La mejora de la economía española en los últimos años y los millones de puestos de trabajo creados (gracias en gran medida al éxito de la reforma laboral) están permitiendo reducir la desigualdad económica entre los estratos más pobres y ricos, como muestran las distintas variables de desigualdad que se traten.
Artículo de Libre Mercado:
La recuperación ha llegado al bolsillo de los españoles y, sobre todo, al de los más pobres. Esta información se extrae de la última Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el INE. Durante 2017 –último año disponible–, la renta máxima del 10% más pobre se incrementó un 10%, muy por encima de la variación producida en la renta baja de los dos deciles más ricos, que únicamente crecieron un 1,8%.
Y es que la renta de los deciles más bajos ya llevan tres años creciendo más que la de los más altos. O, dicho en otras palabras, la recuperación está beneficiando en mayor medida a los más desfavorecidos de la sociedad. En el gráfico observamos cómo los deciles más pobres -en azul, rojo y amarillo- están recuperando el terreno perdido durante la crisis en relación a los más ricos.
Estas cifras no deberían sorprendernos si tenemos en cuenta que el aumento de la desigualdad producida durante la crisis se debió principalmente –entre un 75% y un 80%– al aumento del paro. Por tanto, era de esperar que cuando el desempleo se redujera también lo hicieran las diferencias de renta entre los ricos y los más desfavorecidos.
De hecho, esto mismo es lo que se encuentra si uno estudia la evolución de algún indicador de desigualdad -en este caso ponemos el foco sobre el índice Gini, aunque las conclusiones serían las mismas si analizamos otro indicador como el s80/s20. Para ponernos en contexto, en una distribución donde solo una persona acapare toda la renta y el resto de la población no tuviera nada, el Índice Gini sería cien. En caso de encontrar una distribución perfectamente igualitaria dicho indicador sería cero.
En España la desigualdad tiende a situarse entre 30 y 35. Durante la crisis alcanzó un pico en el año 2014, llegando al 34,7. Con la recuperación ha caído hasta el 33,2. El menor nivel desde antes de 2009. Si se tiene en cuenta el alquiler imputado, los niveles de desigualdad se sitúan a los que encontramos en la etapa pre-crisis.
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