción de la oferta se observa, pues, por este lado. Y, a su vez, la evidencia disponible también nos indica que la influencia de plataformas como Airbnb, si bien no ha sido nula, sí ha resultado ser bastante modesta.
En todo caso, por equivocado que se halle el diagnóstico de Podemos, al menos algunas de sus prescripciones sí guardan cierta coherencia: si los problemas son la restricción de la oferta por parte de los fondos buitre y el alza de la demanda vacacional, las soluciones pasarán por forzar a los fondos buitre a que saquen más viviendas al mercado y por suprimir la demanda turística. Y, del mismo modo, quienes creemos que el problema reside en una oferta demasiado rígida en relación con una demanda en plena expansión, también proponemos medidas coherentes al respecto: en esencia, liberalizar la oferta para que esta pueda incrementarse y trasladarse en forma de menores precios.
Al final, pues, sea cual sea el diagnóstico que efectuemos sobre el alza de la vivienda, solo caben dos medidas sensatas: o reprimir la demanda (ya sea turística, especulativa, inversora, etc.) o incrementar la oferta (ya sea con nueva construcción, con movilización del 'stock' de vivienda vacía, con la promoción de vivienda pública, etc.). Si el objetivo es abaratar la vivienda, ni cebar la demanda ni minorar la oferta tienen ningún sentido desde un punto de vista económico.
Y, por desgracia, lo que acaba de proponer el nuevo Ayuntamiento de Madrid PP-Cs discurre justo en una de esas direcciones tristemente equivocadas: subvencionar la demanda. Así, el alcalde popular José Luis Martínez-Almeida promete otorgar una ayuda de 150 euros mensuales para que los menores de 35 años puedan costearse más fácilmente el alquiler.
El problema, claro, es que alimentar todavía más la demanda de alquiler dentro de Madrid solo contribuirá a aumentar todavía más los precios, esto es, a que la ayuda sea capturada prácticamente en su totalidad por los propietarios de una vivienda en régimen de arrendamiento. A la postre, si la elasticidad de la oferta de un bien es inferior a la de su demanda (y, en el caso de la vivienda, sucede clarísimamente así, puesto que la ayuda de 150 euros contribuirá a aumentar el gasto en alquileres pero no incentivará un incremento sustancial de la oferta de nuevo alquiler), cualquier ayuda que se otorgue al demandante terminará siendo capturada por el oferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario