Diego Barceló muestra el enésimo caso de tergiversación, ignorancia y propaganda política por parte de la ONG Oxfam Intermon, en su pretensión de imponer el socialismo (siempre sustituyéndolo por atractivas etiquetas) con propuestas contraproducentes y liberticidas a más no poder.
Artículo de El Club de los Viernes:
La ONG Oxfam Intermon acaba de presentar el informe “Reparto desigual – Cómo distribuyen valor las empresas del IBEX 35”. Es un buen ejemplo de cómo objetivos que “suenan bien” pueden traducirse en propuestas que van en contra de lo que se persigue.
Ojalá las empresas del IBEX 35 fueran representativas de las empresas españolas. Significaría que tendríamos muchas multinacionales globales y que el peso de España en la economía mundial sería mucho mayor. Lamentablemente no es así. Centrar el análisis en esas empresas parece más un recurso propagandístico que un intento por entender el funcionamiento de las grandes empresas.
El informe denuncia una desigualdad “descomunal” en los salarios de esas compañías. Yo digo que ese dato es irrelevante y que solo sirve para despertar resentimiento. Las grandes empresas son las que pagan los mayores salarios (2.000 euros mensuales de media en las empresas con más de 200 trabajadores y menos de 1.400 euros en las de menos de 50). Por lo tanto, las megaempresas del IBEX 35 pagan de los mejores salarios de España. Preocuparse por la disparidad entre el mayor y el menor salario en una de esas firmas es, exagerando un poco, como preocuparse por la distribución del ingreso en Beverly Hills.
Dirigir con éxito una gran empresa requiere muchas habilidades que no son fáciles de encontrar. Los altos ejecutivos, igual que los grandes futbolistas, tienen salarios que dependen de un mercado global. Un alto ejecutivo de una empresa del IBEX 35 es candidato a un puesto similar en cualquier multinacional. Por eso, su salario en España no puede diferir mucho del de un empleo equivalente en Alemania, Inglaterra o Francia, por ejemplo. Eso no ocurre con los demás puestos. Como el salario medio en España es más bajo que en esos países (porque aquí la productividad es menor), se produce una mayor disparidad en los salarios de las empresas del IBEX 35 que en las del CAC francés, el DAX alemán o el FTSE 100 británico.
Salvo que creamos que los accionistas de esas empresas son tontos, tenemos que pensar que ellos tampoco dan “duros a cuatro pesetas”. Podemos considerar que pagan salarios exagerados, pero no es asunto nuestro, ni de Oxfam, ni del gobierno.
Las propuestas de Oxfam para acabar con el problema irrelevante de la disparidad salarial en las empresas del IBEX 35 se sintetizan en aumentarle los impuestos, exigirle nuevos controles (el supuesto que subyace es que son compañías malas y tramposas), interferir en sus relaciones con sus empleados y revertir la reforma laboral. Todo en aras de una “economía humana”, que no es más que otra forma de llamar al socialismo.
El problema es que esas mismas propuestas, sí son capaces de crear muchos problemas. Pero no para las empresas del IBEX 35, que eventualmente podrían trasladarse a otros países, sino para los parados y la sociedad en general. Porque son propuestas que, de ponerse en práctica, lastrarían la competitividad (menos exportaciones, más importaciones), desalentarían la inversión y, con ella, la creación de empleo.
Nunca olvidemos que el destrozo socioeconómico realizado por el chavismo en Venezuela se hizo en nombre de la “igualdad”.
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