miércoles, 9 de marzo de 2016

Más radicalismo en el Congreso

Otra muestra de estupidez humana. Otra muestra de lo que es la política. Propaganda sin fin para apuntarse "tantos", que no sirven ni resuelven absolutamente nada, que cuesta dinero, que desvía la atención intentando mejorar su imagen y cazar algún voto, pretendiendo hacer ver que le preocupa un problema. 

Marketing y postureo en estado puro. Y es que en política no se trata de otra cosa. 


La última, porque es un no parar, es la pretensión por parte de Podemos y Compromís de cambiar el nombre del Congreso de los Diputados, por Congreso a secas, "para que no excluya a las mujeres diputadas" (lo que conlleva también el cambio en el texto de la Constitución). 

Claro que sí.

Parecen desconocer que en la rica lengua española, podemos encontrar sustantivos para referirse a un sexo u otro, habiendo también sustantivos neutros que se determinan por el artículo (femenino y masculino).

Por ejemplo perro y perra en el primer caso y policía en el segundo (el policía y la policía o el/la cineasta, el/la atleta, el/la terapeuta, el/la pediatra, el/la guía, o bien con terminaciones neutras en -e como conserje). A nadie se le ocurre (de momento) llamar policío a un hombre pues nadie (en su sano juicio interpreta que es sexista). Y no pasa nada puesto que esto no es ni ha sido ningún problema hasta que el radicalismo ideológico se va imponiendo y empieza a hacer aberraciones. De la misma manera, el lenguaje para simplificar y no repetir constantemente las cosas, emplea sustantivos donde el masculino (también se da en femenino) no solo se emplea para referirse a individuos del sexo masculino, sino también para el plural o conjunto de miembros o especie, sin distinción de sexo, y sin exclusión de nadie. Pues en la lengua está prevista la posibilidad de referirse a colectivos mixtos de esta manera, y en la que no debe verse intención discriminatoria alguna, sino como bien dice la RAE, solo hay que ver "la aplicación de la ley lingüística de la economía expresiva" para evitar así engorrosas y pesadas repeticiones. Y solo precisamente cuando la oposición de sexos es un factor relevante en el contexto, es necesaria la presencia explícita de ambos géneros (por ejemplo, "la proporción de chicos y chicas se ha invertido en educación"...). 

Por ejemplo, los diputados para referirse al conjunto de diputados y diputadas de distinto sexo. De la misma manera que "la policía" recoge no solo a una policía de sexo femenino sino también al conjunto del cuerpo, sean hombres o mujeres. El radicalismo ve así problemas que solo crean más problemas a todos (sí, todos y todas por no extender el texto doscientas palabras repitiendo cosas sin contenido alguno). Y para ello, que mejor que mezclar un lobby y la política. Y para ello que mejor que la neolengua.




Esta imagen es la absurda solución de postureo que habría que hacer al parecer. El problema no es precisamente las tropelías que se hacen dentro, y los múltiples derechos individuales que se pisotean dentro en el día a día de la actividad política. El problema es de postureo y parecer que hago algo sobre una cuestión que empeoro. 

Pero si hay que cambiarlo, mi propuesta sería sin duda "Congreso de las disputas" (que acaba en -a y así se aceptará sin rechistar) o "Congreso de los imputados e imputadas", no sea cosa que si se pone solo imputados, se salven las mujeres...

Mal camino...




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