Y la irresponsabilidad política sigue incrementándose sin freno, mostrando nuevamente, que el político no aprende nunca de los errores, y en cuanto vuelve mínimamente a la calma el agua, vuelve por sus fueros, fruto del incentivo político a comprar votos y aumentar los clientes, el peso y poder y control del Estado sobre la sociedad civil.
Esto lleva a un incremento del déficit estructural (que ya es prácticamente el más alto del mundo desarrollado), la deuda pública y los impuestos presentes y futuros.
A su vez, conlleva una reducción de la inversión empresarial, de la productividad de la economía, del crédito en el sector privado y del empleo y los salarios privados (bien un retroceso, bien un menor crecimiento del que se llevaría a cabo) y una mayor cantidad de personas dependientes.
Lo que unido a una economía en desaceleración, con promesas de gasto creciente (que aumentarán estructuralmente aunque no se añadan cambios ni medidas nuevas, que también lo harán) y ante un panorama de estancamiento del crecimiento europeo con endeudamiento público masivo, es una bomba de relojería a futuro para la sociedad, que devendrá en una crisis mayor de la que saldrán perdiendo muchas más personas (las que se dice que les preocupan...).
D.S.C. muestra la evolución y datos actuales en el siguiente artículo.
Artículo de Libre Mercado:
El empleo público ha crecido en 76.700 personas desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno. Así se desprende de las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) que ha divulgado recientemente el Instituto Nacional de Estadística. Esta evolución equivale a sumar un promedio de 210 trabajadores públicos diarios.
A mediados de 2011, el empleo público tocó techo. En la EPA del tercer trimestre del año, las distintas capas de la Administración sumaban un total de 3.306.600 efectivos. Desde entonces, esta cifra se fue reduciendo de forma progresiva, coincidiendo con el plan de reducción del déficit que introdujo el gobierno de Mariano Rajoy.
El total de trabajadores públicos cayó a 2.909.400 efectivos en el cuarto trimestre del año 2013. Se trata de la cifra más baja desde el primer trimestre de 2008, de modo que no hablamos de una corrección drástica, sino de un ajuste que simplemente replegó el número de empleados del Estado a cotas similares a las que se daban en los primeros compases de la crisis.
Tras esa fase de relativa austeridad, el volumen de trabajadores públicos volvió a subir en los años siguientes, hasta alcanzar los 2.973.800 empleados en el primer trimestre del año 2017. El ritmo de aumento registrado desde 2014 fue relativamente moderado, pero esta contención se rompe en 2018, cuando la contratación pública vuelve a subir con más fuerza.
Así las cosas, a mediados de 2018, el tamaño de la plantilla de empleados públicos se ensanchó hasta los 3.117.800 efectivos. Con esta cifra dijo adiós el gobierno de Mariano Rajoy y comenzó una nueva etapa política en la que se ha producido un nuevo aumento en el número de personas que viven directamente de las Administraciones Públicas.
El último dato disponible es el del segundo trimestre de 2019. Entre abril y junio, el número total de empleados del Estado llegó a 3.194.500 personas. Si comparamos este número con el que despidió la Era Rajoy, encontramos que el repunte del empleo público ha sido de 76.700 efectivos, es decir, 210 nuevos contratados diarios.
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